Aries vió llegar el taxi que sus padres habían pedido y suspiró.
—Así que era en serio, ¿Huh?
—Oh, será genial —contestó su padre, luego la abrazó. Su madre se acercó e hizo lo mismo.
—Portate bien, ¿Sí?
—No prometo nada.
Sus padres se despidieron una última vez y la chica subió al taxi.
Ya iba a empezar lo bueno.
(...)
—Te quiero, hijo —dijo la madre de Tauro, abrazandolo—. Quiero que me llames mucho, y que no hagas mucho desorden, ¿Sí?
—Te llamaré todos los días, y claro que no haré desorden, me conoces.
Su madre sonrió y asintió.
—Cuídate.
Tauro subió al taxi y se despidió de su madre con la mano.
—¡Hasta luego!
Cuando salieron de la calle Tauro subió el volumen de la radio y se recostó sobre su asiento.
—Sin miedo, señor.
El taxista obedeció y aceleró. Las cosas iban geniales para Tauro.
(...)
—¡Cuidate! Y no olvides llamar —exclamó el padre de Géminis.
—¡Nunca! ¡Los veo luego!
Se despidió por la ventana y luego se sentó.
—Es un buen día, ¿No lo es? —le preguntó al taxista.
—Lo es.
—¡Y no se imagina lo que me espera! Veré a mis amigos después de como- a ver, ¿Qué año es? ¡Da igual! Ha pasado mucho-
El hombre se puso los audifonos y Géminis siguió hablando sin parar.
(...)
—Los extrañaré mucho —dijo Cáncer, abrazando a su mamá.
—Nosotros también, linda. Pero el taxi espera.
—Oh, claro —rió y subió al taxi—. ¡Hasta pronto!
Subió al taxi y el resto del viaje se dedicó a ver por la ventana.
(...)
—Padres, me tengo que ir —anunció Leo—. No lloren por mi, sean felices, pues su pequeño saldrá a florecer.
—Eres tan... dramático —dijo su padre.
—Y lo extrañarás.
—¡Oh, ven aquí, mi pequeño vanidoso! —exclamó su madre, dándole un gran abrazo.
Después de despedirse de su padre, Leo subió al taxi.
—Los veré en sus mejores sueños —dijo, antes de subir el vidrio.
—¡Hey, espérame! —exclamó Capricornio, saliendo de la casa.
—Ya nos podemos ir, señor —indicó Leo. El hombre arrancó.
—¡¡Leo!! ¡No!
(...)
—Sube al auto, Virgo —ordenó su padre, la chica se cruzó de brazos.
—Ya te dije que no.
—¡Virgo!
—¡No!
—No me dejas otra opción —contestó, tomando su celular, luego lo lanzó dentro del taxi—. ¡Ve por el!
—Eso no funcionará.
Su padre alzó las cejas.
—Puedo estar aquí todo el día.
Virgo suspiró y corrió al auto por su celular. Su padre cerró la puerta rápidamente y le indicó al taxista que arrancara.
—¡Eres un traicionero! —exclamó la chica.
—¡Diviértete!
(...)
—¿Seguro que no quieres cambiar de opinión? —preguntó Libra, su padre negó con la cabeza.
—Pásala bien, hija.
—¡Lo dudo! Pero bien.
Se despidió y subió al auto.
—¡Adiós!
Durante el camino Libra leyó un libro.
(...)
—Hasta luego, hijo —se despidió el padre de Escorpio, dándole una palmada en la espalda.
—Hasta luego —respondió.
—¡Trata de no matar a nadie!
—Lo intentaré.
Se dieron un abrazo y Escorpio subió al auto. Extrañaría a su papá.
(...)
Sagitario subió al taxi y abrió la ventana.
—¡Hasta luego, mamá!
—¡Hasta luego, Sagi! No hagas mucho desorden.
El taxista comenzó a manejar y Sagitario se pasó al asiento de enfrente.
—¡Más rápido! Mi abuelita conduce mejor.
(...)
—Nos vemos, Capri —se despidió su madre. Le habían tenido que pedir otro taxi.
—¡Hasta luego!
—¡Cuida a todos! —exclamó su papá.
—¡Lo haré!
El taxi salió de la calle y Capricornio se sentó. Sería todo un reto.
(...)
—¿Desodorante? —le preguntó su mamá.
—¡Listo! —contestó Acuario.
—¿Ropa interior?
—¡Empacada!
—¿Celular?
—¡Aqui! -sacó el celular de su bolsillo
—Estas listo, hijo.
Acuario subió al taxi después de despedirse de su mamá.
—¡Adiós, mamá!
(...)
—Te extrañaré —dijo Piscis, abrazando a su mamá.
—Yo igual, querida —contestó—. Pero ya te despediste unas cinco veces, ¡llegarás tarde!
—Ya me estoy acostumbrando —sonrió—. ¡Adiós!
Casi se subía al auto, pero se madre la detuvo.
—¡Espera! Casi lo olvido —dijo, luego sacó algo de su bolso. Era un libro que parecía bastante viejo, en la portada ponía «Trucos del Zodiaco»—. Usé esto cuando viví con mis compañeros del Zodiaco y créeme, les gustará.
Piscis vió el libro y lo tomó. Su madre a veces era un poco extraña; era Acuario, por lo que era normal, pero Piscis supo que ese libro era una de esas cosas locas de Acuario, por lo que decidió que sólo se lo mostraría a sus compañeros cuando creyera que era necesario.
—Gracias —contestó y le dió un abrazo, luego subió al taxi—. ¡Hasta luego!
Cuando se alejó se puso los audífonos y escuchó música mientras comenzaba a leer ese extraño libro.
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The Zodiac Life [EDITANDO]
HumorDoce signos viviendo juntos, seis hombres y seis mujeres, ¿Que tan malo podría ser?