La última esperanza Parte 3: Confrontación (The Last Hope #3)

Capítulo 23

El zumbido en su oído era ensordecedor y el dolor que sentía en su pecho se expandía con gran rapidez por el resto de su cuerpo. Cerró la boca mientras apretaba los dientes del dolor y sintió el sabor de la tierra húmeda en su boca, abrió los ojos lentamente mientras trozos y de tierra y roca seguían cayendo sobre su rostro y se encontró frente a él una pistola corta, de un color metálico reluciente, no era humana.

Daniel la tomó y se puso de pie con un esfuerzo sobrehumano, pues el golpe que recibió y el dolor que este le provocó era de una intensidad abrumadora y a pesar de eso, logró ponerse de pie, tambaleando comenzó a avanzar, mientras veía cómo es que Emmanuel estaba en las mismas condiciones y se colocaba una mochila en su espalada, mochila que había encontrado, giraron la vista y vieron el cuerpo de las dos sombras inconscientes en el piso y a Gabriel agachado, luchando por ponerse de pie y gritando unas palabras que Daniel no logró escuchar por el incesable zumbido en su oído que iba disminuyendo su fuerza. No hizo falta mas que una mirada entre Daniel Y Emmanuel para comunicarse que debían salir de ahí en ese instante.

Los dos chicos comenzaron a correr torpemente y tropezando, en la misma dirección, uno a lado del otro, corrieron hacia los árboles que cubrían su presencia, buscando una salida de aquel parque, mientras a sus espaldas un pequeño grupo de sombras con forma humana los seguía, apenas a unos metros de distancia, y conforme Daniel recuperaba su audición, escuchaba cada vez más sus respiraciones agitadas y desesperadas y los pasos de los hombres detrás de ellos. Tenía que hacer algo para detenerlos y aún con la pistola corta de las sombras en sus manos, dio media vuelta, sin detenerse un momento y jaló el gatillo, lo único que logró ver fue un gran destello de luz seguido de una explosión de tierra que hizo volar a los hombres por los aires. Pronto distinguieron el rejado que delimitaba aquel parque y justo cuando llegaron a él, los disparos a sus espaldas comenzaron.

— ¡Escala! —exclamó Daniel a Emmanuel y después dio media vuelta, alzó el arma y comenzó a disparar, cubriendo a su amigo mientras este trepaba aquella reja.

Distinguía a los hombres viniendo desde la distancia y con la mejor puntería que podía, jalaba el gatillo, disparando con una precisión increíble, mientras los hombres que buscaban cazarlos no sabían si cubrirse o avanzar en dirección a ellos y capturarlos.

—Sé un ninja —Susurró Javi a su hermano, mientras este no despegaba la mirada de sus objetivos y hacía lo mejor que podía para detenerlos.

Se estaba convirtiendo en lo que nunca quiso ser, en lo que su hermano quiso convertirlo, pero él no acepto, en lo que él luchó por evitar, en un asesino, pero por primera vez era necesario que lo fuera, por primera vez quería serlo, quería protegerse a si mismo y a su amigo.

—¡Daniel! —la voz de Emmanuel lo distrajo y lo sacó de sus pensamientos y en ese momento comenzó a escalar el rejado para salir de aquel lugar, mientras a sus espaldas, los disparos habían cesado ya.

Cayó en el concreto de la calle y ambos siguieron corriendo, cuando un par de explosiones frente a ellos los detuvo de golpe, mientras pedazos de chatarra de lo que solían ser automóviles volaban por el aire. Pronto entre las llamas y el humo lograron distinguir la figura de la que habían provenido las explosiones, era una esfera, ya bastante vieja, el sonido que hacia al volar la delataba.

Ambos retrocedieron, aún con pasos torpes y dolor en su cuerpo, Daniel levantó su arma pero antes de que jalara el gatillo, la esfera comenzó a disparar en su dirección, ambos corrieron tan rápido como pudieron y se colocaron contra la pared de un edificio, mientras una explosión a unos pocos metros de ellos estallaba.

Emmanuel se quitó la mochila que traía en la espalda y comenzó a buscar en su interior hasta que sacó una pistola igual a la que tenia Daniel y un cinturón con varias esferas diminutas, de aquellas que Daniel había lanzado a la fogata unos minutos antes, y lo colocó cruzado en su pecho.