"M" - Mihael Keehl (parte 6)

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¿Cómo ha llegado este idiota aquí? ¿Cómo supo donde estaba? ¿O estaré soñando? Tal vez solo estoy alucinando.

Mells, veo que estás despierto — pausó su juego y apagó el cigarrillo, giró a verme sin levantarse del sillón — ¿Ya te sientes mejor?.
— Pe-pero... ¿Tú qué haces aquí? — bajé el arma y quedé pasmado, creo que no estoy alucinando.
— Oh, bueno, contactos míos lograron localizarte — ¿Contactos? ¿Desde cuándo es tan influyente? — Si no hubiera llegado a tiempo, seguro mueres calcinado. Pero no me lo agradezcas — sonrió petulante.
— T-tu... — no sabía que decir, en verdad estaba sorprendido. No voy a negar que le extrañaba realmente muchísimo, pero estaba también muy molesto — ¡Creí haberte dicho que te llamaría cuando te necesitara, Jeevas!
— Shhh, Kira podría estar cerca, no es necesario que digas mi nombre real — dijo en tono burlón — Además, ya me has llamado, Keehl.
— ¡Te dije que te diría si te necesitaba! — apreté mis puños — ¡Y no te necesito!
— Si, claro, eso parecía cuando estabas inconsciente en medio de los escombros — sinceramente, pensé que iba a llorar cuando le dije que no lo necesitaba, pero no lo hizo, se hizo más duro y sarcástico desde los 15 años (y vaya que ya era sarcástico).
— ¡Corres peligro aquí! ¡Te van a matar! ¡¿Acaso no lo entiendes?! — mis ojos se aguaron.
— Correré el riesgo — seguía sonriendo.
— Oh, ¡Púdrete, Matt! — le alcé mi dedo medio, dí media vuelta, me dirigí al baño y azoté la puerta con fuerza.
"Si, Matty, yo también te extrañé" — "imitó" mi voz.

Es un tremendo idiota. Solo a él se le ocurre venir en medio de la tempestad, con más del 70% de posibilidades de morir, sonriendo como si toda esta situación fuera divertida. ¡Que se pudra él! ¡Que se pudra su presencia! ¡Qué se pudra esa maldita sonrisa!.

Sin querer, pude verme en el espejo. La cantidad de vendajes que tenía no era común para heridas de menor gravedad. Como ya dije, aún no me dolía nada, porque el efecto anestésico aún no se iba del todo, pero me intrigaba lo que había debajo de todas esas vendas. Poco a poco, fui quitando las vendas de una en una, dejándolas caer en el suelo, así como las gasas que estaban debajo de estas.
Y entonces... Me ví. Parte de mi rostro, así como mi cuello y hombro del lado izquierdo, estaban deformes, la piel aún seguía sumamente roja e inflamada, hice gestos con mi rostro y no podía moverlo como antes.
La belleza de la que tanto me hablaban las chicas con las trabajé, esa que me solucionaría la vida, ese "regalo" que me había dado Dios se había... Ido.
Mi pecho empezó a contraerse, las lágrimas amenazaban con salir; estaba frustrado, molesto, triste. No pude evitar que uno de mis puños diera contra el espejo, rompiéndolo en mil pedazos, el sonido debió haber sido estruendoso, pero no lo escuché porque unas fuertes pulsasiones invadían mis oídos; dejé caer mi espalda sobre la pared y me deslicé hasta llegar al suelo, abracé las rodillas contra mi pecho mientras trataba de controlar estas respiraciones erráticas.
Matt entró abruptamente por la puerta y se dirigió a mi, se agachó y me abrazó fuertemente, ariciaba mi cabeza y mis brazos tratando de calmarme.
— ¡Soy un monstruo! — grité tanto como me lo permitieron los pulmones.
— No, no lo eres. — Matt dijo muy calmado.
— ¡Si lo soy!.
— Te digo que no. Si en verdad lo fueras, yo no estaría aquí. — seguía abrazándome y acariciandome — Oh no, mira nada más — sostuvo mi mano, viendo la herida que me hice debido a los vidrios — Ahora si te has jodido la mano, tendré que comprar más vendas y alcohol.
— En serio te extrañé... — dije un poco más calmo — ...Matty.
— ¡Aleluya! Eso era lo que quería oír. — se burló, reí por lo bajo y le abracé por la cintura, me correspondió el abrazo.
— Jeevas, ¿qué carajo hace una consola de videojuegos y cigarrillos en mi casa? — dije divertido, rompiendo los minutos de silencio recargado en su hombro.
— Oh pues... — se rascó la nuca — No pude aguantar la ansiedad de fumar y jugar, así que mientras estabas inconsciente, fui a comprar algunas cosas aquí cerca.
— Espera, a pesar de la incertidumbre de si viviría o no ¿saliste para comprar esas estupideces?. — dije en tono de burla y también algo ofendido.
— ¡Sabía que estarías bien! — chasqueó la lengua, restando importancia — Además, yo podía morir sin eso, ¿lo sabías? — solté una carcajada.
— Oh, Dios mío. Eres un caso perdido. — continúe — Pero algo si es definitivo, no quiero que fumes tu porquería dentro de casa, detesto ese olor.
— Entendido, jefe.

Con lo que respecta a las heridas, el efecto sedante pasó y fue... Terrible. El ardor equivalía a dejar tus piel por un largo rato en algún hierro caliente. El dolor era tan intenso que literalmente gritaba de dolor, no podía permanecer más de 3 o 4 horas sin una buena dosis de lidocaina y, si lo hacía, me daban pequeños ataques de ansiedad. Me causó tal estrés postraumático ese evento que ya no podía ver fuego o en escuchar estallidos sin ponerme mal. Tal vez fue por eso que no pude dispararle a Near en esa ocasión - o porque tengo buenos recuerdos de él cuando estábamos con "L" -.

A mis compañeras ya no las he vuelto a ver, porque desde que Dwhite y los demás murieron, han tenido que buscar empleo en otros sitios... Voy a extrañarlas muchísimo. Si algo malo llegara a sucederme, así como a Matt, todo el dinero que tengo dentro de una cuenta pasará a ellas y todo en partes iguales, así tal vez dejen de trabajar en esto - aunque, bueno, por ahí hay unas cuantas que aman este trabajo, esa ya será su decisión -.

En fin, pasé más tiempo con Matt, ya sea investigando o el tiempo libre. Había en verdad olvidado que ese idiota era una molestia en el trasero: durante el día, cuando me descuido juega en su consola, en la noche ni hablar; parece caldera de tren cuando fuma - obviamente lo hace afuera, una vez intentó fumar adentro y terminó con un ojo violeta - ; tiene la casa hecha un puto asco y no se molesta en mover un dedo, además que yo soy el que cocina, el que consigue comida, el que limpia (soy una maldita ama de casa); constantemente peleo a gritos con él, aunque en mis malos ratos he llegado a arrojarle objetos justo en su estúpida cara; tengo que recordarle cuando tomar una ducha, cuando comer, cuando ayudarme en el caso... ¡Vivo con un maldito adolescente!.
Aunque pasamos también buenos ratos: cuando tengo la oportunidad, juego con él en su consola - obviamente, siempre gana él -; le pedí en una ocasión que me enseñara a fumar por mera curiosidad, es más que obvio que no funcionó y casi me ahogo con el humo, él solo se cagó de risa; he logrado que recoja y cocine de vez en vez, pero es un desastre, aunque nos divertimos mucho; hemos salido juntos a conseguir comida (y a otros lados, de paseo), puedo asegurar que nos han vetado de varios lugares; por su propio pie, a ayudado al caso, a comido y se ha duchado (bendito sea Dios). Le conté a Matt todo lo que había vivido. Cuando le conté que me dediqué a prostituirme por los últimos 5 años, el muy hijo de puta dijo que ya lo había sospechado, pero que le sorprendía que haya durado tanto... "Debió haberte gustado mucho, ¿no?"... Imbécil. Él, sin embargo, no quiso contarme nada de su vida, aunque no pude evitar notar una herida vertical en su muñeca izquierda... Espero que yo no haya sido el causante de ese intento de suicidio.

Vivimos cada día como si fuera el último porque, al estar dentro de este caso, no sabemos cuanto tiempo nos quede. No creo poder vivir sin él o él sin mi, así que lo ideal sería morir ambos o no morir ninguno y, si eso llegara a pasar, no me importaría pasar el tiempo que me reste de vida junto a Matt... Él es el único que, sin importar que, ha estado cuando más lo necesito.

Ahora, tenemos el plan de secuestrar a Kiyomi Takada mientras Matt distrae a su seguridad. No sé como vaya a salir o que nos depare el destino, solo espero que podramos atrapar al fin a Kira y así, vengar la muerte de "L" y honrar su memoria.

Esta ha sido mi historia.

Espero que estés satisfecho, maldita pelusa estúpida.

Wammy's Boys (pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora