Capítulo 53. Dumbledore

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Harry tuvo que hacer un esfuerzo inmenso para seguir instruyendo a sus compañeros de clase durante el resto de la hora en lugar de salir corriendo detrás de Draco, tal y como habían hecho Parkinson y Zabini. Al fin y al cabo, aquellos chicos le necesitaban; no podía dejarlo todo e irse sin más, se había comprometido a ayudarles. Así que animó a Ginny mientras ella lograba transformar a Voldemort en una gallina, y observó a un Ravenclaw de séptimo convertir la Marca Tenebrosa que flotaba sobre sus cabezas en un globo de helio.

La mayoría de ellos lo estaba haciendo asombrosamente bien, aunque no faltó quien se echase a llorar o necesitase la ayuda de Harry para mantener la compostura. Por suerte, nadie hizo ningún comentario sobre lo que acababa de ocurrirle a Draco. Todos parecían demasiado preocupados por la presencia del Boggart como para mantener una conversación.

En cuanto el último de ellos se enfrentó a su Boggart, cuando quedaban solo dos minutos para el cambio de clase, Harry dio la lección por terminada y volvió a encerrar a la criatura en el armario. Recogió su mochila y salió al pasillo antes de abrir el mapa del merodeador para buscar en él al Slytherin.

-¡Harry! – exclamaron, al mismo tiempo, Ron y Hermione mientras corrían hacia él.

-¿Qué vas a hacer? – preguntó la chica, asomándose por encima de su hombro mientras Ron, con su cuerpo, tapaba el mapa de la vista de la gente que estaba caminando por el pasillo en aquel momento.

-Voy a ir a buscar a Draco – explicó con apuro mientras escaneaba las mazmorras, los pasillos y las torres sin éxito –. Tengo que hablar con él.

-¿Estás seguro? – inquirió Ron, ayudándole a buscar mientras hablaban –. ¿Ya sabes lo que vas a decirle?

No, Harry no lo sabía exactamente. Llevaba días y días hablando de sus sentimientos con sus amigos, analizando, con su ayuda, todo lo que había ocurrido aquel curso entre él y Draco. El miércoles, harto de no llegar a ninguna conclusión definitiva, había decidido seguir su propio método y mandarle un mensaje a Draco diciéndole que quería hablar con él, a solas. Hermione, al principio, había intentado disuadirle, pero al final había cedido e incluso había mejorado el encantamiento del galeón para que pudiese enviar frases más largas de una vez. Harry había creído que, al ver cara a cara al Slytherin, habría sabido qué decir.

No contestó en voz alta a la pregunta de Ron porque, un momento después, localizó el nombre "Draco Malfoy" en los jardines del colegio, cerca de la linde del bosque y acompañado de sus dos amigos, y se echó a correr. Oyó los pasos de Hermione y Ron tras él, y se giró para meter el mapa en la mochila de cualquier manera mientras sorteaba a los alumnos que estaban bloqueando los pasillos a la salida de cada aula y bajaba por las escaleras tan rápido como podía.

-¡Eh! – gritó Nick Casi Decapitado cuando Harry, al torcer una esquina para dirigirse a la salida del castillo, corrió justo a través de él.

-¡Lo siento! – se disculpó sin dejar de correr y mirando hacia atrás solo un momento.

"¿Por qué mierda decidí esperar a que mis sentimientos se aclarasen o a que Draco diese el primer paso?" se preguntó, frustrado, mientras recorría los jardines bajo la luz del sol de finales de mayo. Estaba sudando, pero le daba igual.

-Harry, ¿estás seguro de esto? – jadeó Hermione mientras le seguía de cerca –. No tienes ningún plan.

-Ya hemos hablado de esto, Hermione – masculló, sin importarle realmente si ella lo oía. Sabía tan bien como él que tener un plan nunca les había servido de mucho.

Cuando localizó al trío de Slytherins sentados en la hierba a la sombra de un árbol, se detuvo e indicó a sus dos amigos que guardasen silencio. Los Slytherins estaban de espaldas a ellos y podía oír sus voces agitadas. Aún no habían reparado en su presencia, al parecer. Harry y sus amigos se acercaron a paso lento a ellos, y Harry tuvo la idea de esconderse bajo su capa de invisibilidad para escuchar lo que estaban diciendo sin ser visto, pero la desechó al momento. Eso no ayudaría a que Draco estuviera dispuesto a hacer las paces con él, precisamente.

Harry Potter y las Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora