Narra Yuuri:
Abrí los ojos de par en par, luego reí un poco y lo atraje hacia mí.
- ¿Qué es lo chistoso? – preguntó él, incorporándose poco a poco y ofreciéndome su mano para hacer lo mismo.
- Nada, no hay nada chistoso – apreté un poco su guante – es solo que nunca pensé en hallar a alguien como tú.
En un movimiento rápido y sutil, Vitya me levantó por completo y me rodeó con uno de sus brazos. Su sonrisa se hizo presente al instante, emanaba tranquilidad, felicidad y seguridad.
Junté mi cabeza a la suya y solté un pequeño suspiro.
Era un momento perfecto.
- ¡Yuuri! ¡Conseguí tu horario...! – Pichit abrió la puerta de golpe – ¿¡QUIÉN DEMONIOS ES ÉL!? – sacó una pistola Glock del bolsillo de su saco y se acercó velozmente al alfa peli plateado.
- ¡Pichit no! – grité tomando en un acto reflejo su muñeca, llevándolo hacia el lado opuesto.
- ¡Suéltame Yuuri! – ordenó Pichit con notorio fastidio – ¡Vas a obligarme a dispararte a ti si sigues así!
- Ni te atrevas a tocarlo – bufó Vitya de la nada con voz ronca y fría, jalándome del brazo y llevándome contra su pecho.
Escuchaba su corazón latir con fuerza, y su respiración se notaba alterada. Había cambiado de golpe.
Se veía furioso. Su mirar que segundos atrás se encontraba completamente pacífico, se había vuelto un par de ardientes bolas de fuego azul. Actuaba como...
Un alfa.
A pesar de lo paradójico que podría sonar, yo jamás había notado actitudes tan distintas entre alfas y omegas, al menos no hasta ese entonces.
- ¡Aléjate de él! – dijo con su voz de alfa.
Todo el lugar se estremeció ligeramente. Y sentí miedo, mentiría si dijese que no lo tuve. Vitya enojado era realmente aterrador.
Se me pusieron los pelos de punta y la respiración se me entrecortó por unos segundos. Vi a Pichit por encima del hombro del albino y pude ver que él estaba peor: lágrimas de impotencia acompañadas de piernas y brazos temblorosos.
Me sentí fatal al verlo así.
- S-suelta a Yuuri – dijo Pichit con voz temblorosa – es mi última advertencia – levantó el arma, apuntando a su pecho.
- ¿Qué? ¿Vas a matarme? – habló Vitya sarcástico, mientras me colocaba detrás de él y se acercaba a mi mejor amigo con paso lento – puedes hacerme añicos si así lo deseas, pero si te atreves a tocar, aunque sea uno de sus cabellos... Juro que reencarnaré solo para matarte.
La situación era bastante tensa, Pichit se veía confundido y nervioso, Seung-gil era el que lo ayudaba en esos casos. Un omega puede luchar, sí, mas era casi imposible ganarle a un alfa cuando estaba enojado.
Yo nunca había visto a ningún alfa de esa forma. Mis padres no discutían de esa manera, y nunca escuché a mi madre usar la voz, mucho menos usar sus feromonas en mi padre. No fue hasta ese instante, que conocí a lo que estaba expuesto.
Empecé a sentir como mis brazos y piernas se adormecían de golpe. Una ola de calor se apoderó de mi cuerpo y nubló mi cabeza por completo. Me sentía débil, y se sentía tan bien...
Unos fuertes brazos me levantaron como si fuese una princesa, Vitya. Él estaba usando sus feromonas en mí... ¿Por qué?
- ¿Qué... – hablé a duras penas – ¿Qué crees que estás haciendo?
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Je t'ai trouvé
General FictionYuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aquella mirada de ángel y demonio que poseía, esa pícara sonrisa, su trato con los demás, y esa melodiosa voz... Todas sus cualidades lo hací...