❝I can't do it without you.❞
Isabelle se removió entre las sabanas y abrió los ojos, volviendo a cerrarlos de golpe gracias a la iluminación que había en el sitio, un suspiro salió de entre los labios de la pelirroja al abrir los ojos y ver que estaba en el hospital, odiaba aquellos sitios, pero ahí era donde más tiempo había estado últimamente, ni siquiera su madre podía convencerla de ir a ese sitio y ahora estaba ahí en contra de su voluntad.
Se levantó con cuidado y se sentó en el borde de su cama, un pequeño dolor había aparecido en su abdomen, llevó una de sus manos a ese lugar y pudo sentir una gasa blanca, frunció el ceño y se levantó con cuidado, sus pies tocaron el frio suelo logrando que tuviera un escalofrió, con pasos lentos caminó hacia la ventana y observó la poca nieve que aún quedaba afuera. No sabía cuánto tiempo había estado ahí dormida, pero parecía como si fueran años, alzó la mano y la puso en la ventana.
— No deberías estar levantada.
— Tampoco debería estar viva, ¿verdad? —dijo la pelirroja girándose para encarar a la mujer de cabello corto. La mirada de Amber la recorrió de pies a cabeza antes de caminar lentamente hacia donde ella se encontraba.
Ambas se quedaron en silencio, la una observando por la ventana y la otra mirándola atentamente, Isabelle había aprendido que de nada servía intentar sacar información de Amber si ella no lo quería, tampoco estaba con ganas de presionarla, se sentía cansada y en ese momento hubiese preferido seguir sumida en sus sueños, al menos un poco más.
— El ministerio cree que se viene una guerra.
— Los del ministerio son unos inútiles que jamás han sabido tratar con asuntos así, siempre dejan a terceros que se encarguen. —comentó y luego soltó un bufido— Imagina que hubiese pasado si el ministerio se hubiese encargado de todos los magos oscuros que han aparecido a lo largo de la historia.
— También quieren interrogarte.
— Solo hablaré con Potter y contigo, a solas. —exclamó y volvió a caminar hacia la cama, con cuidado se subió y se recostó— Amber, yo... no puedo ver a Fred.
— ¿Como que no puedes verlo?
— Pues eso, no puedo... Deje de verlo cuando paso lo de James, aquella mujer había hecho algo y no podía verlo.
— Debes volver a conectar con él, ella no puede interferir en la conexión que tienes con él. —Isabelle guardó silencio y asintió con la cabeza, aunque ella no podía ver a Fred podía sentir la presencia del espíritu del pelirrojo, no era lo suficientemente fuerte, pero al menos era lo que necesitaba Isabelle para sentir tranquilidad— Iré a buscar a Potter, descansa.
Los ojos de la pelirroja observaron a Amber marcharse, desvió la mirada para posarla en el techo como si este tuviera algo interesante en él, luego de unos segundos cerró los ojos e intento sentir la presencia de Fred. Cuando Aneska se metía en sus sueños el pelirrojo era quien siempre estaba protegiéndola, aunque ella se negaba y molestaba por eso, le había dicho que no necesitaba ser protegida, peor aun cuando él iba a salir herido, este la ignoraba y seguía haciendo lo mismo. Sentía un vacío cada vez que pensaba en él y eso se debía al largo tiempo que paso alejada del que se suponía debía ser su compañero, pero los intentos por fortalecer aquella conexión de la que hablaba le eran imposible, la presencia que sentía cada vez era más débil.
— No me dejes Fred... —susurró— No puedo hacerlo sin ti.
─ ✦ ─
Harry Potter observó a la pelirroja y su corazón se estrujo en su pecho, se veía a el mismo ahí, una adolescente que debía estar disfrutando de sus años de colegio cargaba con el peso del mundo sobre sus hombros, Amber quien había sido obligada también a quedarse por la pelirroja también creía que no era no era justo que alguien tan joven deba exponerse a algo como eso.
Isabelle en cambio no había despegado la mirada de la ventana, mientras intentaba descansar había recordado todo lo que había pasado mientras había sido secuestrada y la imagen de ella asesinando a Iris había llegado a invadir sus pensamientos, se había convertido en una asesina y lo mínimo que esperaba era una condena en Azkaban, sabía que la noticia de la muerte de un estudiante no tardaría en llegar a los muros del castillo, no quería imaginarse cómo reaccionarían todos, pero más importante no quería saber cómo estaría la madre de Iris cuando llegara la carta contándole lo sucedido. La pelirroja soltó un suspiro y bajó sus manos mientras desvió su mirada de la ventana hacia la de los presentes.
— Se cómo detener todo esto...—susurró, Potter observó a la chica con atención— Pero no puedo hacerlo yo sola, necesito de su ayuda.
— El ministerio...
— No, ellos no pueden involucrarse en esto. —interrumpió— Aquel grupo son demasiado inteligentes, han estado vigilando al ministerio, el que ustedes hayan caídos en redadas ha sido culpa de Joseph Bennett.
— ¿De qué hablas Isabelle? —preguntó Amber observando a la pelirroja.
— Mi padre o el hombre que creí era mi padre me entrego a ellos, por más descabellado que suene. —ella soltó una pequeña risita y miró hacia otro lado— Ellos no querían matarlo a usted, solo fue una distracción... —se quedó callada— Todos fuimos un daño colateral. Joseph dio su vida para que aquella desquiciada despertara a su hermano y poder traer al verdadero problema.
— ¿Verdadero problema?
— Ellos solo son atraídos por las ideas de alguien más y necesitan de ese alguien para cumplirlas, Amber tu dijiste que aquella mujer era hermana de Ferenc, ella necesitaba un sacrificio para poder traer a su hermana, él era quien estaba en el cuerpo de James, el único que conocía donde estaba Declan Bălan.
— Es imposible. —exclamó Amber— Unas brujas sellaron su tumba con magia antigua, nadie conocía donde estaba su paradero.
— Tu misma lo dijiste Amber, aquellos hermanos son poderosos, pero como dije ellos no son el problema, Declan necesita el ancla para un extraño ritual de purificación. Solo los brujos puros podrán vivir.
— ¿Cómo sabes eso? —preguntó Potter y la chica suspiró.
— Meredith Boissieu es la única persona que sabía con exactitud como detener a Declan, la primera mujer bendecida por la muerte, la primera ancla en la historia. —los tres se quedaron callados e Isabelle volvió a mirar por la ventana— Sé que suena una locura, pero gracias a ella sé que hacer, se cómo detenerla, pero necesito de su ayuda.
Amber Lewis y Harry Potter se quedaron callados ante las palabras de la pelirroja, una completa locura, era cierto, pero habían visto y presenciado cosas peores para dudar de su palabra. Potter soltó un suspiro y se acercó a la chica.
— ¿Qué debemos hacer?
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Anchor ➳ James Sirius Potter
Fanfiction❝ Algunas veces tienes que ser tu propio héroe.❞ James Sirius Potter Fanfic Todos los derechos reservados ©2016