37. DETRÁS DE TI

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Sin perder más tiempo, Joe sujetó a Lili por el cuello con una mano mientras con la otra buscaba el sedante en la guantera. Ella, por su parte, no se rendiría tan fácilmente, luego de haber pasado por tanto, desistir no era opción. Entre inútiles pataleos y manotadas al aire, recordó que aún traía consigo el tenedor, y sin pensarlo mucho, lo clavó en la mano de Joe quien rápidamente reaccionó quitandola, sólo para que Lili aprovechara la oportunidad y le estrellara la cara en el volante, tomara las llaves y saliera del vehículo para escapar hacia su libertad.

La luz azul parpadeante de los faroles era la única lumbrera que iluminaba su camino, su respiración agitada y sus pisadas en el pavimento irrumpían en el silencio de la oscura noche. Poco a poco dejaba atrás a su verdugo,  la pesadilla parecía haber terminado, pero únicamente para darle paso a algo peor.

Mientras más se alejaba más segura se sentía, parecía haberse quitado un gran peso de encima, sin embargo, el sentimiento sería pasajero.

Al voltear hacia atrás mientras aún corría, notó como a la distancia la luz del auto dibujaba una silueta que parecía dirigirse hacia ella rápidamente.

Al voltear hacia atrás mientras aún corría, notó como a la distancia la luz del auto dibujaba una silueta que parecía dirigirse hacia ella rápidamente

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No lo podía creer Joe iba tras ella. El golpe no lo detuvo y tampoco el tenedor en su mano, estaba decidido a atraparla y nada se interprondria en su camino.

Lili corría por su vida sin embargo la suerte no estaba de su lado.

A pesar de estar al borde del colapso, Lili seguía su instinto de supervivencia que le gritaba en su interior; Corre o muere. Al mismo tiempo Joe parecía no dar tregua, cada de vez estaba más cerca de ella, y ahora no dejará que su presa escape.

Tras varios minutos de persecución Joe logró alcanzarla
y tomándola del cabello la tiró al suelo para luego comenzar a arrastrarla hasta su auto. Lili trataba de soltarse sin embargo su intentos eran en vano.

El frío asfalto desgarraba la ropa de Lili mas no su espíritu de lucha. En un último intento de escape, logró tomar la pierna de Joe haciéndolo caer para luego tratar de huir, sin embargo, él no lo permitiría esta vez. Reaccionando rápidamente la tomó de su camisa, para luego tirarla al suelo y subirse sobre ella.

—te lo dije, debiste correr más rápido —exclamó sacando un frasco y un pañuelo de su bolso —ahora duerme, mañana podrás ver la la luz.

Al día siguiente, en Adelaida, todo parecía haber vuelto a la normalidad, luego de haber capturado al asesino de ojos azules era de esperarse que fuera así, sin embargo nada es lo que parece.

Por la mañana, en la comisaría, Elizabeth ordenaba algunos de documentos en su escritorio cuando un oficial le notificó que había alguien que quería hablar con ella. Sin saber más detalles al respecto, Eli salió de su oficina y se dirigió al recibidor donde una joven de cabello oscuro y ojos claros esperaba por ella. Algo en su aspecto se le hacía familiar, sentía conocerla de antes pero no sabía de donde.

Con un gesto, Elizabeth le indicó que entrase a su oficina donde una macabra verdad estaba por ser revelada.

—toma asiento —exclamó mientras tomaba su lugar —y dime ¿en que puedo ayudarte? —preguntó preparando su libreta para tomar nota pensando que se trataba de una simple denuncia, lo cual no fue así.

—Aún no han atrapado al asesino —afirmó fríamente.

Elizabeth reaccionó perpleja tras oír lo que la chica decía, y dirigiendo toda su atención hacía ella preguntó:

—¿que te hace estar tan segura de eso? —cuestionó incrédula —además, ya capturamos al asesino, deberías ver más noticias —inquirió sarcásticamente

—y usted debería ser un poco más inteligente —replicó —ha estado haciendo todo lo que el asesino quiere que haga, y sin darse cuenta, ha sido su cómplice —afirmó sin remordimiento.

—no entiendo a que te refieres —respondió molesta

—Hay más de un asesino —recalcó —.  El verdadero asesino aún sigue suelto

—¿porqué lo dices? —preguntó dudosa

—Yo lo vi —afirmó seriamente —y justo ahora él nos está viendo

Un incómodo silencio cortó la conversación, era evidente el asombro en el rostro de Elizabeth quien no pude contenerse a preguntar:

—Si lo has visto ¿Como luce él?,  ¿donde está? ¿cuando lo vio por última vez? —interrogaba exaltada

—Usted debería saberlo, al fin y al cabo lo ve todos los días

—¿que insinua con eso? —preguntó molesta

—la verdad saldrá a la luz cuando el día este por llegar

—deja de balbucear y dime de una vez que pretendes con todo esto —exclamó airada

—mi destino está sellado con sangre azul, y el suyo también —sentenció con una mirada vacía e inexpresiva —es momento de terminar lo que empecé —añadió sacando un revólver de su bolso para luego ponerlo en su barbilla —dile a Richard que lo amo y que al fin podré descansar en paz—concluyó su oración y su vida jalando el gatillo

El sonido del disparo retumbo por las paredes del lugar, los muebles se tiñeron de rojo mientras la sangre se esparcia sin control. El cuerpo cayó al suelo, el silencio se hizo absoluto, todo permaneció en una calma póstuma hasta que el bullicio y los murmullos comenzaban a ganar notoriedad. Elizabeth permanecía de pie, en shock, con la mirada fija a la nada, procesando todo en una especie de trance mientras los agentes llegaban al lugar alertados por la detonación. El ruido se apoderó nuevamente del lugar, varios agentes realizaban llamadas en sus radio transmisores mientras otros atendían a Elizabeth quien volviendo en si reaccionó a lo ocurrido.

—Cayense —gritó furiosa —todos fuera —ordenó sacandolos a todos

—pero agente Gillies —replicó un oficial

—dije todos fuera —enfatizó con rabia cerrando la puerta y quedando sola con el cadáver

Eli no podía confiar en nadie, por lo cual, antes que se llevarán a la chica decidió revisar sus pertenencias ya que era posible que tuviese una pista consigo.

Tomando rápidamente un par de guantes de su gaveta, procedió a revisarla mientras del otro lado de la puerta le pedían que abriera.

A los pocos segundos de búsqueda Elizabeth encontró un sobre y una hoja de papel arrugado.

Superficialmente notó que el sobre estaba sellado y que únicamente se podía leer una dirección en la esquina inferior de este. Dejandolo a un lado,
procedió a destender el papel para darse cuenta del macabro mensaje que decía;

Estoy detrás de ti...




—————[ NOTA ]——————

Antes que nada gracias por seguir leyendo y demostrarme cuanto aprecio me tienen a mi y a mi historia.

Lamento la larga espera (hasta yo me desesperé conmigo mismo) sin embargo últimamente he estado muy ocupado en mi trabajo y me es algo pesado escribir pensando en todo el trabajo que debo hacer y viceversa. Por eso tomé este tiempo para organizarme y hacer este capítulo que ya tenía desde hace una semana pero que aún no me convencía hasta ahora.

Espero les haya gustado, estoy trabajando duro para que a más tardar junio ya pueden adquirir el libro en físico y disfrutar aún más de El asesino de ojos azules

Sin más que decir, los quiero mucho, besos y sagbre y chocolate desde aquí.

Hasta la próxima bekers

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El asesino de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora