8. LA LLAMADA

8.4K 558 70
                                    

Elizabeth reaccionó asustada al oír las palabras de aquella aterradora voz y más con el hecho de pensar que quién estaba del otro lado del teléfono podría ser el asesino y peor aún, que este la estuviera observando en ese mismo momento.

—te sientes bien Elizabeth, te veo un poco asustada, ¿Quién te llamó? —preguntó Richard preocupado.

—No pasa nada, alguien marcó a mi número por error, no te preocupes, no es la gran cosa—dijo Elizabeth.

— ¿estas segura? —preguntó Richard.

—sí, no te preocupes, estoy bien. Cambiando de tema, creo que ya descubrí un patrón en estos crímenes.

—dime, ¿Cual podría ser?

—las edades de las víctimas van desde los 18 hasta los 25 años, por lo que el asesino solo busca víctimas jóvenes

— ¿pero eso en que nos ayuda?

—todas las víctimas presentan rasgos de violación por lo que el asesino también es un violador

—aja y...

—por último los rasgos físicos de las chicas son casi los mismos, por lo que el asesino selecciona a un tipo de víctimas en específico.

—Aún no logro entender —dijo Richard rascándose la cabeza.

—para que me entiendas mejor, el asesino solo ataca chicas rubias de ojos azules y por la forma en que las asesina quiere decir que está tomando venganza por algo ya que es evidente el odio con el que las ejecuta.

—o sea que es un sádico asesino vengativo que además está loco por las rubias —dijo en broma.

—prácticamente si, o al menos eso se supone, las condiciones en las que hemos encontrado los cuerpos han retrasado la investigación, pero al terminar los análisis podremos tener más indicios sobre quién podría ser el asesino.

—vaya Elizabeth, cada día me asombras más con tu inteligencia y belleza —dijo coqueteando.

—gracias, pero no es tiempo para halagos, tengo que salir, nos vemos luego.

— ¿a dónde vas?

—No tengo tiempo para explicaciones, debo irme —besa su mejilla y se va.

Richard quedó en la oficina revisando algunos documentos cuando el sonido de su teléfono lo asustó bruscamente.

Era una llamada de un número desconocido, y ya podía imaginar de quién era.

—hola Richard, ¿qué tal el trabajo? —dijo una profunda voz.

— ¿ahora qué quieres? —dijo molesto.

—relájate, luces un algo alterado, toma un poco de café, eso te calmará un poco.

Richard reaccionó asustado ya que precisamente tenía una taza de café en su escritorio, por lo que de inmediato se dio cuenta que el tipo de la misteriosa voz lo estaba observando.

—está bien, habla de una vez y dime qué es lo que quieres.

—Mejor tú dime qué es lo que quieres, espera, ya sé que es —dijo burlándose.

—basta de bromas, ve directo al grano.

—jajajajaja, es divertido verte enojado, pero volviendo al tema, tengo algo que proponerte.

—Di que es lo que quieres de una maldita vez —dijo golpeando su escritorio y viendo a su alrededor.

—Te propongo un juego, ya sabes de acertijos, misterios y jajajajaja rompecabezas, la primera pista ya está dada, búscala, encuéntrala y que te diviertas —dijo riendo antes de terminar la llamada.

El asesino de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora