4

1.3K 137 28
                                    

   Los huesos de Kara sonaron cuando se estiró en el incómodo sofá. Abrió un ojo al oler el café recién hecho que había invadido todo el cuarto. Sacó una sonrisa y se incorporó en el sofá. Dasha se acercó con dos tazas y le dió una a Kara.

   —No era necesario —dijo Kara, recibiendo el café.

   —Por favor me has dejado quedarme esta noche en tu departamento. Además, un café siempre es bueno para la mañana, aunque me sorprende que no tengas nada en tu cocina. ¿Acaso no comes? —le renegó Dasha.

  Kara rió y le dio un sorbo a su café, mientras Dasha la veía con una sonrisa burlona.

   —Normalmente como en la calle, nunca aprendí a cocinar así que solo tengo mi refrigerador con.. dulces y cervezas. Eso me recuerda, ¿cómo conseguiste café?

   —Me levanté temprano y fui a comprar algunas cosas.

   —Pero son las siete de la mañana, ¿tan responsable eres? —cuestionó Kara, revisando su teléfono.

   —Debo ir a la universidad en unos minutos, gracias por haberme dejado dormir acá. Por cierto, tu desayuno está en la mesa.

   Dasha terminó de tomar su café y lavó su taza. Abrió la puerta y Kara se levantó al instante.

   —¿No quieres que te ayude? Tu departamento debe estar inundado.

   —Ya entré antes, el sol a ayudado a eliminar la poca agua que quedaba. Por suerte no se mojó nada importante.

   Dasha se quedó mirando a Kara por un tiempo. Algo que a ninguna de las dos le molestó. La rubia sonrió y la rusa regresó a la realidad. Kara bajó la cabeza sin saber que hacer y Dasha le dió un rápido beso en la mejilla.

. . .

   Para otros, comenzar a trabajar a las siete de la mañana era rutina. El sol había salido desde la mañana y no tenía ninguna intensión de irse. Se podría decir que iba a ser un día maravilloso... claro, maravilloso.

   Maravilloso sería para la gente que no irá a una gala donde habrán Metahumanos infiltrados tratando de matar a todos.

   —Espera, ¿me estás diciendo que Erlik, además de no tener recuerdos, tampoco tiene sentimientos? —preguntó Lena, mientras sacaba las muestras de sangre de un Metahumano y las colocaba en un telescopio.

   —Cuando estábamos en el parque, te juro que ella era diferente. Tenía los mismos rasgos que Lauren —explicó Alex.

   —Sea lo que sea, Erlik es una amenaza para los Metahumanos. Debemos atraparlo lo más pronto posible. Espero que vaya hoy a la gala, tal vez pueda hacer algo.

   —Lena, ¿estás segura que no quieres que vayamos nosotras? Sabes que será muy peligroso —avisó Alex, mientras ayudaba a Lena a guardar unos químicos en un estante.

   —Tú aún tienes que descansar. Además, quiero hacer esto sola. No puedo tener en mente que le puede pasar algo a tí, o a Maggie. Mucho menos con lo que me contaste la anterior semana —le dijo Lena con una sonrisa sincera.

   —Pedirle matrimonio a Maggie me hará la mujer más feliz de la vida —confesó Alex —. Solo espero que diga que sí.

   Lena dirigió la vista a Alex. Esta se quedó viendo pensativa un químico. Hace una semana, Alex le reveló a la ojiverde que había decidido dar el siguiente paso en su relación con Maggie

Supercorp; Perdemos lo que amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora