Narra Yuuri:
Abrí los ojos de par en par. Mila estaba sentada en un sillón color burdeo en el centro de aquella sala, la cual tenía muchos armarios y varias repisas llenas de botellas de sustancias que no conocía.
No entendía bien lo que estaba sucediendo, ¿Mila y Anya se conocían? ¿Mila era la persona qué me iba a ayudar? Y si así fuese... ¿Qué tenía ella de especial? Ella era solamente... una beta.
- ¡Yuuri! – dijo levantándose de su lugar. Se acercó a mí con paso algo apresurado. Vestía diferente, su maquillaje era otro.
Parecía otra persona.
Tenía puesto un vestido corto pegado de manga larga color vino, que hacía juego con su cabello y con la habitación. Sus zapatos eran de un modelo peep toe, de color negro. Su maquillaje era del mismo color que el de su vestido, las sombras de los ojos eran fuertes al igual que su labial mate.
Si bien, se veía distinta, me abrazó con la misma emoción y cariño que hace unas horas atrás. He de admitir que, tal y como estaba vestida, se le veía muy bien también: sexy, hermosa y algo misteriosa.
- ¿Sabes Yuuri? Soy una de tus mayores admiradoras – dijo mientras me tomaba de la mano y me llevaba a otro sillón. Se sentó con delicadeza e hice lo mismo – Siempre me encantaron tus apariciones en las revistas y en la televisión. Haces un trabajo magnífico – dijo poniendo sus manos juntas – Parecías, digo, pareces un ángel cuando sonríes. Además, hoy tengo el placer de verte dos veces ¡Qué alguien me pellizque! – dijo soltando una risilla. Luego soltó un suspiro y miró al frente, donde Anya estaba sentada en un sillón pequeño con los brazos cruzados y el rostro algo serio.
- Qué hospitalidad – dijo con voz seca mientras pasaba su pierna derecha sobre la izquierda, quedando en una postura recta, dándole así un aire de seguridad y madurez.
- Oh vamos Anya – dijo Mila viéndola a los ojos – Te veo diariamente, estoy contigo más de ocho horas y además, tú no eres mi cliente hoy – hizo énfasis en una de las palabras que utilizó, lo cual de alguna forma, pareció molestar un poco a Anya.
Deseaba participar de aquella extraña conversación, razón por la cual me senté derecho y miré fijamente a Mila.
- ¿Quién eres? – le pregunté con voz algo firme.
Me dirigió una sonrisa y se levantó de su lugar. Fue a una de las repizas y cogió un frasco pequeño, que tenía un líquido algo espeso de color grisáceo en su interior.
Siguió avanzando por las repizas con paso ligero y cogió otro frasco, un poco más grande que el que sostenía en su mano derecha. Ese frasco tenía unas pequeñas piedritas color rojo vivo. Después giró a verme, mostraba una pequeña sonrisa.
- Mi nombre es Mila Babicheva y soy la estilista personal de Anya, me encargo de su maquillaje, ropa diaria, cabello y derivados – dijo haciendo una reverencia algo exagerada. Al levantarse tenía una sonrisa un tanto jocosa estampada en el rostro – Esa es una de mis ocupaciones – dijo mientras empezó a avanzar dando vueltas – También soy bailarina profesional, amo el baile contemporáneo y lo enseño en una pequeña escuela– de repente, se paró frente a mí de un salto y juntó sus pies – pero dime, ¿eso importa?
- ¿Quién eres? – volví a preguntar. Las cosas se estaban tornando algo... Extrañas.
- Soy Batman – dijo ella con voz dramática. Me hizo reír aquel comentario y creo que también ayudó a romper un poco la tensión que se había generado en el ambiente. Se volvió a sentar a mi lado – Bueno, eso no responde a tu pregunta.
- La responde, sí, pero creo que entiendes a qué me refiero – dije mirando alrededor - ¿Qué es este lugar? ¿Cuál es tu ocupación aquí?
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Je t'ai trouvé
General FictionYuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aquella mirada de ángel y demonio que poseía, esa pícara sonrisa, su trato con los demás, y esa melodiosa voz... Todas sus cualidades lo hací...