13. Amistad Clandestina.

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Lily se removió despertándose por fin, ni siquiera se había dado cuenta en qué momento se había quedado dormida, lo único que recordaba era haber terminado sus deberes y estar charlando con Scorpius mientras éste hacía los suyos, el calor de la chimenea posiblemente le había relajado un poco, se acomodó de nuevo, dejando que el agradable aroma inundara sus fosas nasales, le encantaba ese olor, posiblemente era su olor favorito en el mundo, después del de la comida, por supuesto, sus ojos se volvieron a abrir de golpe cuando recordó a qué pertenecía ese aroma.

El brazo de Scorpius estaba en su cintura, abrazándola, la había cobijado con su túnica, posiblemente por si se movía dormida, la falda no se levantara y se le vieran las pantaletas, los deberes del joven estaban extendidos, así que ella comprendió que Scor se había quedado dormido esperando a que la tinta se secara para poder guardar todo aquello.

—Scorpius –lo movió incorporándose –tus rondas, si no las hacen, te van a castigar –informó.

—Quiero dormir –murmuró, se incorporó para rodear su cintura de nuevo, la recostó junto a él, y subió su pierna izquierda en el cuerpo de Lily, subiendo su falda, ya que se había quitado la túnica del chico.

Lily se acomodó sin darle importancia, quedándose dormida también, poco importándole pasar el resto de la madrugada en el sofá de la sala común o que fuese Scorpius quien dormía junto a ella, realmente comenzaba a verlo como un buen amigo, más que un idiota que la usaba como atajo.

Le dio la espalda, haciendo que él se quejara, pero volviera a abrazarla, la respiración tranquila del chico en su nuca hizo que le diera frío, así que volvió a cobijarse con la túnica, perdiéndose así en sus sueños.

Audrey fue la primera en bajar por la mañana, sonrió completamente al ver a sus amigos dormidos, Scorpius estaba recostado bocarriba, su pierna derecha estaba recargada en el sofá, y Lily estaba sobre él, la rubia no comprendió si habían dormido en la alfombra o se habían caído del sofá, y por un momento recordó las palabras de su novio.

Si ella no conociera bien a Scorpius, también supondría que terminaría fijándose en Lily, por la pelirroja no hablaba, no la conocía tan bien, pero Hugo le había dicho que cuando Lily te daba un rol en su vida, ni el mismo Merlín podría cambiar el hecho, por lo tanto, la joven jamás lo vería como un interés romántico, al menos no en esa vida.

—Lily, es hora de que subas por tus cosas, o no alcanzarás a desayunar.

La pelirroja se despertó de inmediato, sin dar oportunidad a más, la palabra desayuno, comida, cena, o simplemente comida, era suficiente para hacerla resucitar, la rubia rió divertida, cuando su amiga subió corriendo rápidamente, tenían que ir al entrenamiento, el próximo partido era en unos días, así que no podían darse el lujo de holgazanear, tampoco era como si Tamara los dejara.

Las trece vueltas alrededor del campo, fue con Lily saboreándose el delicioso desayuno que habría cuando todo eso terminara, quizás por eso, estaba corriendo rápidamente para terminar las vueltas, ya Tamara le había dicho que mientras más rápido hicieran bien la rutina, más tiempo para holgazanear antes de clases, eso, era sinónimo para Lily de "comer todo lo que se podía cincuenta minutos antes de la primer clase".

—Vaya Lily, te pondré una pierna de pollo flotando enfrente, quizás eso te haga correr así de rápido todos los días.

— ¿Podrá comerla al final del entrenamiento? –se giró en dirección a Tamara, que sonrió.

—Sí, podrás comerla al final –rió divertida.

— ¿Por qué no lo has hecho desde antes? –frunció el ceño y aumentó el paso.

La Historia Fue || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora