29. DETRÁS DE TI

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NOTA: DA CLICK AL VIDEO PARA OIR UNA PISTA DE FONDO (no es mia pero disfrutenla XD)

Tras leer el diario y analizar algunas cosas, el sujeto guardó los libros y se preparó para un par de visitas. Mientras, del otro lado de la ciudad, Elizabeth ordenaba algunas carpetas en su escritorio cuando John llegó a molestar, es decir, a saludar.

—Hola Elizabeth, ¿cómo estás?

—Ocupada —contestó tajante

— ¿quieres que te ayude? —preguntó mientras se acercaba

—Creo que ya has ayudado lo suficiente, sal de mi oficina por favor —respondió molesta

—espero no estés enojada porque haya salido con tu hermana —agregó riendo sarcásticamente —tú te lo perdiste y ella lo supo aprovechar

—No vuelvas a acercarte a Liz y sal de mi oficina —añadió furiosa acercándose a él

—está bien, tranquila pero no deberías...

Antes que terminara de hablar, uno de los agentes entró a la oficina a dejarle el correo a Elizabeth interrumpiendo la conversación.

—Agente Gilles, tiene correo —se dirigió a ella

—muchas gracias, puede retirarse

Elizabeth comenzó a revisar el correo cuando un sobre llamó su atención y la de John quien desde lejos observaba. Era un sobre blanco con letras azules que decían LÉEME. Elizabeth observó con asombro la carta al igual que John quien muy interesado parecía haberse dado cuenta de los que decía.

— ¿sucede algo Elizabeth? —preguntó John al ver su reacción

—No para nada, solo son un par de cartas de la central en Mellbury —respondió guardando las cartas en un cajón de su escritorio.

— ¿y alguna carta de algún enamorado o amigo secreto? —preguntó provocándola.

Elizabeth se dio cuenta que John parecía haber notado el sobre, y como no, si podría haber sido él quien se lo envió.

— ¿Por qué la pregunta? —cuestionó

—Solo curiosidad —respondió —tú también luces algo curiosas —añadió —ten cuidado, la curiosidad mató al gato —sentenció saliendo de la habitación.

Las dudas de Elizabeth hacia John eran cada vez más justificadas, pero aún debía reunir más evidencias para acabar con lo que sea que estuviese planeando y tenía el presentimiento que la carta le podría ayudar, pero no podía leerla ahí, tenía que esperar a llegar a casa.

Mientras tanto, John se retiró a su oficina y al parecer él también había recibido correspondencia. Entre los sobres blancos uno llamaba su atención sobre todos ellos, y en él decía LÉEME en letras azules tal y como el de Elizabeth.

John cerró con llave la puerta de su oficina y procedió a abrir el sobre y ver lo que contenía. Dentro de este, una nota escrita en tinta también azul versaba lo siguiente.

TE ESTOY OBSERVANDO

John reaccionó con duda e intriga por primera vez, al parecer, no tenía ideas de quien pudo haberle dejado tal nota, pero sin duda lo averiguará. Ya de noche, y en otro punto de Adelaida, una tortura lenta y dolorosa se estaba llevando a cabo.

En una habitación blanca, acolchonada de piso a techo, una chica de rubio cabello entraba en desesperación tras estar allí por un número indefinido de días, ya que la soledad la hizo perder la noción del tiempo.

La habitación permanecía en completo silencio y totalmente iluminada con luces azules excepto cuando estas comenzaban a parpadear y apagarse en lapsos de tiempo cortos y rápidos. A su vez, de unas bocinas ubicadas en el techo, aterradoras melodías comenzaban a sonar seguidas de inquietantes sonidos de llanto, tortura y voces agobiantes de gente siendo asesinada.

El asesino de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora