Capítulo 43. Primera cita

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Harry y Draco habían ido a comer a un restaurante londinense y habían paseado hasta encontrar un Starbucks, donde se habían pasado una hora tomándose unas bebidas calientes. En ese momento, estaban observando la luz del atardecer, sentados en silencio en un banco. Detrás de ellos había unos arbustos, tras los cuales se podía oír a los niños muggles jugando en la otra zona del parque; donde estaban ellos, sin embargo, no había nadie más.

Harry pasó su mano de forma distraída por la rodilla de Draco, perdido en sus pensamientos, y entrelazó sus dedos con los del Slytherin cuando sus manos se encontraron.

Nunca había tenido una cita tan agradable como aquella. Lo había intentado con Cho, pero el resultado había sido desastroso, y Ginny no había logrado convencerle de tener una después de la guerra. De todas formas, no habría sido lo mismo con ella. Harry no habría podido sumirse en aquel silencio cómodo, escuchando a los pájaros anunciar la llegada de la primavera, dándole la mano a la persona que tenía al lado.

Se preguntó si aquella también sería la mejor cita que había tenido Draco. No tenía ni idea de con cuánta gente había salido el Slytherin, ni de lo que había hecho con esa gente.

Miró a Draco, y el chico le devolvió la mirada.

-Esto es agradable – dijo en voz baja. Draco asintió, y un pequeño amago de sonrisa se dibujó en sus labios, lo que envió un cosquilleo a través del estómago de Harry –. ¿Habías hecho algo así antes?

-¿Te refieres a mirar a la nada en silencio sentado al lado de otra persona? – contestó el chico con tono burlón. Harry le dio un codazo amistoso.

-No, idiota, me refiero a tener una cita.

Un rubor adorable subió por el cuello de Draco hasta asentarse en sus mejillas, y sus ojos se abrieron ligeramente. Harry apretó su mano al tiempo que Draco susurraba:

-No habíamos establecido que esto era una cita.

Eso le hizo sonreír. Se inclinó hacia delante y rozó sus labios contra los de Draco antes de contestar.

-¿Y qué creías que era?

Draco negó con la cabeza, mirando hacia algún punto por encima del hombro de Harry.

-No lo sé. Es que... piénsalo. Harry Potter en una cita con Draco Malfoy. ¿No se te hace raro?

-No – contestó, encogiéndose de hombros –. Solo somos Harry y Draco.

Se quedaron callados un momento, mirando de nuevo hacia el horizonte.

-No – susurró Draco –. Nunca había tenido una cita.

Harry asintió. Sus manos seguían entrelazadas, y se dedicó a acariciar la de Draco con su pulgar.

-¿Qué hacías con la gente con la que salías? – preguntó de forma casual. Los hombros de Draco se tensaron, y tardó un momento en contestar.

-Nunca he salido con nadie – masculló por fin.

-¿Ni siquiera con chicas? – preguntó él, sorprendido. Draco negó con la cabeza –. ¡Pero si fuiste con Parkinson al Baile de Navidad en cuarto!

Harry Potter y las Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora