ESPECIALES #4
La puerta se abre ante mí, doy un paso y se vuelve a cerrar a mis espaldas. Al momento su fiera mirada se clava sobre mí y me dedica una perfecta sonrisa. Ahora estamos solo él y yo en esa habitación.
- Veo que al final has accedido a venir, Amy. – la voz de Eric me da escalofríos, pero trato de mantenerme firme. – Cuatro casi me golpea para que cambie mi último deseo, pero no hubo forma de convencerme.
- Lo sé. No entiendo el motivo.
- ¿De verdad no lo entiendes? – cuestiona. – Yo lo veo bastante claro. Acércate un poco, no muerdo.
Se ríe levemente porque me he quedado fija en la entrada, como si me acabasen de empujar a una jaula con leones. Me recuerdo a mí misma que se trata de Eric, no de un monstruo, aunque creo que se parecen. Sé que no puede hacerme nada porque hay un par de vigilantes fuera y entrarán con el mínimo estruendo. Además, tampoco creo que él precisamente intente hacerme algo.
- ¿Qué puesto has elegido?
- El de Cuatro. Voy a entrenar a los iniciados.
- ¿No prefieres ocupar mi puesto como líder? Te quedaría bien.
- Alguien tiene que entrenar a los iniciados. – respondo.
- ¿Les enseñarás como yo te enseñé a ti?
Su mirada brilla por unos instantes. Entiendo su doble sentido, pero prefiero no seguir por ese camino.
- Sí, también aprendí cosas de ti, aunque no muchas. – se muestra curioso ante mi comentario, así que continúo. – Tus técnicas son buenas, pero no tus métodos.
Al momento suelta un bufido de disconformidad.
- Vais a convertir Osadía en una facción de debiluchos.
- Voy a convertir Osadía en lo que siempre tuvo que haber sido. – le corrijo sin pizca de humor. – Voy a entrenar a soldados, pero recordándoles que tienen que pensar con la cabeza. Su deber es proteger al débil, no castigarle. Serán soldados, sí, pero consecuentes de sus actos.
La sala queda en silencio mientras que Eric solo sonríe. Está sentado sobre una cama que parece de todo menos cómoda. El resto de la habitación está vacía, pero me ha parecido ver unos libros en una de las esquinas.
- A pesar de esas idioteces en las que crees, me encantas, Amy. Desde el primer día. – su confesión me pilla desprevenida y no sé cómo reaccionar. – No viniste a mi juicio.
- Ni al tuyo ni al de ninguno. No aportaba nada y prefiero no malgastar mi tiempo.
- Podrías haberme defendido.
- ¿Y decir qué?
- Eso dependía de ti. – sus ojos me examinan, pero yo me quedo en blanco. Como nota que no voy a añadir nada más, prosigue con la conversación. – No importa. De todas formas, iban a darme la pena de muerte igual.
- Tuviste demasiado peso en la operación contra Abnegación. Y arrebataste demasiadas vidas.
- Lo sé. No me arrepiento de ello. – masculla con indiferencia. Incluso creo que se regodea. – Lo único que lamento es no haber podido terminar el trabajo. Habría sido una maravilla.
No sé si alguien tiene claro cuál era el objetivo final del plan de Jeanine. O no me lo han contado. Yo tampoco he hecho el esfuerzo de preguntar.
Eric se pone en pie y mis alarmas se activan. Como si se percatara de ello, levanta las manos en son de paz. Va esposado. Me las enseña a mí y luego a la cámara.
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One choice | Peter Hayes
FanfictionCordialidad. Erudición. Verdad. Abnegación. Osadía. Que no te engañen, a veces arriesgarse vale la pena. Sólo a veces. Y si no lo hace... Bueno, si no sale bien posiblemente lo pierdas todo. 3/3/2019 ➞ #1 peterhayes #1 milesteller #1 divergente 18/3...