D E S P E D I D A

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Los signos salieron de la ciudad el mismo día en el que se le dió la noticia a Escorpio.

Llegarían a la ciudad en la que solían vivir Escorpio y su padre, dormirían y a la mañana siguiente se haría un sepelio, luego el cuerpo se enterraría.

Durante el viaje Escorpio no dijo una palabra, y nadie le preguntó nada.
El chico seguía sin reaccionar. No parecía triste, pero tampoco feliz. No parecía sentir nada.

A los chicos les preocupaba la manera en la que había reaccionado.

—No es normal —había dicho Capricornio—. Suena tonto, pero tiene que llorar. No es bueno que guarde todo ese dolor.

Todos estaban de acuerdo, pero ninguno se atrevía a decírselo.

—Todo a su tiempo —respondió Tauro.

Ofiuco y Aubrey manejaron la camioneta y el auto hasta el hotel, con cuatro chicos a su cargo, siendo seguidos por Javier, quién llevaba a los restantes. Cuando llegaron sus padres los estaban esperando.

—¡Mi niño! —exclamó la madre de Tauro cuando lo vió y lo abrazó, luego  buscó a Escorpio con la mirada. Cuando lo encontró le dedicó una mirada de tristeza—. Oh, ¿Cómo estás, cariño?

—Uh, bien, ¿Sabe donde están los baños? —contestó, la mujer lo vió preocupada.

—En la recepción, a la derecha.

Escorpio asintió y entró al hotel, llevándose un montón de miradas confundidas.

—Dejen de mirarlo —ordenó Aries, aún con los brazos de su padre sobre los hombros.

—Lo siento, es sólo que... —comenzó su padre, pero se vió interrumpido por Aubrey.

—Aún no reacciona, necesita tiempo —informó, todos la vieron, confundidos—. Oh, soy Aubrey, un gusto, he cuidado de sus niños los últimos meses.

Todos asintieron y la saludaron.

—Bueno, él volverá en cualquier momento, así que actúen normal —anunció Tauro—. Hay que dejar que haga las cosas a su manera, no hay que presionarlo, ¿Bien?

Todos estuvieron de acuerdo. Cuando el chico volvió se organizaron para acomodarse en las habitaciones y luego se fueron a dormir.

Todos cayeron rendidos; después de varias horas en un vehículo habían terminado exhaustos, y a la mañana siguiente aún tenían ganas de dormir 10 horas más.

El lugar en el que se llevó a cabo el Sepelio estaba casi vacío. Sólo habían invitado a las personas que habían considerado importantes; los signos del Zodiaco, sus padres y la familia de Escorpio, que eran unas cuatro personas a quienes a penas conocía.

Todos se saludaron respetuosamente y entraron al lugar en donde estaba el cuerpo.

La funeraria era como una capilla pequeña, con bancos a los lados y un pasillo enmedio, que llevaba a un ataúd de madera.

Algunos de los padres pasaron a ver el ataúd y lloraron, otros simplemente miraron el cuerpo y recordaron los buenos momentos que habían pasado con Tom Kennedy.

Todos tomaron asiento, incluyendo a Escorpio, que se sentó sin mirar a su padre.

El chico sintió como alguien le tocaba el hombro y se volteó para encontrarse con el padre de Capricornio. Escorpio no recordaba su nombre, pero sabía que comenzaba con L porque era Libra.

—Hola —saludó, el hombre le sonrió y se sentó a su lado.

—Eres idéntico a tu padre —comentó—. Se veía igual que tú. De aspecto algo aterrador. Cuando la gente lo veía, creían que sería un chico rebelde, pero en realidad era la persona más amable que llegué a conocer.

The Zodiac Life [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora