Capítulo 10.

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-Sé que habéis trabajado mucho, pero esto solo es el principio de vuestra iniciación. – dice Cuatro delante de la tabla de puntuaciones. – También tenéis que tener en cuenta que las posiciones que aparezcan aquí no serán las definitivas, todavía pueden cambiar mucho durante el resto de las etapas.

Hay un silencio sepulcral en la sala de entrenamientos, pero la tensión se puede cortar como si de un fino hilo se tratase. Nos han despertado, hemos desayunado y nos hemos reunido aquí para recibir finalmente las puntuaciones. En esta etapa todavía seremos calificados, por suerte, separados de los iniciados nacidos en Osadía.

Sin más dilación, Cuatro cuelga la tabla que estaba detrás de él y las respiraciones de cada uno de nosotros desaparecen por unos instantes. Eric está sentado a pocos metros, serio y con los brazos cruzados, como siempre, observándonos. A la hora de evaluar lo han hecho conjuntamente tanto él como Cuatro, motivo por el cual la mayoría le teme.

En primer lugar está el nombre de Edward, algo que casi todo el mundo se esperaba. El segundo puesto es para Peter por mucho que nos haga rabiar a más de uno; y el tercero es para Will, cuya sonrisa se extiende casi infinitamente en cuanto lo ve. Sigo bajando la vista, leyendo que el cuarto puesto es para Christina, el quinto para mí y el sexto para Molly. Christina da un pequeño brinco al ver su nombre y agarra mi mano en cuanto ve mi nombre siguiendo el suyo. Finalmente, en la lista se encuentran los nombres de Tris, Drew, Al y Myra sucesivamente.

Un gran ruido de voces surge de repente y el silencio que tantos minutos ha reinado desaparece en cuestión de segundos. Will se acerca hasta nosotras dos y pasa un brazo por encima de nuestros hombros.

-Una lástima que no hayáis conseguido superarme. – comenta burlesco. – Tranquilas, os protegeré. – añade.

-Puedo apañármelas sin ti, Will. – bufo riendo. Sinceramente, hace mucho tiempo que no sonrío tanto como ahora.

-Vamos Will, reconoce que entre las dos te patearíamos el culo. – añade Christina con una gran sonrisa de oreja a oreja, acercando su rostro demasiado al de él.

Tris se acerca a nosotros para unirse a la celebración, casi tan sonriente como el resto. A ella le ha costado mucho dominar las peleas y con la manía que le tiene Eric es posible que le haya restado puntos injustamente, por lo que casi se puede decir que tiene suerte de no haber quedado todavía más abajo en la tabla.

Mientras que los cuatro hablamos animadamente, cierto chico se aleja en dirección a la salida aprovechando que el resto del día lo tenemos libre. Nuestros ojos se fijan en Al, quien camina con los hombros gachos y pasos lentos, como si se sintiese demasiado pesado.

-¿Creéis que estará bien? – pregunta Will, perdiendo la sonrisa al igual que el resto.

-Si esta hubiera sido la clasificación definitiva Al se habría quedado fuera. – comenta Tris con los labios ladeados.

-¿Deberíamos hablar con él? – inquiero dudosa, sin saber si lo mejor en estos momentos es acercarse a él o no.

-No lo creo. – responde Christina encogiéndose de hombros. – No creo que le sirvamos de mucha ayuda.

Tener el día libre para hacer lo que quieras por el complejo es increíble después de tantos días de exhaustivos entrenamientos. Mientras que Al se ha escondido todo el día en los dormitorios, compadeciéndose de sí mismo, el resto hemos decidido intentar olvidar todo tipo de presiones al menos por unas horas. Entre otras cosas, por la tarde, Christina ha decidido que quiere un nuevo tatuaje después de admirar el león de mi antebrazo. Así bien, ha decidido tatuarse las llamas de Osadía en el hombro y ha convencido a Tris para que haga lo mismo.

One choice | Peter HayesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora