Capítulo 14

585 92 5
                                    

Daniel salió de la casa y corrió unos metros fuera, dejando detrás a Dylan, Aarón y Ethan los cuales estaban sentados en el porche, ignoró sus preguntas y llamados y se alejó lo suficiente para estar por su cuenta. Se detuvo en seco, cerró los puños tan fuerte que por un momento creyó que la sangre comenzaba a escurrir por sus dedos, pero simplemente era la sensación de recuerdos pasados.

Le costó mucho trabajo tranquilizarse, lo invadía una furia tremenda, sin embargo, no era esta hacia Emmanuel, Leah, Eddy o cualquier otro, la furia era por él mismo, por todos los errores que había cometido y por cómo estos lo seguían persiguiendo hasta este momento, tuvo la sensación de dolor, pero una vez más eran recuerdos que venían a su cabeza.

«¿Sientes ese dolor? ¡Lo sientes!»

Las palabras de Javi rebotaban una y otra vez en su cabeza junto con un cumulo de recuerdos que aparecían poco a poco, sentía que estaba siendo golpeado, como su hermano solía hacerlo, no podía resistir ni mantener el control a pesar de que luchaba consigo mismo. Se cubrió los oídos fuertemente intentando callar todas las voces de las personas que aparecían en su mente para recordarle cada cosa que le había ocurrido, cerró los ojos con toda la fuerza que tuvo para evitar ver las imágenes, finalmente todo se detuvo.

Se sentó en el pasto alto, con respiraciones agitadas, con lágrimas recorriendo su rostro, no era por tristeza, mas bien impotencia. Se tocó la muñeca y buscó en ella hasta que encontró el reloj de Evan cubierto por su camisa. Lo observó, el cristal seguía roto y las manecillas ya no avanzaban, sin embargo, lo conservaba, era lo único que le quedaba de Evan además de recuerdos. Se preguntó así mismo ¿por qué seguía ahí? ¿por qué estaba empeñado en cumplir esa promesa ridícula? Parecía que todos estaban en su contra y que nadie lo apoyaba, ni siquiera Emmanuel. Comenzó a rebuscar en su mente la respuesta y comenzó a convencerse que tenía que seguir con él, a pesar de todo, Emmanuel era la persona más importante que le quedaba, era aquella con la que más tiempo había pasado, incluso más que con Evan, era la única persona que le conocía completamente. Era él la razón por seguir ahí, su razón para vivir reflejada en una promesa que significaba un esfuerzo por mantenerlo a salvo de los horrores del exterior, los que Dan había vivido y no quería que alguien más alguna vez viviera. Esa era la respuesta. No podía dejarlo, no después de tanto, no podía romper su promesa ni abandonarlo, porque en el fondo, lo necesitaba y el dejarlo a él e incluso dejar a Leah y al grupo lo romperían una vez más. Ya estaba cansado de tener que juntar las piezas de si mismo y fingir que todo podía ir bien de nuevo.

Ya no lo aguantaría una vez más.

Después de varios minutos de reflexión Daniel se puso de pie y dió la vuelta, caminando hacia Dylan, Aarón y Ethan los cuales seguían afuera. Todos lo vieron acercarse con cierto de temor de lo que Dan podía ser capaz de hacer.

—¿Dan...?—preguntó tímidamente Aarón.

—Estoy bien —contestó llegando a su lado, después miró a Dylan—. Las personas con las que estabas, ¿quiénes eran?

Dylan bajo la mirada. Tenia una venda cubriendo su tobillo.

—Conocidos. Viví con ellos algunos años en un refugio hasta que fue atacado y todos nos separamos. Simplemente íbamos de ciudad en ciudad con la esperanza...

—Parece que no te afecto su muerte —interrumpió bruscamente Dan.

—Supongo que el esperar despertarte cada día y que los que te rodeen ya no estén hace que cuando el momento llegue, estés preparado para ello —contestó Dylan con la cabeza aun baja, pero con tono triste.

—Eso es mentira —dijo Dan todavía con molestia en su voz—. Nuca estás preparado para ese momento.

—Supongo que todos lidiamos con las perdidas de diferente manera —intervino Aarón poniendo sobre el hombro de Dan su mano y lanzándole una mirada que pedía que detuviera ese absurdo interrogatorio.

La última esperanza Parte 3: Confrontación (The Last Hope #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora