La Historia Fue || Scorily

6. Fin de Mes.

Albus Severus Potter avanzó un poco más hasta el rubio, con el ceño fruncido, sus dos guardaespaldas hicieron lo mismo, pero sólo lo hicieron sonreír fanfarrón.

—Aléjate de mi hermana, posiblemente ella es muy ingenua aun, pero sé que sólo la estás usando ¿para qué? Aun no lo sé, pero no jugarás con ella.

—Pero sí dejaste que el idiota detrás de ti lo hiciera ¿no es así?

El rostro del mediano de los Potter se distorsionó en confusión, retrocediendo un paso de Scorpius que sonrió.

—Veo que no te lo han dicho, ninguno de los tres, posiblemente tu hermana y yo tengamos un trato –aceptó –ella me ayuda en algo, y yo a ella, pero no significa que nos gustemos, sólo somos amigos, pero aquí, tu amigo Lysander –suspiró –quien sea de los dos de atrás –no te ha dicho que le puso el cuerno a tu hermana ¿no es así? Y no obstante con eso, ni siquiera le ayudó cuando se fracturó el hombro en la lechuzería –avanzó más hasta Albus –tu hermana y yo somos amigos, pero nos falta mucho, para llegar a ser los mejores amigos inseparables, no me culpes por no suplicar que asista a mi fiesta.

Se alejó cuando el hermano de Lily se giró hacia sus guardaespaldas con una clara mueca de enfado, extrañamente, le agradó saber que ese Potter se preocupaba por su hermana, por un momento pensó que no le enfadaría el hecho, y que excusaría a Scamander por ser infiel, bueno, no había sido el caso y le agradaba la reacción de Albus Potter, mejorando su opinión de él.

Scor se dejó caer aun lado de Audrey, que estaba como loca terminando sus deberes, que después él copiaría sin remordimientos algunos, le sonrió y su vista vagó por toda la sala común.

— ¿Dónde está Potts? –interrogó.

—Dijo que tenía sueño, y se fue a dormir, creo que ni siquiera hizo sus deberes, Tamara la matará si baja de calificaciones.

—Que lo haga, no me importa –le dedicó una sonrisa divertida cuando la rubia levantó la vista para observarlo enfadada.

—Menos mal que bromeas –soltó negando.

—Ya mañana hablaré con ella –subió los pies al sofá y se acomodó.

—M—

El rubio sintió un fuerte golpe en la nuca, lo habían tomado desprevenido, tanto que se había golpeado fuertemente con el vaso, reventando su labio.

— ¡Oye! –gruñó enfadado al ver a Lily.

—Sabía que me equivocaba enormemente al intentar ser tu maldita amiga, eres un imbécil, traicionero, y espero, desde el fondo de mi corazón...

—No sé qué te pasa, Potts –soltó frunciendo el ceño y limpiándose la sangre con la servilleta.

—No tenías por qué decirle a Albus lo de Lysander, eran mis asuntos –soltó enfadada.

—Bien, ibas a seguir mintiendo ¿crees eso correcto? –se levantó enfadado encarándola.

—A ti no te interesa lo que decido hacer con mi vida ¿lo comprendes?

—Creí que éramos amigos –la atacó.

—Tus golpes bajos no funcionarán conmigo, Malfoy –hizo una mueca de desagrado –y sí, éramos, o al menos lo intenté, pero no necesito la amistad de alguien que a las primeras de cambio traicionará mi confianza.

—Yo no la traicioné –la sujetó del brazo cuando iba a irse.

— ¡Pues eras el único en saberlo! –Le echó en cara –y ahora toda mi familia sabe –se acercó a él, porque no quería que todos se enteraran de qué iba la pelea, de por sí, ya los veían atentamente –Si James o mi padre hacen algo estúpido al respecto de esto, te juro que vas a pagarlas, Malfoy –se soltó y salió del lugar.