Capítulo 7

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Narra Yuuri:

- Luego de eso tenemos que ir al gimnasio de nuevo, al parecer desean usarte como propaganda – dijo Pichit mientras revisaba mi horario del día en su celular. Nos encontrábamos en el auto de Seung-gil con destino un lugar X de la ciudad, un fotógrafo conocido me había pedido a través de un amigo que deseaba una sesión conmigo como protagonista - ¡Ah! También tenemos que ir al estilista otra vez, veamos...

- Pichit, ya déjalo tranquilo – dijo el coreano con voz calmada. Paramos un momento por un semáforo en rojo, él se giró hacia mí y me vio con su fría mirada, que a lo largo del tiempo, descubrí que no era tan fría como parecía. Intentó mostrarme una sonrisa, pero en realidad le salió una mueca un tanto cómica que me hizo reír un poco - ¿Cansado?

- Para nada – respondí soltando un resoplido – Recién son las 11h00, el día acaba de empezar y lo sabes.

- Buen punto – volvió a acomodarse de nuevo en su asiento y siguió conduciendo.

Me acomodé las mangas de la camisa mientras miraba el paisaje. Era sorprendente lo variado que era, la cantidad de gente que caminaba por las calles y lo diferentes que eran los unos de los otros. En días nublados y llenos de trabajo como este, me gustaba ver a las personas e imaginar su situación actual. Por alguna razón, eso me relajaba.

Por ejemplo; ese hombre.

Uno completo desconocido para mí. No aparentaba más de treinta años, pero tampoco parecía tener menos de veinticinco. Era un hombre atractivo he de admitirlo. Tenía el cabello gris, corto y con un flequillo que le tapaba el ojo izquierdo, pero dejaba al descubierto el derecho, el cual era de un color similar al de una turmalina azul.

Era alto y delgado, pero no de un tipo de delgado lánguido, sino de un delgado fornido, fuerte. A pesar de que estaba usando una camisa de manga larga color blanco, pude distinguir aquellos brazos marcados que él poseía. De seguro que iba al gimnasio.

Sus piernas eran largas, utilizaba un pantalón negro un tanto pegado y unos zapatos probablemente de cuero. Se le veía bien, no extraordinario, pero se le veía presentable, hasta podría decir un tanto formal.

Por su manera apresurada de caminar, apostaría a que estaba llegando tarde a su trabajo o a una cita ¿Quién sabe?

El auto pasó cerca de él en un momento, justo cuando dábamos la vuelta, y por alguna extraña razón, sentí como si... Él también me hubiese visto a mí. Debe ser imaginación mía.

Giré mi cabeza hacia el otro lado y respiré hondo. No podía enamorarme de cualquier hombre o mujer atractiva que hubiese por ahí.

- Llegamos – dijo Pichit mientras nos estacionábamos. Bajó del vehículo y me abrió la puerta.

Tomé aire y luego lo solté. Miré rápidamente a mi alrededor, el lugar se me hacía algo conocido...

- ¿Estamos en...? – preguntó el coreano.

- En el Parque Square Saint-Lambert por supuesto – respondió Pichit con cierto aire de superioridad – El clima no es el más "agradable" de todos los existentes, pero Emil nos deseaba aquí hoy, justo a esta hora. Sinceramente no entiendo aún qué es lo que ve en los paisajes así... Pero no voy a negarlo, sus fotografías son espléndidas.

Emil Nekola, un fotógrafo alfa muy conocido por sus distinguidas fotos en blanco y negro. Es un alfa de carácter alegre y que tiene muchas ganas de vivir, casi siempre tiene una sonrisa en el rostro. A diferencia de su novio Michele, "Mickey" como él le dice. Conocí a Michele tiempo atrás, no es que fuese una mala persona, solo que... Bueno supongo que Emil le da la felicidad que le falta.

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