4. BUEN PROVECHO

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Luego de su divertida noche, el asesino se deshizo del cuerpo de la chica como si nada hubiera pasado, regresó a su casa y de inmediato comenzó a planear quién iba ser su próxima víctima.

. . .

Al día siguiente, un vagabundo buscaba comida entre la basura y se topó con un saco con algo que parecía comida, el hombre, que estaba drogado y muy mal de la cabeza, lo sacó y se lo llevó para ver qué contenía.

. . .

Un hombre que pasaba por la acera notó algo extraño al fondo de un callejón y un poco intrigado fue a ver qué era exactamente.

Al acercarse, vio a un vagabundo que estaba de espaldas hacia él agachado sobre un charco de sangre y al intentar preguntarle si estaba bien este lo volteó a ver con unos ojos infernales y con una pierna humana en su boca.

El vagabundo cubierto de sangre y atragantado con su comida, le preguntó al hombre:

— ¿quieres un poco?

A su vez extendía su brazo con la pierna en mano ofreciéndole un poco el hombre quien asustado retrocedió un poco para luego salir de allí totalmente en shock.

No pasó mucho tiempo para que llamará a la policía que no tardó mucho en llegar a la escena del crimen.

Los investigadores Elizabeth Giles y Richard Hernández acudieron al lugar para tomar nota del hallazgo e inspeccionar el lugar a detalle.

Los médicos forenses iban a comenzar con el levantamiento pero el vagabundo no quería dejar su "comida", los oficiales tuvieron que usar el taiser (o pistola eléctrica) para reducirlo y proceder con mayor seguridad.

A simple vista se notaba que la víctima fue torturada antes de ser asesinada y según la versión del testigo no sabía si el vagabundo fue quien la asesinó.

El vagabundo, volviendo en si luego de la descarga eléctrica gritó:

—la saqué de la basura y me la comí estaba deliciosa, no cabe duda que en la vida hay personas exquisitas.

Decía mientras era llevado a la patrulla

Luego de llevárselo, los investigadores Elizabeth y Richard comenzaron a revisar la escena con mayor detalle sin encontrar nada revelador por lo que decidieron seguir con la inspección en los laboratorios forenses.

—Elizabeth, ¿Tú crees que ese hombre fue quien la asesinó? —dijo Richard.

—No lo creo —dijo Elizabeth —la chica tenía la marca en su brazo

—quiere decir que...

—sí, es otra víctima más del asesino que estamos buscando, esto no podría ayudar a reunir más pistas para atraparlo

—Sin duda alguna —dijo Richard —con ella ya suman seis casos de posiblemente el mismo sujeto.

—así es y tengo el presentimiento que no acabará allí —dijo Elizabeth

— ¿Porque lo dices? —dijo Richard.

—olvídalo, vámonos hay mucho trabajo que hacer

Luego se montaron a su auto y se fueron sin saber que esa misma noche ocurriría algo aún peor.

Por la noche, una chica linda, rubia, curvilínea y muy sensual iba rumbo a una fiesta vestida con un elegante vestido rojo y unos tacones altos que estilizaban aún más su sexy figura.

En la fiesta, un atractivo hombre se acercó a ella y de inmediato comenzaron a charlar.

—hola lindura, ¿Cómo te llamas?

El asesino de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora