Tauro suspiró y miró a Leo de mala gana.
—¿Tienes que moverte tanto? —preguntó.
—¿Tienes que ser un idiota siempre?
Tauro ignoró su comentario y prefirió no crear más problemas, no sabía si Capricornio tenía alguna otra tortura, aunque no creía que hubiera algo peor que estar metido en la misma camisa que Leo.
Resulta que Capricornio tenía guardada una camiseta de "reconciliación", y obligó a Leo y a Tauro a estar en ella hasta que se hicieran amienemigos otra vez. Tauro se había disculpado con el chico unas 30 veces, pero al parecer no era suficiente castigo. Ni siquiera el ojo morado que llevaba ahora.
—Quiero comer.
—Ni lo pienses —contestó Leo.
—Oh, ¿ahora no tengo permitido comer?
—Me da igual si te mueres de hambre o no, el problema es que dos segundos después de comer tienes que cagar, y no pienso acompañarte al baño.
Tauro lo pensó mejor. Tampoco quería eso.
Iba a ser un día largo. Un día con Leo pegado a él, sin poder comer, hacer del baño, ni tratar de distraerse con los otros signos.
Capricornio también había tenido la maravillosa idea de llevarlos a pasear todo el condenado día, así habría más tiempo de Leo y Tauro. Y Ofiuco.
—Van bien, chicos, solo les quedan unas 48 horas —se burló el chico, sosteniendo su celular.
—¡Cállate! —exclamaron a coro.
Habían dejado a Ofiuco para que se asegurara de que Leo y Tauro no se separaran en todo el día, Ofiuco obviamente aceptó, amaba ver a la gente molesta, especialmente si se trataba de su torpe primo.
—¿Saben qué? Me estoy aburriendo un poco, veré Netflix en el cuarto de Leo —anunció levantándose, Leo puso los ojos en blanco.
—¡No! No te vayas —pidió Tauro.
—No te preocupes, te dejo en compañía de Leo, es bastante entretenido si dejas de prestar atención y te enfocas en hacerlo molestar.
Tauro gimoteó, tirandose en el sillón.
—¡Con cuidado! Casi me ahorcas —reclamó Leo.
—¿Quién dijo que no quería hacerlo?
(...)
Tres horas. Casi tres horas con ese torpe rubio.
Leo ya ni siquiera recordaba porque lo odiaba, pero su presencia le hacía querer sacarse los ojos y comerlos.
—Tres elefantes se columpiaban, sobre la tela de una araña —cantaba en voz baja Tauro.
—Prefiero escucharte cagar que cantar, por favor para —lo interrumpió Leo.
—¿Hay algo que no te moleste?
—Tú no.
—Puta madre, no puedo esperar a que nos saquen de aquí —murmuró Tauro molesto.
—¿Por qué no nos salimos nosotros y ya? Ofiuco está en mi cuarto, no se dará cuenta
—¿Y qué le diremos si nos encuentra? Es capaz de amarrarnos, está loco.
—Pues si no saldremos de aquí al menos hay que hacer algo para no aburrirnos, o encontrar una manera de vernos felices cuando Capricornio llegue, si no, estaremos aquí por una semana.
—¿Qué propones?
—No lo sé, ¿Netflix?
—No quiero ver nada que te guste a ti.
—Dios, ¿No puedes pasar un minuto sin insultarme?
—Se volvió parte de la rutina —Tauro se encogió de hombros, y agregó—: Aunque estaba pensando en algo, pero... no, olvídalo.
—¿Qué? ¿En qué?
—Pues, te quería pedir consejos... —hizo una pausa, Leo lo miró, esperando que terminará de hablar—, consejos de, ya sabes, chicas.
Leo lo vió sorprendido.
—¿Te gusta alguien? Por Dios, de un tiempo acá creí que eras incapaz de generar emociones.
—Por eso no te lo quería pedir, sabía que te ibas a burlar —se molestó—. Ni sé por qué te lo dije, ahora se lo dirás a todos.
—No seas idiota, si quisiera burlarme de ti lo hubiera hecho desde hace tiempo —confesó, Tauro lo vió confundido—. La última vez que nos vimos, cuando estabamos como en primaria, me di cuenta de que te gustaba Piscis.
—¿Qué? Claro que no.
—Di lo que quieras, lo supe en cuanto te vi, en ese entonces me parecías más fácil de leer —se encogió de hombros—, después de eso, comencé a tratarte mal, no soportaba el hecho de que te sintieras atraído a mi prima pequeña, así que traté de alejarte lo más que pude de nosotros.
—¿Por eso me odias? ¿En serio?
—Te odiaba —corrigió—. En realidad, sólo te molesto porque me acostumbré a hacerlo, de hecho, me das igual.
Tauro dejó salir una risa.
—Digo lo mismo.
Leo se aclaró la garganta.
—Entonces... consejos, ¿Eh? —preguntó, haciendo que Tauro asintiera avergonzado—. ¿Por qué me pedirías consejos a mi? ¿Qué hay de Escorpio?
—Escorpio no es un experto conquistando chicas —respondió—. Además, creo que eres la persona más heterosexual que conozco.
—¿Heterosexual? —Leo soltó una carcajada—. Lamento desilucionarte, pero me gustan los chicos.
—¿Qué? ¿Y Virgo?
—Soy Bisexual —aclaró, Tauro lo vió con una mezcla de confusión y sorpresa en la cara.
—¿Por qué nunca nos lo dijiste?
—¿Alguna vez nos dijiste que eras heterosexual?
—Bueno, no, pero...
—Exacto.
—¿Qué hay de esa vez que jugamos "Yo nunca, nunca"? Preguntamos si alguien había dudado alguna vez de su sexualidad y tu no bebiste.
—Porque nunca he dudado, siempre he sabido lo que soy y lo que me gusta —contestó—. No quiero ser definido por mi sexualidad, ¿sí? Quiero ser Leo, no "Leo, al que le gustan los hombres" o "Leo, el bisexual", ¿Entiendes?
Tauro asintió.
—Eres la primera persona a la que se lo digo, y espero que no comiences a tratarme diferente.
—No te preocupes.
Después de eso, Tauro pensó que tal vez Leo no era tan malo, a final de cuentas, era humano también.
(...)
—Llegamos —anunció Capricornio abriendo la puerta de la casa.
—Hey —saludó Tauro.
—Veo que no están golpeados —comentó Capricornio, mientras los demás subían a sus habitaciones.
—Sí, bueno, creo que llegamos a un acuerdo —comentó Leo.
—Genial, entonces supongo que ha sido suficiente castigo.
Capricornio les quitó la camiseta, haciendo que Leo y Tauro se separaran enseguida.
—Por fin —murmuró Tauro.
—El peor día de mi vida —reprochó Leo, Capricornio suspiró.
—Supongo que ustedes simplemente no se llevan bien —dijo antes de irse.
Tauro se dejó caer en el sillón, al lado de Leo.
—Y, ¿aún necesitas esos consejos?
—Por favor —sonrió Tauro.
***
Bueno, díganme que les pareció el capítulo y comenten todo lo que quieran, sus notificaciones no me asustan. ❤
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The Zodiac Life [EDITANDO]
HumorDoce signos viviendo juntos, seis hombres y seis mujeres, ¿Que tan malo podría ser?