¿No se han puesto a pensar en ello? La confianza de quienes te rodean, te enseñan que, entre más seas buena persona, más daño te hacen, creyendo que de esa forma podría conservarte más tiempo, y es falso, eso destruye, eso lastima, y no es culpa de ellos, la culpa es tuya, porque siempre das, y guardas la esperanza de que entiendan que así es como quieres ser tratado, y si es así, ahora entienden el egoísmo de quienes dan poco y quieren siempre recibir mucho, esas personas son casi siempre las que están acostumbradas a sentirse víctimas, aquellas que nunca ven sus errores, porque "nunca tuvieron la culpa", las buenas personas, siempre van a justificar, para esas personas nunca será demasiada la causa por la cual deban describir un monstro, ya que en medio de todo atienden a la ley de las causas, -toda causa tiene su consecuencia, y cada consecuencia tuvo su causa"- o sea que nunca tiene el errores al 100% la otra persona, por lo menos un 5% eres culpable de tales resultados.
No hablemos de culpables, porque siempre tú también tienes un porcentaje de culpa, no hablemos de cambios, porque siempre van a existir, solo tú eliges para dónde quieres direccionarlos, eres el dueño de tu vida, pero ¡STOP! También de los resultados, se buena persona, aunque no sepas dejar de esperar algo a cambio, quizás a esa persona con quien lo practiques, siempre lo ha hecho contigo, no esperes a que llegue a su final, porque las buenas personas se cansan, y saben decir adiós, las buenas personas abandonan cuando no saben dejar de sentir dolor, no esperes a que eso pase para ser una buena persona, porque las rutas también tienen un final, porque los libros también dejaron de ser redactados, porque los escritores dejaron de producir palabras bonitas, porque las plantas dejaron de crecer, porque el río dejo de correr y se secó, porque los animales mueren, y si todo lo anterior tuvo un fin, no dudes en pensar que aquello que te hace feliz, deja de estar y evita tu presencia.
ESTÁS LEYENDO
Siempre marciano
RandomEste libro habla desde la perspectiva de un ser que ve el mundo totalmente distinto a como lo vemos, más allá de una imaginación que navega, se encuentra el escritor, describiendo lo que le rodea en su cabeza de marciano.