Epílogo: This Love.

1.3K 52 66
                                    

Scorpius Malfoy se quedó sorprendido por las palabras de su esposa, tenía que estar bromeando al respecto, la sujetó de la muñeca cuando ella se alejó de él, la maleta estaba hecha.

Habían tenido el mejor sexo en sus vidas, al menos en la de él, la había visto tragarse la gragea anticonceptiva como siempre, y ahora, repetía las palabras de la noche pasada, regresaría a Inglaterra, pero él podía permanecer en Suiza.

—Potts, hablemos esto como adultos civilizados.

—Es que no estoy siéndolo –sonrío, mientras negaba –ya lo dijiste Scorpius, amas ser Sanador más que cualquier cosa en el mundo.

—Exacto, más que cualquier «cosa» tú no eres una cosa, Lily, eres la mujer de mi vida, mi esposa...

—Sí, soy tu esposa –aceptó –pero me temo que no la mujer de tu vida.

—Tú me diste este sueño, por ti soy Sanador –le informó, dolido.

—Eso no es cierto, Scorpius –lo sujetó de las mejillas –tú eres maravilloso como Sanador, eso no sería posible si solo lo hicieras porque alguien puso ese sueño en ti, tú te apasionaste de la carrera, de tu profesión, y no te culpo por amarle más que a nada ni nadie –lo besó suavemente –bien lo dijiste, tu profesión es demasiado celosa y demandante, yo no seré el impedimento entre ustedes.

—Lily, por piedad, no me hagas esto.

—Te deseo la mejor de las suertes en tu nuevo trabajo.

—Estas dudando de nuevo de mi amor por ti ¿cierto? ¿Por eso me estás dejando?

—Creo que los dos sabíamos que esto no iba a durar, bien lo dijo el pequeño Remus, es imposible que dos personas con diferentes sueños compaginen bien, lo intentamos, Scorpius, pero no funcionó, es mejor terminar ahora que terminar odiándonos,

La pelirroja salió de la habitación, dejándolo completamente incrédulo ante las palabras pronunciadas ¿realmente habían intentado con todo su ser? No. Dudaba que lo hubiesen hecho.

Scorpius Malfoy se quedó en Suiza, en ese pequeño motel mágico, no tenía ganas de buscar un nuevo hogar, la lechuza de su padre con el papeleo llegó una semana y media después, con una carta personal, que no abrió ¿para qué? Ya no había nada que hacer, pero iba a negarse a firmar algo que le separase de Lily, no, no iba a dejarla libre tan fácilmente.

—X—

Su nuevo trabajo era maravilloso, sin duda lograba hacerle olvidar la miserable vida que estaba llevando desde que Lily se había ido, dejándolo solo ahí.

—Sanador Malfoy –saludó la Sanadora Yulia, con una sonrisa coqueta en los labios.

—Sanadora Petrova –saludó con una sonrisa incómoda.

—Ha estado bastante tiempo aquí, pero al parecer no conoce mucho la ciudad.

—No, me he dedicado al trabajo más que a cualquier otra cosa.

—Su rostro lo dice –le acarició el rostro –se ve agotado, yo podría...

—Estoy bien –se alejó.

—Me han dicho que es casado, pero en estos tres meses, no hemos tenido la oportunidad de conocer a su esposa ¿algún problema en casa por sus horas aquí?

—Mi esposa está en Inglaterra –contestó, haciendo sonreír a Petrova.

—Vaya, esa mujer no debería confiarse mucho, es bastante atractivo, no cualquier chica respetaría eso –volvió a acercarse a él.

La Historia Fue || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora