Capítulo 3

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Narra Yuuri:

Me lavé la cara con agua helada, cada cierto tiempo me miraba al espejo y sinceramente, por momentos odiaba ser tan malditamente débil y frágil.

Vi la hora, eran las 20h, aún tenía tiempo. Entré a la bañera y me di un baño aromático en veinte minutos, el olor de las hierbas y flores me tranquilizaban bastante, además de que me llenaban de energía.

Salí del baño con solamente una toalla alrededor de mi cintura, como vivía solo no tenía ningún problema en hacer cosas como esa. Ingresé a mi cuarto, terminé de secarme, me coloqué una ropa relativamente informal y me senté en mi cama, recostando mi espalda en una de las varias almohadas que allí había.

Abrí el sobre que Yurio me había dado, él era un omega modelo también. Comenzó en su país natal, Rusia, y luego poco a poco fue haciéndose más conocido hasta captar la atención de una empresa de lencería masculina. He de reconocer que era un joven muy talentoso, ya que era menor que yo por muchos años.

Él y yo nos volvimos algo cercanos desde hace unos meses atrás. Tanto mi compañía como la suya, decidieron enviar a todos sus modelos estrellas sin excepciones, hombres, mujeres y sin importar si eran alfas, omegas o betas, a un instituto de modelaje.

No éramos muchos, pero sí éramos distintos. Todos éramos mundos completamente diferentes.

En una primera impresión, a mí Yurio me pareció un chico tranquilo. Recuerdo que cuando lo vi, él estaba utilizando un conjunto de lo más urbano, caminaba al lado de un joven de cabello negro cuyo nombre desconocía, pero al parecer tenía una relación amistosa con el rubio.

De pronto, una mujer de rostro adusto nos llamó a todos a formar una fila. El nombre de aquella mujer era Lilia Baranovskaya, una alfa. Se presentó frente a todos y nos anunció que sería nuestra maestra por un mes entero. Recalcó aquello ya que ella sabía que estaríamos allí por un tiempo de dos meses. Habló un poco sobre sí misma: su edad, su procedencia, sus logros a lo largo de su carrera, su carácter y un poco de su vida personal.

Nos comentó que ella estaba casada con quien sería más adelante uno de nuestros tres mentores, un reconocido diseñador de ropa femenina, sobre todo para alfas: Yakov Felstman.

Después de eso, mandó a todo el mundo a presentarse en orden. "Yuri Plisetsky. Omega, ruso, dieciséis años, modelo desde los diez años". Su voz segura y postura recta me indicaron que probablemente ese jovencito no era tal y como pensé que sería. Luego se presentaron los demás: Kenjirou Minami, un joven omega japonés lleno de entusiasmo, Guang Jong Ji, un omega de origen chino de carisma encantador, Otabek Altin, un alfa kazajo de pocas palabras, Michele Crispino, un omega italiano algo enojón, Sara Crispino, hermana de Michele, una beta bastante divertida, Christophe Giacometti, un alfa suizo algo... Excéntrico y por último Jean-Jackes Leroy, un alfa de ego un poco elevado.

Lilia dijo que antes de empezar con algunas prácticas, tendríamos el primer día libre, para que socialicemos, conozcamos el lugar y esas cosas. Nos entregó las llaves de nuestras habitaciones y una hoja con el régimen alimenticio que seguiríamos.

El primer amigo que hice fue el más joven de todos, Minami. Al parecer él era mi fan desde hacía algún tiempo atrás, y el hecho de estar conmigo en aquella academia por un lapso relativamente largo lo emocionaba demasiado.

Al cabo de unas horas yo ya había hablado con casi todos los presentes, todos eran muy amables y divertidos en su estilo, incluso el kazajo que pensé que sería callado resultó ser una persona amistosa y de carácter positivo. El único al que no le había hablado era a Yurio, que en ese momento seguía siendo "Yuri" para mí.

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