10. Una Gran Pelea.

602 46 6
                                    

Las clases habían comenzado como estaban planeadas, para Lily era una tortura, ya que tenía que levantarse demasiado temprano para los entrenamientos y luego ir a clases, la vida no podía ser más cruel con ella, por fortuna, Hugo y Audrey ya estaban de vuelta, así que no se sentía tan sola.

En cuanto Scorpius, estaba de un humor insoportable, ya que el lunes, cuando bajó al Gran Comedor emocionado, Rose lo ignoró, tal y como Albus se lo había dicho, y posiblemente en algún punto, había creído que ella había tenido algo que ver al respecto de eso, así que se sentaba con Hugo en la mesa de Ravenclaw, ya que el joven había pedido un lugar intermedio, no la mesa de Gryffindor, pero tampoco la de Slytherin.

—Sigue enfadado porque mi hermana lo ignora ¿cierto? –la mirada de Hugo fue hasta el rubio, que estaba rodeado de su séquito y otros cuantos que estaban haciendo méritos para que los invitara a la última fiesta de cumpleaños fenomenal que vería Hogwarts en décadas.

—Sí, pero ya se le bajará, en las próximas vacaciones en las que vuelva a existir para ella –se burló Lily.

Su risa cantarina viajó por todo el lugar, cuando Scorpius y sus seguidores se quedaron callados, así que le dirigió una mirada furiosa, cuando sus ojos se encontraron, Lily lo ignoró, volviendo su atención al pudín de chocolate que había aparecido, haciendo que sus ojos brillaran con fascinación.

—Pudín, que delicioso –sonrió Audrey, quitándoselo a Lily.

—Oye, oye, oye... -intentó quitárselo, pero la rubia ya había metido su lengua, haciendo que ella desistiera, suspiró abatida, pero no se quejó.

—Vaya, es la primera vez que no ataca a muerte a alguien por quitarle el postre –bromeó Hugo.

—Cállate, o te arrancaré las patillas –frunció el ceño y puso mala cara cuando no le quedó de otra que tomar un racimo de uvas.

—Qué saludable –se burló Albus sentándose junto a ella.

—Audrey robó mi pudín –hizo pucheros.

—Toma el mío –murmuró Rose, dándole su pudín.

—Eres maravillosa, Rose Weasley ¿ya te lo han dicho?

—Creo que no –rió –bien, los dejo, tengo clases.

Scorpius avanzó rápidamente al encuentro de Rose, y a pesar de que quedaron frente a frente, la pelirroja de cabello rizado, se hizo a un lado para pasarlo, sin decirle una sola palabra, la mirada del rubio volvió a toparse con la de Lily, para después observar que estaba siendo el espectáculo de la familia Potter-Weasley-Weasley-Granger-McLaggen.

—M—

La tarde después de clases, Scorpius se sentó frente a ella, al otro lado de la misma mesa, unos segundos después, Audrey se desparramó en la silla entre ellos, suspiró, Scorpius sí le hablaba a la  rubia, pero a ella no, no iba a suplicarle porque le dirigiera la palabra, ella no había tenido la culpa.

—Tamara está histérica –murmuró para Lily –odia que te sientes en la mesa de Ravenclaw, lo ve como una debilidad.

—Hugo no quiere sentarse más en la mesa de Slytherin.

—Sí, lo sé...

—Es igual que...

—Chts –lo calló Audrey, dedicándole una mirada seria.

—Deberíamos conseguirle un novio a Tamara –sugirió Lily avanzando en sus deberes, si volvía a dejar de hacer algo, la profesora Vector le bajaría calificación y la mantendría en castigo en el próximo partido de Quidditch, y nada, absolutamente nada, cancelaba el Quidditch.

La Historia Fue || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora