Ella; una chica tranquila, con un carácter fuerte, bella pero humilde, no le interesaba el dinero, no le interesaba tener una relación con alguien, para ella el amor era su familia y sus amistades.
Él; un chico engreído, mujeriego, extrovertido, pre...
No lo podía creer. Nicolás estaba en mi casa, en mi habitación, Sentado en mi cama. No sabía si era un espejismo o algo por el estilo. Pero no. Era él, tan perfecto, tan guapo, con una sonrisa torcida en los labios.
— ¿Cómo estás Ojitos?
— ¿Qué haces aquí? —pregunté
— Me enteré que ya no estás con Alexander... —se rasco la nuca mientras se dirigía a mi— me preguntaba si... ¿Querías... Salir conmigo?
— ¿Hablas de una cita?
— Exacto ojitos.
Mariposas en mi interior empezaron a volar. Estaba festejando y saltando de alegría. Al fin mi querido crush, el chico de ojos azules, mi vecino me está invitando a salir.
— Está bien. —dije sería, pero... Por dentro, seguía bailando como una loca.
— Te paso a buscar mañana... Podemos ir al parque.
Odio los parques. Me dan miedo las alturas. Y después de ver "Destino final" no me dan ganas ni de subir a una calesita.
Dile que no. Dile que no.
— Está bien.
Eres una estúpida.
— A las 7 te paso a buscar. —se acercó y mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho— mañana paso por ti para ir al instituto. —se acercó mas y dejo un beso en mi mejilla. Luego desapareció por la ventana.
Dios este chico va a acabar conmigo al paso que va.
Me fui a dormir lo más contenta que pude.
(***)
Al otro día me desperté por el sonido de mi alarma. En fin baje Vi a mi mamá, desayunamos y me dijo que esta tarde trabajaría.
Escucho la puerta y tomo mi mochila, llaves, celular y salí.
— Hola Ojitos —me saludo con otro beso en la mejilla haciendome sonrojar un poco.
— Hola... —dije.
— ¿Vamos? —me preguntó a lo que asentí.
Se adelantó y me abrió la puerta del carro, subí y la cerró. Luego dió la vuelta y subió. En el camino solo pude admirar su belleza. Me pilló mirándolo y dirigí mi mirada hacia afuera. Hasta que siento un tacto en mi rodilla descubierta, por la pollera del uniforme del instituto.
— Te ves hermosa hoy.
— Gracias —dije. Y maldigo para mis adentros ya que el calor no tardó en llegar a mis mejillas.
Llegamos al instituto y bajamos. Todo el mundo nos miraban. Esto me hacía sentir incómoda. En poco tiempo, Nicolás logró convertirse en uno de los chicos populares.
Me despedí de él y me fui a Buscar a Mía, ya que teníamos clases Juntas.
(***)
Las clases pasaron rápido. Con Mía fuimos a mi casa y empezamos a buscar algo para ponerme...
— Mía ¿Para que algo tan delicado para ir a un parque? —dije al ver que quería que me probará un vestido largo.
— Agh está bien. —saco algo de mi armario— ponte esto. Se te ve lindo.
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Mas tarde, me duche, me peine y Me coloque el enterito.
Bajamos y vimos que era las 6:58 No pasaron no dos minutos y el timbre de mi casa sonó. Cuando estaba por abrir Mía dijo
— ¡Espera! —me di vuelta para mirarla y me pellizco los pómulos para darle color a mis mejillas, dije "Auch" —mejor.
Abrí la puerta y el estaba con sus jeans negros, una remera azul y sus Vans del mismo color.
— Wow, Ojitos... Estás hermosa.
— Gracias —me ruborize— tu no estas mal.
— Gracias, ¿Nos vamos?
— si.
Estaba aterrada. No me gustaban los parques de diversiones.
— Llegamos —dijo aparcando el coche al lado de la acera.
Respire hondo y bajamos.
Entramos y el pago nuestras entradas.
— Empezemos por algo Tranquilo. ¿Te parece la rueda de la fortuna?
— Menos mal que era algo tranquilo. —dije con ironía.
(***)
— ¿Y si se cae? ¿Y si salimos volando y terminamos aplastados en el piso? ¿Y si...?
— Oye Tranquila —me dijo— yo estoy aquí, no te pasará nada. Confía en mí.
— pero si confío en ti —dije tranquila— EN LA QUE NO CONFIO ES EN LA MAQUINA EN LA QUE ESTAMOS AHORA —dije alterada.
— Oye, tranquila o tendré que besarte para que te tranquilices —y con eso me quedé muda— así me gusta, ojitos.
Después de darme como 5 ataques al corazón. Al fin terminamos los juegos.
— Vamos a comer algo.. —dijo— pero antes... Ven —me guío hacia un hombre que decía que si derribadas todas las latas ganabas un oso— Nícogan Smitson necesita un novio. En este caso... "Megolas Wilmith"
— Son horribles esos nombres —admiti.
— No importa.
(***)
Cuando frenamos al frente de mi casa esperaba algo más que un simple "adiós"
— Entonces Ojitos... ¿Besas en la primera cita?
— Emm no lo s... —y las palabras quedaron en el aire cuando
Me besó
La última vez que sentí sus labios fue en las cabañas. Y demonios, como los extrañaba. Sus dientes muerden levemente mi labio inferior a lo que me estremecí.
Nos separamos y Chocamos nuestras frentes.
— Nos vemos mañana Ojitos.
Acaricie su mejilla con mi mano, a lo que el cerro los ojos para sentir mejor el tacto
— Hasta mañana. —le dije, le robe descaradamente otro beso y baje del auto. Eso me sorprendió hasta a mí.
Cuando estaba en la puerta de mi casa le sonreí y al río negando con la cabeza.
— CADA DÍA ME SORPRENDES MÁS OJITOS.
fueron sus últimas palabras antes de desaparecer en la Esquina.
