"T" - Mail Jeevas (parte 7)

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Directo a Los Angeles, a seguir resolviendo casos junto a Near, a seguir en el mismo camino de perdición, depresión, alcohol y drogas, tratando de buscarle un sentido a mi absurda vida, luchando cada día por no quedarme sin aire, luchando cada día con la esperanza de ver a Mello otra vez.

Near seguía detrás de mí, encerrandome para no poder salir, manteniéndome en abstinencia hasta por 2 o 3 semanas, haciéndome que me enfocara en mi trabajo, amenazando con sacarme a patadas del que ahora era su edificio -aunque sabía que no duraría mucho afuera yo solo-. Como ya lo había dicho, sé que trataba de mantenerme con vida por Mello pero, lo que él no entendía, es que sin Mello yo no tenía vida... Hace 5 años que se acabó mi vida.

Hasta que un día, recibí una llamada.

— Matt, te necesitan al teléfono. — Near se acercó, interrumpiendo mis hábiles tácticas de hackeo -de hecho, no estaba haciendo nada más que hackeando cuentas online de videojuegos-.
— ¿De quién se trata?.— normalmente, nadie del mundo exterior tiene contacto conmigo, así que era bastante extraño.
— No estoy seguro, pero parece urgente.— rápidamente, presioné un botón que activaban los altavoces de mi computadora.

— Si, ¿quién habla?.
— ¡Hey!, ¿qué pasa, Matt?.— una voz adormilada sonó por el altavoz, con un tono entre grave y agudo.
— ¿Te conozco? — dije desinteresado, sinceramente no reconocía la voz.
— ¿En verdad no me recuerdas?... Idiota. — la piel se me erizó al escuchar aquella última palabra. ¿No han tenido esa sensación de estar completamente muertos y, después de un acontecimiento, regresar a la vida de nuevo? Así me sentí yo.
— ¿Me-Mello? — sentí que la sangre desapareció de mi cuerpo.
— Obviamente... — giré a ver a Near -quien aún seguía a mi lado-, totalmente impactado e incrédulo de la situación.
— ¡Mello! ¡¿Dónde estás?! ¡No, olvídalo! ¡Buscaré yo mismo tu dirección! ¡En menos de lo que piensas estaré ahí! ¡Espera! — dije desesperado, tecleando en mi computadora , tratando de localizar la ubicación de su teléfono.
— Ni lo intentes, Matt — rió por lo bajo — Mi teléfono está completamente alterado, de hecho, te dirá que estoy en medio del mar a casi un día de distancia -a pesar de que no sea así-, ¿me equivoco?. — Era verdad.
— ¡Bueno, dime dónde estás! — grité, esperando una respuesta.
— Por el momento no puedo hacerlo, pero me gustaría escuchar un "me alegra saber de ti, Mello". — solté un gran suspiro, tratando de controlar está emoción tan grande que sentía.
— Me alegra... No... Me encanta saber de ti, Mello. — pude escuchar como sonreía.
— Y bueno, ¿qué ha sido de tu vida? — ¿Cuál vida? No sabía que la tenía hasta que escuché su voz.
— Es una larga historia.— suspiré — ¿Qué hay de la tuya?
— Es una larga historia.— rió — Aunque bueno, sé una buena parte de tu vida, agradece a tu amiga que me contactó pidiendo ayuda. — volví a girar para ver a Near, aunque este solo negó con la cabeza.
— ¿Y qué te dijo?.
— Que te estás comportando como un completo imbécil. — su tono de voz se volvió más duro — Que has estado alcoholizándote hasta el cansancio, que te has drogado, que te has metido con cientos de zorras... ¿Qué jodidos te pasa? — no dije nada, solo bajé la mirada, me sentía como niño siendo regañado por su madre — Ahora no contestas, ¿eh?. Si un día llegaras a morir por alguna de estas cosas, Matt, te juro por mi vida que no me pararía en tu puto funeral — Ouch. Maldito Near, soplón — Sé que estoy siendo cruel, pero es por tu bien... No quisiera ver como te consumes poco a poco, Matt. Sé lo de tu depresión y eso, pero no es pretexto para no seguir adelante. Y si el maldito pretexto soy yo... — yo no iba a decir nada, pero... — Vete olvidando de eso, ya no vas a tener que hacer esto por mi culpa... Porque ya estoy aquí, y aquí me quedaré hasta mis o tus últimos días. — comencé a llorar como nunca había llorado antes — No llores, no seas marica. — rió y así también lo hice yo.
— Lloro de felicidad, Mells — me sequé las lágrimas — No me puedo creer que esto esté pasando, parece un sueño.— rió tiernamente... Maldición, como extrañaba escuchar su risa. Después de una pausa, continuó.
— Hice un trato con tu amiga: si vuelves a beber, drogarte o a tener sexo con alguien que no sea yo... — me sonrojé en automático — No me volverás a ver... Jamás.
— ¿Algún día te volveré a ver?.
— Espero y pronto. — sonreí de oreja a oreja — Entonces, ¿tenemos un trato?.
— Por supuesto.
— Bueno, ya me tengo que ir, tengo unas... Cosas que hacer — dijo misteriosamente — Te llamo después, ¿bien?.
— Okay.
— Nos hablamos luego, Matty. — usualmente nos despedíamos así cuando éramos niños.
— Nos hablamos luego, Mells. — cortó la llamada.

La voz de Near me sacó de mis pensamientos.
— Nos costó contactarlo antes, — no me dirigió la mirada — pero ahora fue más fácil. Le pedí a Halle que lo hiciera y que fingiera ser una amiga tuya, si Mello se daba cuenta de que era yo el de la llamada, cortaría antes de que dijera "hola".
— ¿Por qué lo contactaste? ¿Por qué le dijeron esas cosas de mi? — me puse furioso, le contó algo que no quería que supiera.
— ¿Acaso mentimos? — dijo con un tono de enojo en su voz — Además, alguien tenía que ponerte un alto y quién mejor que Mello. Ya estaba harto de encerrarte y prohibirte hacer ciertas cosas, los dos somos adultos ya. — ambos guardamos silencio.
— Near... — sonreí ligeramente — Gracias.
— No tienes porque agradecerme. Solo... Deja de hacer tonterías y asi ganamos los dos. — se dió la media vuelta y se fué.

Y así fue como empezó mi proceso de abstinencia y fue... Terrible: pude abstenerme al sexo con facilidad, no soy un animal; pude abstenerme a las drogas, llevaba poco tiempo consumiendolas; pero el alcohol y los cigarrillos... Jo-der, como sufrí. Estuve días vomitando, sufriendo mareos y desmayos, bebiendo litros de agua para enviar el alcohol, y eso solo fue efecto del alcohol; en el caso de los cigarrillos, me empezaba a faltar el aire, me daban fuertes ataques de ansiedad, me golpeaba contra la pared repetidas veces, llegué al grado de enrollar un trozo de papel y fumarlo como un cigarrillo real, estaba al filo de ma psicosis... Así que conservé mis preciosos cigarrillos, con el consentimiento de Near, pero sin el consentimiento de Mello.

Estaba dispuesto a pasar el peor de los infiernos solo por estar a su lado otra vez.

Siguió llamándome, cada semana sin falta, a la misma hora de siempre, llamadas que duraban horas, llenas de risas y lágrimas. Aún no lo tenía a mi lado, pero me bastaba con escuchar su voz para aliviar día a día mi alma que creía podrida.
Aunque bueno... Dejó de hacerlo eventualmente. Así de repente, así sin avisar, sin importarle lo que me pasaría, con la promesa de quedarse a mi lado hasta el final de nuestros días. No volví a mis vicios de siempre, solo enfurecí, me enojé tanto con él que la simple mención de su nombre me causaba cólera... ¿Por qué le gusta lastimarme?.

Pero bueno, luego Kira volvió a retomar fuerza.

Trabajamos en toda esta mierda de Kira, tratando de honrar la memoria de "L", vengando su muerte... Y de repente, volvió a aparecer Mello para competir con Near... "A ver quién lo atrapaba primero". Consiguió la Death Note después de secuestrar a Sayu Yagami y sobornar al equipo de investigación del nuevo "L"; lograron liberar a Sayu y entregarle la Death Note a Mello... Pero Light no se dejaría humillar tan fácil. Estaban elaborando un plan para localizarlo, atraparlo, conseguir la Death Note y, posiblemente, matarlo.

Y es ahí cuando Near me otorgó mi última misión.

Near estaba seguro de que Mello daría batalla hasta el final con tal de no dejar que la Death Note se le escapara de las manos y aún así, de cualquier forma, moriría. Ni él ni yo queríamos que muriera... A pesar de estar molesto con Mello, es más que obvio que no lo quería muerto... Aún le amaba y estaba dispuesto a arriesgar todo por él.
Así que Near me mandó a Nueva York para apoyar a aquel rubio loco. Obtuvo su localización e inmediatamente me dirigí a allá.

Justo cuando iba llegando al edificio en un auto viejo que había comprado, todo estaba en llamas, secciones estaban hechas polvo y ni rastro de Mello.

Tenía la sensación de que aún no salía de ese edificio.

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DATO CURIOSO:
Halle Lidner fue una chica bien estudiada, súper dotada y especializada en criminología, derecho, etc. Pero por la falta de trabajo, tuvo que dedicarse a la prostitución en Nueva York y fue compañera de Mello en este trabajo, así fue como se conocieron; fueron amigos cercanos. Después, una propuesta muy tentadora de trabajo le llegó personalmente y tuvo que renunciar a esto para viajar a Los Angeles y trabajar con Near. Por eso le fue tan fácil contactar a Mello, aunque para que no reconociera de quién se trataba, alteró su voz ligeramente con dispositivos que Matt había creado.

(Obviamente esto no es canon, es un headcanon que creé y que encaja con la historia, solo que no sabía dónde ponerlo).

Wammy's Boys (pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora