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Por pedido de Alex, Kara se retiró el polo. Lo que más resaltaba era la gran cicatriz localizada en el pecho de la rubia. Sin embargo, la vista de Lena estaba más enfocada en los abdominales formados. Las lineas marcadas y la piel dura que subía y bajaba al respirar, robaban toda la atención de la morena.

—¿Se te perdió algo? —. Una sonrisa apareció en el rostro de Kara.

Lena apartó la mirada y rascó su nuca por el nerviosismo.

Kara se recostó en la camilla. El estomago tocó el metal frío, pero no le molestaba. Le recordaba esas noches heladas, vigilando la ciudad mientras el viento traspasaba su traje y congelaba su cuerpo entero. Sí... eran buenos tiempos. Podía hacer lo que quiera, cuando quiera. Podía estar noches completas emborrachándose con Sam en el bar y, cuando le apetecía, daba un par de vueltas por la ciudad, amenazaba a algunos Metahumanos y se burlaba un poco de la policía. Extrañaba esos tiempos de libertad.

—Muy bien, aquí tengo las tomografías renovadas y descubrí más de lo que esperaba — indicó Alex —. El liquido azul que hallamos antes no pude encontrar similitud con algún material que pueda existir. Pero, si encontré que posee una gran cantidad de energía. Así que, saque una nuevas tomografías comparándolo el liquido y encontré esto.

En la tomografía se podía ver la espalda de Kara. Justo en la parte de la columna, Lena contó ocho círculos blancos. Los dos últimos que estaban más abajo se diferenciaban de los demás. Al rededor del circulo habían manchas blancas no tan notorias.

—Si puedes ver, hay una fina línea que une todos los círculos y estos van por la médula hasta el cerebro —señaló Alex.
—Ocho círculos, ocho poderes —susurró Lena y colocó el dedo en los últimos círculos —. Dos de ellos no funcionan. Estas son las fuentes de energía, el líquido azul viaja hasta el cerebro —. Hizo un recorrido de toda la espalda —. Y activa los poderes. Lo que hicieron las balas fue romper las vías, impidiendo que pueda usar el poder.
—Tal vez cuando la energía llega al cerebro, puede bloquear al azar la memoria o los sentimientos. Por Kara tiene varios, provocó que se bloqueen los dos.
—¿Entonces que piensas hacer? —. De uno de los cajones, Alex sacó una caja y le sonrió a su amiga —. Me estás dando miedo.

De la caja tomó un pequeño aparato cúbico que sacaba dos cables.

—Producen electricidad. Quiero comprobar que lo de los poderes son ciertos y luego hacer de nuevo algunas tomografías. Se supone que si están conectadas con la médula, Kara además de poder activarlos, estos salen de forma involuntaria si se encuentra en peligro —. Se acercó hasta la camilla y activó la electricidad —. ¿Lista Kara?
—Supongo...

Desde afuera de la sala, Maggie llegaba con una caja llena de donas. Al ver la puerta cerrada, decidió tocar. Sin embargo, antes de hacerlo, escuchó a gente hablar adentro.

—Muy bien... creo que es aquí —dijo Alex y luego se escuchó un grito de Kara —. No, creo que es más abajo —. Unos segundos después, la rubia soltó un nuevo grito —. O tal vez no.
—Idiota, lo estás haciendo muy a la derecha —reprochó Lena y Maggie solo podía comer sus donas mientras escuchaba todo —. Justo aquí.

Maggie estaba por comer su último bocado, pero un estruendo se escuchó dentro y sin poder reaccionar, unos rayos láser pasaron justo al frente de sus ojos e hicieron un hueco en la pared. La puerta, ya media destruida, se abrió sola.

—P-perdón, salieron s-solos —tartamudeó nerviosa Kara.
—Bueno, encontré el de los rayos —susurró Alex —. Creo que... será mejor que continuemos luego. No quiero destruir mi laboratorio.
—Aún faltan un par de horas para el almuerzo, Kara, te llevo a la celda —. Lena pasó encima de los escombros y miró a la rubia colocarse el polo con cuidado, tal vez aún sintiendo la herida de la espalda.

Supercorp; Perdemos lo que amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora