Epilogue
❝I love you, now, even when I die and
in another life.❞
Las gotas de lluvia comenzaron a caer del cielo y mojar todo a su paso, aunque eso poco le importaba a cierto mago que caminaba por el sendero de piedra, sus pasos eran lentos y cortos, como si quisiera evitar llegar al lugar al que se dirigía, aunque esto no era del todo mentira, porque después de cuatro meses, esta era la primera vez que se acercaba a aquel lugar.
Después de todo lo ocurrido se encerró en su dolor, ni siquiera lo mostro a otros, todas las lágrimas silenciosas que derramó jamás las vieron, las noches sin dormir y las pesadillas quedaron para él, pero el momento había llegado y debía hacerle frente a su demonio más grande; la realidad.
Sus piernas dejaron de moverse al quedar frente a aquella lapida blanca, unas flores adornaban el lugar, había escuchado que eran sus favoritas, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que rápidamente se mezclaron con las gotas de lluvia. Las rodillas de James Potter tocaron el césped y su temblorosa mano se acercó con cuidado hacia la lápida, con suavidad sus dedos recorrieron el nombre, como si temiera hacerle algo en el proceso.
— Lo siento... —susurró con la voz rota— No debí dejarte ir aquella noche, tendría que haberte obligado a bailar conmigo. No tenías que morir... No tú, Isabelle.
James siguió llorando ahí mientras la lluvia caía sobre él, sus lamentos eran cubiertos con el sonido de las gotas golpeando el suelo, pero ya no le importaba que lo escucharan, había soportado demasiado y tenía que dejarlo ir, quizás por eso fue que no noto cuando había caído dormido sobre el frio césped.
Los ojos de James se abrieron de a poco para encontrarse con oscuridad, todo a su alrededor estaba en penumbras, se levantó con cuidado y frunció el ceño al no reconocer el lugar cuando su varita ilumino sus alrededores, había estado en el cementerio y ahora estaba en un prado.
James Potter vio todo a su alrededor observando como una luz brillaba a lo lejos, frunció el ceño y comenzó a caminar hacia la extraña luz, esperando no encontrarse algo raro, pues aparecer en medio de la nada no era tan reconfortante y luego de todo lo que había vivido eso no era una buena señal, aun así siguió con lentitud por el camino hasta encontrarse una caseta en medio de un jardín, guardo su varita y con su mano toco la madera de la estructura, concentrándose no solo en el material sino también en todo a su alrededor.
El color blanco de la caseta se podía aprecias gracias a las luces colgando sobre el techo de esta, todo se sentía pacifico, como si cada lamento, dolor y sufrimiento se hubiesen esfumado del cuerpo del azabache.
— Tardaste en visitarme, Jimmy. —escuchó decir a sus espaldas, su cuerpo se paralizo por varios segundos ante la voz, con cuidado se dio la vuelta.
— I-Isabelle.
— Parece como si hubieras visto a un muerto Jimmy. —exclamó Isabelle con un tono burlón, James supo que ella quería reír, pero no lo hizo y en su lugar sonrió de lado— Mal chiste, perdón.
—¿Cómo es...?
— Vine a decir adiós. —explicó— Tenia que despearme apropiadamente.
— No quiero escucharte hacerlo.
— James...
— ¡No! —gritó logrando exaltar a la fémina— No quiero escuchar cómo te despides porque no es justo, no es tiempo.
— Es tiempo, solo tengo unos minutos antes de que despiertes.
— No lo hagas... —susurró su suplica.
— Tengo que, no quería irme por completo sin antes decirte algo. —susurró, dio unos pasos y alzó su mano para tocar la mejilla de James— No sé por qué tarde tanto tiempo, quizás tenía miedo o no lo quería aceptar, pero también estoy enamorada de ti, incluso después de morir, lo hago y espero hacerlo si hay otra vida. —James negó con la cabeza mientras su mano se aferraba a la de ella sobre su mejilla— Te amo, James Potter.
— ¿Por qué ahora? —preguntó con la voz rota— Se supone que, si amas a alguien, se lo dices, incluso si tienes miedo de que no sea lo correcto o que te cause problemas, ¡se lo dices! —exclamó con molestia a la vez que se alejaba de ella— Se lo dices y no esperas a que sea tarde.
— ¡Y que si lo hice de esta manera! —replicó la pelirroja— ¿Sabes qué? No me importa si piensas que es tarde, te lo estoy diciendo de cualquier manera. Te amo.
James paso sus manos por su cabello en señal de frustración, maldijo en voz alta, miró a la pelirroja frente a él, tomó su rostro entre sus manos y la beso, las lágrimas de ella no tardaron en bajar por sus mejillas al igual que las de él. Ambos sabían que eso no dudaría para siempre, pero querían alargarlo lo más posible.
— Todavía me debes un baile, Potter. —susurró con diversión Isabelle, el azabache soltó una pequeña risa quebrada y asintió con la cabeza.
— Te importaría concederme esta piensa aun cuando no hay música.
— Espero no me pises, Jimmy.
James rodó los ojos. Las manos de la pelirroja se aferraron al cuello del chico mientras las manos de él se quedaban en su cintura, ambos comenzaron un baile bajo las estrellas, sus pies se movían con sincronización, sus cuerpos bailaban una melodía imaginaria pero que no la cambiarían por ninguna. Los brazos del azabache se aferraron más al pequeño cuerpo de Isabelle, no quería soltarla, el simple hecho de hacerlo significaría el dejarla ir otra vez y eso era lo que menos quiera hacer, aunque sabía que tenía que hacerlo.
— Debo irme. —susurró Isabelle, el azabache la soltó poco a poco y la miró.
— ¿Nos volveremos a ver algún día?
Isabelle asintió.
— En otra vida, solo no me hagas esperar tanto. —sonrió— Se feliz James.
Los ojos de James se abrieron de golpe y la luz de uno de los faroles lo cegó por completo, había regresado al cementerio, se levantó con cuidado y acomodó sus ropas mojadas por la lluvia que había parado hace rato, volvió a mirar la lápida y con su varita hizo aparecer las mismas pequeñas flores azules que decoraban el jardín trasero de su hogar.
— También te amo Isabelle, ahora, incluso cuando muera y en otra vida. Siempre te voy a amar.
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Anchor ➳ James Sirius Potter
Fanfiction❝ Algunas veces tienes que ser tu propio héroe.❞ James Sirius Potter Fanfic Todos los derechos reservados ©2016