X. Epilogó.

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Le era difícil llevar la cuenta de cuanto había pasado, los días monótonos parecían pasar sin diferenciarse unos de otros y a pesar de esta incesable, y a ojos de otros, aburrida rutina, su vida era lo que tanto había buscado y por pedazos había obtenido, una tranquilidad inmensa lo rodeaba y el temor y terror de hacer algo mal, de lastimar a alguien más, habían desaparecido, junto con los malos recuerdos de su pasado.

Todavía lo conservaba, aquel viejo reloj con el cristal roto y las manecillas inmóviles, aquel reloj yacía en un estante, junto a la foto sucia y maltratada de Emmanuel y Adam, los recuerdos de lo mejor de su vida, las personas que amó tanto, aquellas que, en un intento por conservar, no hizo mas que acabarlas, aquellas de las que se tuvo que alejar para proteger de lo que él era y lo que podía llegar a ser.

Era por esa monotonía, era por esa rutina, por esa repetividad que tenía día con día, que no le pareció especial aquella noche, la noche en la que todo acabó, no la recordaría y cuando la gente en un futuro le preguntase como fue ese día, no tendría más que el recuerdo de lo ocurrido.

Una noche cualquiera para Daniel, en la que la luna estaba alta y las estrellas brillaban con todo su esplendor, mientras él ya recostado en su cama estaba, ocurrió. Un zumbido, comenzó como una ráfaga de viento que pronto cambio a un estallido en la lejanía mientras el piso se sacudía. De golpe se levantó y tomando su arma salió de la casa. Sus dedos pisaban con precaución la arena vibrante debajo de él mientras a la lejanía, un gran estallido de luz se pintaba en el cielo, como si de una nueva estrella se tratase. Se cubrió los ojos con la mano ante el brillo y pronto esa luz intensa comenzó a ascender al cielo mientras un crujir en el cielo resonaba, como si este estuviera siendo desgarrado y cuando la luz dejó de ser tan intensa y se perdió en el cielo hasta formar parte de este como un punto apenas visible y lejano, el ruido se detuvo.

Lo entendió y le era difícil creerlo, finalmente todo había acabado, realmente había acabado. La silueta en forma de triángulo que solía estar posada sobre el agua lejana había desaparecido. Se habían ido, las sombras se habían ido.

A pesar de lo importante del momento, Daniel no sintió más que un alivio momentáneo y un poco de confusión mientras su rostro dibujo una pequeña sonrisa. Después entre la confusión y el asombro regresó a su cama, sin darle la importancia que realmente merecía, pero un hombre solitario tampoco tenía mucho más que hacer.

Entonces en el futuro le preguntarían que ocurrió después, y eso, eso sí lo contaría con lujo de detalle. Diría que fue en el día mil trescientos diez, según le dijeron, después de la derrota de la humanidad, fue cuando todo realmente cambio, pues la gente al percatarse de lo ocurrido tuvo la paz que Daniel había obtenido desde hace tiempo, aquella que tanto se anhelaba y se creía extinta junto con la esperanza de la victoria.

Fue aquel día, después de que las sombras se fueron, dejando detrás de si no mas que caos y una imagen profunda de lo que la humanidad siempre fue, y tal vez, siempre estaría destinada a ser, que los volvió a ver. Vio aquella nube de humo aproximarse a la distancia junto con el ruido de un motor, vio el auto viejo y lleno de suciedad detenerse frente a él, y a la distancia, los tripulantes descendieron. Sus rostros eran igual a como los recordaba, entonces si, en aquel momento si sintió felicidad, si sintió alegría, finalmente sintió que todo tenía su cierre, no hizo falta mas que un gesto leve, una sonrisa sincera para que supiera que sus amigos, ahí, frente a él, sentían exactamente lo mismo.

Y entonces en el futuro le reconocerían el haber sobrevivido a todo aquello, brindarían y honrarían a todos los sobrevivientes y muertos y entonces Daniel tendría la vida que alguna vez anheló pero que no tendría sentido para él después lo ocurrido y, de todas formas, lo intentaría disfrutar, pues en el fondo, sabía que había cosas peores por las que pasar. 

La última esperanza Parte 3: Confrontación (The Last Hope #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora