Capítulo 51. Crucio

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-Estoy harto.

Pansy, Blaise y él se giraron para mirar a Nott, que acababa de entrar en el dormitorio y estaba atravesando a Pansy con la mirada y poniendo cara de asco.

-Esta también es nuestra habitación – dijo Blaise, con un tono de voz cortante pero calmado –. Podemos traer aquí a quien queramos.

-Ya. Y yo debería poder caminar por aquí desnudo cuando me diera la gana – contraatacó Nott.

A su lado, Pansy bufó.

-Qué desagradable.

Nott se acercó a su cama y empezó a quitarse la túnica y los zapatos mientras, con un tono perfectamente normal, contestaba:

-Lo que es desagradable es tener que compartir habitación con un tío que tiene una escoba metida por el culo.

Draco inhaló muy rápido, al mismo tiempo que Pansy. Ninguno de ellos tuvo tiempo de contestar.

-Hasta ahora era soportable porque se encerraba en su cama, pero ahora tengo que soportarte a ti también todo el puto día dentro de la habitación intentando animarle –. Se quitó la camisa y estiró un poco los hombros antes de alcanzar una camiseta más cómoda y pasársela por encima de la cabeza –. Lo que Malfoy necesita es una buena borrachera, no que le laman el culo y le traigan la comida.

-¡Cómo te atreves! – chilló Pansy, descruzando las piernas para levantarse de la cama de Blaise. Su amigo estiró el brazo rápidamente para atrapar su muñeca. Draco, a pesar de que su instinto le estaba pidiendo a gritos que se defendiera, decidió mantenerse al margen. En parte porque se sentía sin fuerzas, y en parte porque el gesto de Blaise le hizo pensar en lo doloroso que habría sido que alguien apretase su muñeca en aquel momento –. ¡Suéltame! – gritó la chica, mirando a Blaise con expresión furibunda.

Él no hizo caso a la orden de Pansy. Simplemente le envió un mensaje con la mirada, negando con la cabeza muy despacio. Pansy, entonces, miró a Draco.

-¿No vas a decir nada?

-No merece la pena – contestó él con un tono de voz monótono. Salazar, qué rara sonaba su voz a sus propios oídos. Necesitaba dormir.

Ella emitió un sonido de frustración. Al otro lado de la habitación, Nott se rio. No lo hizo con malicia, sino como si ellos tres fuesen niños pequeños discutiendo por tonterías y él el adulto a cargo.

-Podríamos hacerlo – intervino Blaise, de pronto. Draco frunció el ceño.

-¿Hacer el qué?

-Beber –. Su tono fue completamente serio, y su respuesta fue seguida de un instante de silencio.

Y entonces se desató el caos. Pansy sonrió con malicia, y en un instante estaba liberando su muñeca del agarre de Blaise y saltando de la cama mientras hablaba a toda prisa sobre cómo conseguir las bebidas, dónde celebrar la fiesta y a quién invitar. Parecía convencida de que Draco se lo pasaría bien si se dejaba llevar por los efectos del alcohol.

Nott se la quedó mirando con cara de incredulidad, Blaise dejó que siguiera hablando mientras intercambiaba miradas con Draco, y él trató de respirar profundamente para no perder la calma.

-No podemos hacerlo – trató de razonar cuando su amiga terminó de hablar –. Faltan unas semanas para los ÉXTASIS y todo el mundo tiene que estudiar.

-Bah, ¡relajarse una noche no va a matar a nadie!

-Bueno, pues yo no quiero relajarme – insistió él, cada vez más nervioso. ¿Por qué no estaba Nott quejándose de que lo había dicho de broma? ¿Por qué no le defendía Blaise? –. Y no creo que se te una nadie.

Harry Potter y las Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora