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Lena observaba a Kara comer unos huevos revueltos, mientras en su cabeza se preguntaba en qué momento iba a llegar Alex y Maggie, que ya eataban media hora tarde.

—No debí dejarle la noche libre a Alex —susurró Lena.
—¿Por qué? Así descansará mejor —comentó Kara.
—Sí... descansar.

Kara dejó su tenedor en el plato y Lena le prestó más atención a la pregunta que la rubia soltó.

—¿En serio crees que Alex pueda hallar algo? —. Eso lo causó un poco de gracia a Lena.
—Ella es la mejor científica que tengo, sé que hará un gran trabajo.

Lena mostraba seguridad en sus palabras. Conoce a Alex lo suficiente para darle toda su confianza. Ella y Maggie son las personas más cercanas que tiene y es capaz de matar por ellas.

La morena giró los ojos a la entrada y vio a sus amigas entrar. Están reían en voz baja y Lena solo esperaba lo que sabía que sucedería.

—Hey, buenos días, Lena —saludó Alex, con una gran sonrisa.
—¿A qué se debe tanta alegría? —preguntó la morena sin emoción.
—Noches movidas, ya sabes —comentó Maggie, guiñando un ojo.
—Oh, claro que lo sé.

Kara miró confundida a todas y frunció el ceño.

—¿Cubrieron algún robo en la noche?
—Ay dios santo —expresó Lena y bajo la cabeza a sus brazos cruzados, mientras la pareja no podía parar de reírse.

Maggie se sentó al lado de la morena y Alex con su hermana. Bajó la vista a la mano vendada de Kara y luego la miró.

—¿Cómo estás? —preguntó Alex.
—Mejor, aunque el dolor no bajo mucho —explicó Kara —. Q-quería agradecerte por curarme, y perdonar por ser tan brusca ayer.
—Esta bien, yo creo que también fui un poco directa.

Kara le mostró una sonrisa y terminó de comer lo que había dejado. La rubia tenía muchas ganas del avance que había tenido en la noche, pero sabía Lena quería tomar ese tiempo para algo más importante.

—Necesito tu ayuda, Alex. Es sobre lo de ayer —comentó Lena —. Será mejor que nos vayamos a tu laboratorio, por mientras, Maggie necesito que llames a Winn y dile a los guardias que he dado la orden para que traigan a Lauren.
—Sí, jefa —habló Maggie y se levantó para comenzar a trabajar.
—Vamos, no perdamos tiempo —avisó Alex.

Ya en el laboratorio, Kara se sentó en la camilla, mientras Alex y Lena se situaban al lado de los químicos para conversar.

—Bien, creo que primero debo comenzar explicando donde estábamos ayer. Verás... —Lena le dio una mirada fugaz a Kara, quién asintió segura —, Kara me llevó a un bar de Metahumanos. Es un sitio en una no muy segura parte de National City donde los Metahumanos se juntan para tomar algunas copas y relajarse un poco. No puedo asegurarte que todos ahí son buenos, pero la mayoría me parecían inofensivos.
—¿Por qué la llevaste ahí? ¿Te imaginas que hubiera pasado si sabían que Lena estaba ahí? —le regañó Alex a su hermana —. La podrían haber matado
—Era algo importante —susurró Kara.
—¿Qué tan importante?

Lena sacó de su bolsillo el frasco azul y sonrió. Con solo saber que estaba tan cerca de su madre, ya era suficiente para que el día se vuelva feliz. Por otro lado, Alex observaba confusa la botella, mientras le daba miradas rápidas a Lena.

—Aquí está mi mamá. Una amiga de Kara tiene los poderes para regresar el alma de la gente a la Tierra.
—Ok...
—Sé que es difícil de creer...
—Oh no, la parte de tu mamá si la creo. Existe tanta variedad de poderes que esta no podía olvidarse. Lo que me sorprende es que Kara tenga una amiga.
—Es una larga historia, que prefiero no contarla —dijo Kara.
—Como sea, siguiendo con el tema. Fuimos a la casa de Sam, la amiga de Kara, para que haga su... magia negra; no tengo idea que hizo. Luego, cuando estábamos regresando, nos atacaron.
—¿Quienes?

Supercorp; Perdemos lo que amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora