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Para Isabelle ya se le hizo una rutina el recibir comentarios feos de algunas personas, la mayoría eran de la casa de las serpientes, pero ella había usado la táctica de decir que iban a morir o por otro lado, que había alguien detrás de ellos, para la pelirroja era gracioso ver las caras de ellos al pronunciar estas palabras, y aun que ella se defendiera, Alec también se encargaba de proteger a su pequeña hermana y digamos que nadie quería meterse con Alec y menos si este estaba enojado, en el tiempo que estos comentarios habían estado presentes ella había comenzado a molestar a su hermano con lo del carácter inestable y él en lugar de negarlo se ponía algo molesto, dejándole claro a Isabelle sobre la inestabilidad emocional de él.
Aunque por otro lado, no solo eran los comentarios de la casa de las serpientes que le molestaban, por más que le costara admitir los más molestos y estúpidos a veces llegaban desde su propia casa, Isabelle por supuesto decidía hacer oídos sordos por más difícil que fuera, pero otros no podían hacer caso omiso y ese era el caso de Fred y Roxanne Weasley, quienes habían desarrollado un fuerte lazo con la pelirroja y habían comenzado a defender a la muchacha de cualquier insulto que le hicieran, sobre todo la chica Weasley quien más parecía una guardaespaldas.
Isabelle se sintió incomoda y molesta al principio, no necesitaba de alguien que la defendiera, de hecho, podía hacerlo ella sola, pero ahí estaba la morocha aun cuando Isabelle le dejo en claro que no era necesario. Después de un tiempo la chica se acostumbró a ello y aun que no le dijera, agradecía que alguien que conoce de tan poco la defendiera de esa manera, incluso encontró tierno la manera en que ambos se unían para defenderla.
Los Weasley habían sido muy amables con ella, a excepción de Rose quien había sido una de las primeras en hacer comentarios con respecto a lo que había pasado, Stefan había bromeado con uno de sus amigos que no tardaría mucho cuando Isabelle le dé una paliza a la chica Weasley, conociendo a su hermana sabía que solo estaba soportando para cuando decida dar el primer paso, aunque con lo bien que conocía la situación de Rose, Isabelle no sería la única en querer golpearla.
Pero para Isabelle el problema con la chica Weasley quedó en segundo plano, el verdadero problema vino cuando un día ella comenzó a ver un pelirrojo al lado de Albus y luego junto a otros de la familias de este, incluso una vez lo había visto junto a Alec o Stefan. El pelirrojo solía estar sentado junto a ellos, Isabelle se había percatado que en sus ojos había algo de nostalgia, pero también noto la sonrisa traviesa que enmarcaba su rostro pálido y lleno de pecas.
Omitió decir algo sobre esta persona en frente de alguien. Mientras menos personas sepan de eso mejor. — había pensado ella con el fin de ignorar a esa presencia, pero entonces una tarde en la sala común mientras intentaba leer un libro y digo intentar porque en realidad su atención estaba en la pelea de Roxanne con su hermano, el pelirrojo apareció, Isabelle lo miró cuando este comenzó a reír, por desgracia la mirada no pasó desapercibida por este quien enseguida desvió su mirada de ambos hermanos para ponerla en la pelirroja.
— ¿Puedes verme? —preguntó y ella rápidamente pasó otra vez su vista en el libro— ¡Puedes verme! Oh, no me ignores, pelirroja.
Desde aquel entonces el pelirrojo caminaba a su lado siempre molestándola y haciendo bromas, Isabelle intentaba ignorarlo con todas sus fuerzas, pero parecía que nada de lo que hiciera iba a funcionar. Y hoy fue de esos días en los que nada iba a funcionar, Demian la había despertado rasguñando su rostro, no había dormido mucho y ahora su rostro tenía unas ojeras y un pequeño rasguño en su rostro, suspiró con cansancio mientras se sentaba en el comedor, había tenido que hacer un ensayo para la clase de pociones y uno de estudio de Runas Antiguas, después de ese ensayo se había replanteado la idea de continuar con los estudios de Runas.
Miró a su alrededor hasta dar con el canasto de pan, con una sonrisa lo tomó rápidamente, recibiendo una mala mirada de Hana Saint, lastimosamente para cuando Isabelle se disponía a comer la presencia del pelirrojo se hizo presente comenzado así la tortura.
— ¡¿Qué quieres de mí?! —gritó atrayendo la mirada de todos quienes comenzaron a murmurar y a mirarla— ¡Métanse en sus asuntos, demonios! —dicho esto salió furiosa del comedor y comenzó a caminar con mucho tiempo de sobra a su clase de Encantamientos.
— Si dejaras de fingir que no existo, no habríamos causado eso.
Ella se detuvo y miró a ambos lados antes de encarar al sujeto. — Tú lo causaste.
— ¡Sabia que lograbas verme! —exclamó con alegría.
— Y desearía no hacerlo.
— Deberías estar agradecida de tener la presencia del gemelo más guapo que alguna vez estudio en Hogwarts.
— ¿Y dónde está el otro? —preguntó, pero ahí fue cuando se dio cuenta que había metido la pata.
— Vivo. —ella guardó silencio, miró por unos segundos al pelirrojo frente a él y como si una fuerza más grande que ella la controlara se acercó un poco extendiendo su mano en el proceso, pero entonces él se alejó— ¿Qué haces?
— Yo... quiero probar algo. —el pelirrojo observó a la muchacha con atención hasta que sintió como la palma tocaba su mejilla, él se quedó sorprendido ante el tacto de ella, estaba muerto; ¿cómo era posible que esto sucediera?
Por otro lado, Isabelle solo logró ver una explosión y luego sentir como un peso estaba sobre su cuerpo, pero la escena luego cambio a una donde un grupo de pelirrojos se encontraba reunido sobre algo que al acercarse se convirtió en un alguien, Isabelle observó cómo frente a ella se encontraba el cuerpo sin vida del pelirrojo y frente a este su gemelo quien lloraba desconsoladamente, rápidamente aparto su mano de la mejilla del chico y lo miró. Él sonrió como si supiera lo que acababa de pasar.
