xiv

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Don't ever disappear like 
that again.

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Lo primero que Isabelle vio cuando despertó fue una cabellera rubia platinada, frunció el ceño y este sonrió al verla despierta, se presentó como Draco Malfoy, rápidamente ella recordó al pequeño platinado que solía saludarla siempre por los pasillos del castillo, Scorpius solía gritar el nombre de la pelirroja desde el otro extremo del pasillo haciéndola reír y sentirse avergonzada, bueno al menos ese sentimiento fue el que había actualmente, porque las primeras veces que lo hacía, solo quería lanzarse hacia el pequeño y golpearlo, ahora lo encontraba adorable.

Isabelle escuchó atentamente cada palabra que el rubio pronunciaba en cuanto a su salud y un suspiro de alivio salió de entre los labios de la pelirroja al escuchar aquellas palabras por parte de la enfermera que acompañaba al platinado; Ahora estas a salvo. Aunque muy en el fondo sabía que estaba parcialmente a salvo, huir no había hecho nada más que empeorar la situación y que posiblemente sus padres tomen medidas extremas. Vio al rubio salir de la habitación y esta se quedó en silencio, con cuidado se levantó de la camilla y caminó hacia la ventana, la vista no era muy interesante, pero al menos le mantenía entretenida de todos aquellos pensamientos, la puerta volvió a ser abierta y por ella entraba la cabellera castaña de su hermano mayor, la pelirroja al verlo corrió a sus brazos.

— Empezaba a volverme loco. —susurró, Isabelle se alejó de él y sonrió, despeino su cabello y luego pellizco su mejilla, viendo como este arrugaba el entrecejo.

— Yo también te extrañe —comentó— ¿Donde esta...?

Fue interrumpida cuando la puerta volvió a abrirse y un cuerpo se lanzó para abrazarla, la fémina sonrió cuando sintió los brazos de su hermano menor, ninguno de los hermanos Bennett admitiría esto en frente de alguien más, pero ellos estarían dispuestos a dar la vida por el otro de ser necesario, por más sorpréndete que pareciera, su actitud no daba para ser la clase de personas que harían eso, pero ellos lo harían si se trataba del otro. Una vez sus padres solían bromear con que algún día ellos mismo terminarían matándose entre sí, pero eso no era más que una máscara para ocultar la verdad. Ambos hermanos se separaron.

— No vas a llorar, ¿verdad? —preguntó juguetonamente Isabelle.

— ¿Por ti? Nunca.

— Admite que lloraste cuando supimos lo de su secuestro. —molestó Alec al menor.

— Admite que tú también lo hiciste. —fue así como una pequeña pelea empezó entre ambos hermanos por ver quien admitía más rápido que había llorado, la pelirroja desvió la mirada cuando escucho una risa conocida, sonrió al ver a Fred sentado en una de las sillas al lado de su cama, algo en ella le decía que él no se había movido de aquel lugar en todo el tiempo que estuvo inconsciente. Tiempo que tampoco tenía muy claro.

Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora