Prólogo.

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Scorpius Malfoy se perdió en la mirada color olivo. No tenía mucho en la mente en ese momento; sólo el rostro de esa pecosa pelirroja que sonría abiertamente hacía él.

Sabía en qué preciso momento supo que estaba enamorado de ella.

El cabello ondulado estaba completamente húmedo, aun se podían ver pequeñas gotas en él, sus mejillas estaban rojas, por la vergüenza y por el enojo. —Cálmate, Lils –se burló él, y por primera vez su vista se desvió para observarla enrolada en la toalla, como cuando comenzaron a hablarse hacía un año atrás –dime ¿estás en esos días del mes? –su carcajada resonó aún más en el rostro de la chica que se coloreó más.

— ¡Eso no tiene nada que ver! –Chilló ofendida –pero sí, son esos días.

—Claro que tienen que ver, Lily –negó –el humor de las chicas es más confuso en esas épocas.

—Mi periodo menstrual no tiene nada que ver con mis cambios de humor –espetó –eres muy estúpido para notarlo.

—Ya, si no son tus días ¿qué es?

—Tú, tú siempre alteras mi estado de humor, para fortuna o desgracia, en cualquier sentido, si estoy de buen humor puedes hacerme enfurecer, y viceversa –gruñó y lo golpeó –ahora lárgate.

Se había quedado quieto, perdido en sus pensamientos, perdido en la última imagen de Lily en su mente, haciéndole tragar fuertemente la saliva que se había acumulado en su boca, en ese momento lo supo, que se había enamorado de Lily Luna Potter, y no podía hacer nada para remediarlo ¿qué había hecho? Lo que cualquier Malfoy normal hubiese hecho.

—Los anillos –escuchó a lo lejos –Scorpius, los anillos –sacudió la cabeza y observó a la pelirroja de sus recuerdos sonriendo –los anillos –sonrió divertida –no planeas que nos casemos sin ellos ¿cierto?

—Cierto, aquí están –los sacó de su saco  y se los entregó, la pelirroja rodeó su cuello y lo besó en la mejilla con una sonrisa.

Se hizo a un lado, cuando ella se giró hasta su futuro esposo, que le sonrió, el lugar estaba vacío, sólo estaban ellos dos, y él, como siempre, el mejor amigo que cubría las huellas de su mejor amiga.

—Lily Luna Potter, Sebastian Keller, yo los declaro, marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Él observó a ese hombre besar a Lily, se habían conocido hacía tres años porque Ted Lupin los había presentado, la química había sido inmediata, aunque fuese la clase de hombre que Scorpius hubiese creído que no sería lo suficientemente bueno para ella, pero estaba ahí, tres años después, viéndola unir su vida a él.

—Ya ¿crees que una boda muggle valga para mis padres? –se burló Lily rodeando el cuello de su esposo, que la tenía en brazos.

—Supongo que sí –se encogió de hombros –siempre podemos volver a casarnos –la besó.

—Bájame –pidió y él obedeció, la pelirroja se aventó a los brazos de su mejor amigo y esparció besos por todo el rostro del rubio, salvo los labios de éste –eres el mejor amigo, gracias por venir aquí.

—Soy tu mejor amigo ¿no es así? –se burló.

—Sin duda gracias por siempre estar con ella, Malfoy –aceptó Sebastian, Scor sonrió enfadado, nunca se habían llevado bien, y Lily lo sabía, tal vez por eso, después de intentar por todos los medios, había decidido no forzar a ninguno a tratarse más de lo necesario.

Los llevó a comer como regalo de bodas, después de eso, Sebastian se iría, porque su jefe Ted Lupin, le había informado que pasarían un largo periodo vigilando una villa mágica donde se presumía que había vestigios de que un mago oscuro quería tomar el poder, así que el escuadrón de Teddy había sido asignado al lugar, y con eso, el nuevo esposo.

—Estoy tan feliz –chilló emocionada Lily sujetando las manos de su esposo –no puedo creer que hiciéramos esto –se mordió el labio.

—Bueno, fue apresurado, pero sin duda quería marcharme sabiendo que eres mi esposa.

—Dejándola viuda si mueres –soltó mordaz Scorpius, haciendo que Lily frunciera el ceño claramente enfadada y le pateara la pierna por debajo de la mesa.

Normalmente, la historia hubiese terminado para cualquier hombre enamorado en ese momento en el que ella dio el sí, y él fue demasiado cobarde para declararse en el minuto final, hubiese podido arruinar todo para Lily, cambiar las cosas a su favor, pero no importaba mucho lo que hiciera, ya todo tenía un curso específico, sin embargo, aún no era anciano, y no podía decir: La historia fue, porque seguía.

Lily levantó el rostro cuando el rubio le frotó los brazos, le dedicó una sonrisa amigable, algo raro en ese rostro engreído, aristocrático y atractivo, ella le devolvió el gesto y no dijo nada cuando la abrazó, por el contrario, hundió su rostro en el cuello de su amigo, olfateando la colonia de Scorpius, siempre le había gustado como olía su amigo, desde que se vio forzada a dejarse abrazar aquella primera vez, era lo único bueno de todo, ahora adoraba permanecer entre los brazos de ese rubio arrogante.

¡Hola! Primero que nada, año nuevo, historias nuevas, jajaja, no, no me crean, tengo que decir que el hecho de que esté publicando este fic es a causa del azar, así es, estuvo en manos de una moneda decidir si era el momento o no, de que subiera e...

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¡Hola! Primero que nada, año nuevo, historias nuevas, jajaja, no, no me crean, tengo que decir que el hecho de que esté publicando este fic es a causa del azar, así es, estuvo en manos de una moneda decidir si era el momento o no, de que subiera el fic, y ha dicho que sí, es tiempo de hacerlo, he estado trabajando en este fic desde mediados del año pasado, no de forma continua porque algunos sabrán, he estado bloqueada con esta pareja, así que sólo tengo 7 capítulos, espero que sea de su agrado el prólogo, y muchas gracias a quienes decidan darle una oportunidad ;)

La Historia Fue || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora