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For me you're just
Isabelle Bennett.

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El constante ruido y habladurías no cesaban en aquella habitación, las personas ahí discutían sin prestar atención a la figura ya no tan inconsciente de Isabelle Bennett, quien había comenzado a removerse en la cama, aun sin estar del todo consiente había comenzado a murmurar, lo que hizo a su padre hiciera callar al resto y que uno de ellos corriera en busca del médico.

Los ojos de Isabelle se abrieron con rapidez y observaron todo a su alrededor, aun desorientada se intentó levantar cuando el medico llego a comprobar su estado, la pelirroja insistía en que estaba bien pero su madre había insistido en que la revisaran pues no era normal que alguien estuviera inconsciente por dos días por tan solo un desmayo.

Lo sorprendente para Isabelle, no fue el hecho de haber estado inconsciente por dos días, fue el no haber perdido disfrutar del festejo de año nuevo, aunque ella podía estar casi segura que ninguno en su familia pudo haber disfrutado mucho; se sentía muy culpable por aquello. El doctor salió, Isabelle desde la cama podía ver como sus padres hablaban con el doctor y como después de que este se marchara alguien más se acercara para hablar. Lo había visto antes, en Hogwarts, era uno de los aurores que habían estado cuando ella irrumpió en el despacho de McGonagall.

La puerta se abrió logrando que sus ojos se desviaran de la ventana a la persona que acababa de entrar, el cabello despeinado de su hermano le hizo sonreír.

— ¿Cómo estás?

— Bien, se los dije muchas veces, pero no me creen. —Alec soltó una pequeña risita— ¿Qué hace ese hombre ahí?

Alec miró hacia donde su hermana le indicaba. — No es nadie.

— Si es alguien, Alec. —reprochó— Ellos jamás pelean, ¿cuándo haz visto que mamá y papá peleen?

— Ellos creen que eres una banshee. —respondió— A pesar de que varios aseguran que solo fue un grito normal, el hombre de ahí estuvo en el momento equivocado para ti y fue él quien lo acusa.

— ¡No tiene razón para hacerlo!

— La tiene, Isabelle. —comentó— Les conto de tu pequeño incidente en Hogwarts, sin contar de que en estos dos días haz estado murmurando el nombre de una mujer, a la cual encontraron muerta hace unas horas. Tienes la mala suerte de que estamos en San Mungo, la comunidad mágica le tiene demasiado miedo a las banshees y que corra el rumor de que eres una no hizo fácil tu estadía.

— Pero no soy una, solo veo sombras.

— ¿Y que ves en esas sombras? —guardó silencio— ¿Qué paso ese día?

— Lo de siempre —respondió—, pero esta vez logre ver más.

— ¿Más?

— Sí, quiero decir antes solo lograba ver el momento en que pasaba, pero esta vez pude observar más cosas.

— ¿Estás diciendo que puedes controlar la visión?

— No lo sé, pero fue útil ver eso.

— ¿Estás pensando en ayudar?

— Ni en sueños, es muy peligroso que haga eso, además, estoy segura que voy a estar vigilada por los idiotas del ministerio. —señalo al hombre que terminaba de hablar con sus padres y se marchaba no sin antes dar una rápida mirada a Isabelle, quien solo sonrió y saludo con su mano al hombre, ganándose una carcajada por parte de su hermano— ¿Acaso todos los británicos son así de tontos?

— Nuestro padre es uno.

— Si... que mala suerte para él.



─ ✦ ─



El rumor de que Isabelle podía ser una banshee había llegado a los pasillos de Hogwarts, cada uno de los estudiantes la miraba con cierto temor, podía pasar mucho tiempo y las personas seguirían creyendo que estar con una banshee les traería la muerte, pero claro, esto era entendible pues desde siempre se le ha temido a estas criaturas, Isabelle también sentía miedo con esa idea de ser considerada una mensajera de la muerte a pesar de seguir negando que sea una banshee ella sabía que de alguna manera también llegaba a ser una mensajera.

Varios estudiantes murmuraban sobre ella cuando entró al gran comedor por su desayuno, todos la señalaban, las personas que querían salir del comedor o intentaban no acercarse a ella. Después de salir de San Mungo y de haber tenido que ir al ministerio para aclarar su condición se pudo reincorporar a las actividades escolares, pero nadie le advirtió que sería así. Su hermano sabía que no era la chica fuerte y sin sentimientos que aparentaba, eso lo comprobó cuando un Slytherin soltó un comentario ofensivo a su persona, Isabelle rodó los ojos y soltó un comentario acerca de la muerte de la chica para luego seguir comiendo, pero Alec vio como sus ojos se llenaban de lágrimas, la vio dejar su desayuno a medias y salir del gran comedor.

¿Por qué después de tantos años seguían creyendo las historias macabras que se contaba de las banshees? La respuesta que Isabelle tenía era un poco lógica, pues la mayoría muggles o magos crecieron con la idea de que esta entidad solo traía la muerte y tal vez por aquella razón se dio la caza de estas hace tiempo, quizás con el fin de que dejaran de provocar muertes, cuando en realidad lo que hacían era un presagio, según la cultura irlandesa solo la persona que estaba por morir escuchaba aquel lamento. Ahora poner esta situación en su caso no tenía sentido, ella veía a la muerte directamente y no la sentía como según se tiene entendido en las banshees.

Por otro lado, James Potter había observado aquella escena y mientras escuchaba al hermano mayor de esta arremeter contra el Slytherin salió del comedor, buscando a la pelirroja, hasta encontrarla, gracias al mapa del merodeador, en una de las torres más alejadas del colegio. Estaba sentada en el suelo con su cabeza posada en una de las paredes, los ojos de ambos se encontraron por un segundo hasta que el azabache rompió el contacto para caminar hacia donde estaba y sentarse a su lado.

— Yo no creo nada de lo que ellos dicen.

— ¿Qué? —él sonrió.

— Para mí solo eres un mago más que quiere graduarse de la mejor escuela de Hechicería, no me importa si eres una banshee, una sirena, un duende o un hipogrifo —Isabelle rio—, para mí solo eres Isabelle Bennett, la chica que está rechazando al mago más guapo.

— Pero si Albus jamás me ha invitado a salir.

— Eso dolió. —dijo James con una de sus manos en el pecho— ¡¿Prefieres a mi hermano antes que a mí?!

Ella pico una de las mejillas del muchacho con su dedo. — Prefiero a cualquier integrante de tu familia antes que a ti. —el chico abrió los ojos y observo a la muchacha, quien soltó una carcajada.

— ¡Eso es injusto! Soy mejor que cualquiera de ellos.

— Admitámoslo James, tu padre es mejor.

James se quedó callado pues sabía que era cierto, él tenía una gran admiración por su padre y se sentía orgulloso de ser su hijo, los ojos del azabache miraron a Isabelle quien había posado su vista en el cielo.

— Gracias.

— ¿Por qué? — preguntó James.

— Por lo que dijiste antes... ¿seguirías intentando salir conmigo incluso si fuera un hipogrifo?

James rio. — Saldría contigo incluso si fueras un elfo doméstico.

Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora