Capítulo 27

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Megan

Me estoy quedando sin uñas. Dios.

— Señorita Wilson... —dice el profesor de matemáticas y me entrega, en mi pupitre, el examen que acabo de hacer— ...felicitaciones

Miro la nota y me sorprendo.
Un 10 más grande que la hoja está escrita en ella.
Sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas y miro a Mia.

— Señorita Jhonson... Gracias por venir a todas mis clases, pero está es la última —Mia lo mira con un brillo en los ojos— 9, 50. La felicito.

— Muchas Gracias profe...

— le baje 50 centésimas por mostrarme el dedo mayor en todas las clases.

Él profesor paso por su lado para darle la hoja a Gustavo. Y Mía nuevamente le muestra el dedo del medio

— ¿Quiere repetir señorita Jhonson? — ¡pero si estaba de espaldas!

— No.

El profesor rodó los ojos y se dirigió a Gustavo

— ¿Qué voy a hacer con usted? —dice en tono cansado— no aprobo.
Pero como no deseo tenerlo el año que viene lo aprobé.

— Es un profesor admirable... -dijo Gustavo

(***)

Cuando salí al pasillo busque a Nicolás, ya que me dijo que me esperaría allí. Pero no estaba

Miro hacia un lado y estaba discutiendo con Macarena.
Mi hermanastra.

Pero entonces los dos me ven, Macarena le dice algo y Nicolás me mira con ¿Culpa? ¿Preocupación? ¿Miedo?

Luego Macarena se va y él se acerca.

— ¿Cómo te fue, Ojitos? —me pregunta

— Aprobé —dije con una sonrisa

— era sabido —dijo

— No soy tan inteligente, pude haber desaprobado

— Con el maestro que tuviste era un 99,99% imposible. —dijo engreídamente

— que humilde —dije con ironía

— Amas a este humilde —dijo y entonces lo mire a los ojos..

— Acertaste. Te amo

Pero entonces sus ojos volvieron a estar tristes.

— ¿Qué pasa? —le pregunto— te noto preocupado

— Nada...

— ¿Nada? ¿En serio? —me separé un poco de él— Una relación de basa en confianza Nicolás. Necesito que confíes y me digas que te pasa

— No lo entenderías, Megan

Megan. MEGAN. ¿MEGAN?. ¡MEGAN!

¿Desde cuándo me trata por mi nombre? ¿Tan ignorante me veo?

— Si no me lo explicas es un poco lógico. ¿No lo crees? —esto me está sacando de mis casillas

-—Mejor vamos a la cafetería. Me dijeron...

— No. —lo interrumpí— no me cambies de tema.

— Megan, necesito que me des tiempo...

— ¿De qué? ¿De confiar en mí? No Nicolás, necesito que me cuentes.

Las lágrimas de decepción empiezan a asomarse en mis ojos.

— Ojitos, por favor no llores. —sus manos se posan en mis mejillas, y sus pulgares secan mis lágrimas— me haces sentir mal

Enamorándome de mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora