Narra Yuuri:
- ¿Ya puedo levantarme Pichit...?
- ¡No! ¡Ya te lo he dicho como por quinta vez! N-O, ¿qué dice? ¡Exacto! NO.
- Pero Pichit - dije sacudiendo su brazo derecho - Él me dijo para salir hoy...
- Íl mi diji piri silir hiy - dijo él haciendo una vocecita, imitándome.
- ¿Por favorcito?
- Voy a traer una manzanilla, haber si así te calmas - dijo Pichit mientras se levantaba de mi cama y salía de mi habitación.
Ya llevaba casi cinco días en cama, el celo ya estaba completamente controlado, es más, ya se había ido, pero Pichit insistía en retenerme en cama, según él, podría salir cuando ya estuviese completamente seguro de que no había ninguna probabilidad de accidentes, es decir, en una semana.
Eso era demasiado tiempo. No me gustaba para nada estar encerrado, mucho menos el no poder trabajar si quiera en cosas pequeñas, lo único que pude hacer fue subir fotos a las redes publicando que estaría ausente esos días por complicaciones médicas, obviamente esa no fue mi idea, sino de Pichit, pero he de admitir que fue muy astuto por su parte. Llegaron miles de notificaciones expresando su preocupación por mi salud, lo cual se me hizo bastante tierno, le respondí a varias y varios seguidores, de seguro que eso les alegró. Al menos, eso espero, esa era mi intención.
¿Qué si me importaba mi salud? Por supuesto que sí, pero el estar en reposo todo el día sin poder hacer nada, siendo prácticamente inútil en todos los sentidos de la palabra, no era exactamente mi idea de cuidarme. Además, en ese momento tenía otra prioridad: una cita.
Era un desconocido, sí, quizá nunca llegase, tal vez, no tenía manera de comunicarme... ¡Tenía su teléfono! ¿¡Por qué diantres no le mandé un mensaje antes!?
Cogí mi celular lo más rápido que pude, casi cayéndome de la inmensa cama en el intento. Empecé a buscar entre mis contactos hasta que lo encontré: "Vitally"
"Hola Vitally, ¿cómo estás? Lamento no haberte escrito antes, ya sabes, el celo. Quería saber, ¿aún está en pie lo de hoy?"
Presioné a enviar y me giré hacia el lado contrario de mi cama con el celular en mano, esperando con ansias la respuesta. Su estado cambió a en línea, después de eso a escribiendo, lo que me puso todavía más a la expectativa.
"¿Qué tal Yuuri? Por supuesto que sí, lo de hoy sigue en pie, si es que así lo deseas. Estaré esperándote a la hora pactada 😉"
Mi corazón empezó a latir más rápido. Llevé una de mis manos a mi pecho.
- ¿Por qué eres así? - dije en voz baja.
Me apresuré en responder, él no me había hecho esperar casi nada.
"Está bien, nos vemos 😊"
¿Por qué la carita sonriente sonrojada...? ¡Demonios! ¿¡Por qué la carita sonriente sonrojada!? ¿Acaso era una adolescente hablando con su enamorado o qué sucedía?
Dejé el celular a un lado, retraje mis piernas hacia mi pecho, ¿qué me estaba pasando? Por el amor de Dios ¡Es solo una cita! He tenido miles de citas anteriormente, Yurio me organizó varias en tiempos pasados, al igual que Pichit ¡Incluso mi guardaespaldas me organizó un par!
Pero ese no era el tema. No era una cita cualquiera, al menos, no para mí. Bueno, a mi yo interior, por una parte, como que le daba igual, estaba en plan: "Ok ya, una cita que emoción" Ah, pero la otra estaba tipo: "Oh Dios, gracias por dejarme estar aquí el día de hoy y poder presenciar semejante belleza de alfa"
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Je t'ai trouvé
General FictionYuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aquella mirada de ángel y demonio que poseía, esa pícara sonrisa, su trato con los demás, y esa melodiosa voz... Todas sus cualidades lo hací...