"T" - Mail Jeevas (parte 3)

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Experimenté varios cambios en cuanto cumplí los 11 años, los típicos que ocurren durante la adolescencia... Bueno, eso es lo que creíamos yo y los demás.
El primer síntoma que experimenté fue cansancio, fue tanto que hasta me quedaba dormido en clase; mi cuerpo se sentía pesado, muy pesado, me negaba a levantarme de donde estuviera acostado o sentado; dejé de ir a mis talleres e, incluso, dejé de jugar videojuegos; por alguna razón, el pasado taladraba mi mente una y otra vez, me ponía muy mal, pero no dejaba que Mello lo notara; dejé de alimentarme como antes, a veces solo comía una o dos veces al día; tardaba casi 1 o 2 semanas en tomar un baño, Mello era el que me arrastraba dentro de la ducha; no tenía ganas de seguir viviendo, hasta llegué a cortarme con navajas las muñecas, no fue nada grave, pero cuando Mello lo notó se puso furioso... ¡¿Qué es lo que te está pasando, Matt?!, ¡¿Eres idiota?!. ¡Observame y contesta! ¡¿Qué es lo que quieres?!.
No crean que esto pasó de la noche a la mañana, todo esto pasó en un transcurso de 6 - 8 meses, aproximadamente.
Obviamente, Mello le contó a Roger de mi situación, así que me mandaron a hacer unas cuantas pruebas psicológicas, además de análisis clínicos. Todo indicaba un cuadro de depresión. Desde ese día hasta hoy he tomado medicamentos contra esto, hay unas pastillas que me sedan y hay otras que me activan - prefiero las segundas -. Con el paso de los meses y gracias a las terapias, dejé de cortarme, empecé a comer más, fuí a mis actividades diarias, mi vida siguió "normal".
Mello me acompañó durante todo el proceso, me mantenía vigilado 24/7 y se encargaba de que tomara mis medicamentos. Claro, su carácter continuó igual, pero es que tiene una extraña manera de demostrar su afecto.

Hubo una temporada en la que me hice novio de Linda, una niña linda casi de la edad de Near, rubia y de ojos azules; es muy simpática, alegre y además es pintora. Si empecé a salir con ella era porque necesitaba estar algunos momentos a solas, tomando aire... Pero como era de esperarse, Mello se puso furioso -ahora entiendo porque no la mencionó en ningún momento durante su relato-. Dejó de hablarme durante unas cuantas semanas, además de molestarme a mi y a ella haciendo tonterías: a mi, mientras dormía, me cubrió con pintura negra de quién sabe dónde; a ella le cortó una de sus coletas durante clase. "¡Si sigues con ella, olvídate de mí"... No quería alejarme de él, a pesar de que sentía cariño por Linda, yo por Mello sentía algo más que eso; terminé con ella de la mejor manera -de hecho, parecía aliviada, sabía que no le convenía tener a Mello como enemigo- y empecé a andar con aquel rubio psicótico.

Ahora sí tenía una relación más formal con él, ya no era como cuando fuimos más pequeños, jugando a ser novios, siendo más amigos que pareja... No, ahora si iba enserio, tanto así que con él fue mi primera vez, fui su primera vez, cuando el tenía 14 años y yo 13 (me van a reventar la cabeza después de esto); no diré que fue lo más maravilloso del mundo, porque ambos éramos inexpertos, pero si fue algo inolvidable, todo fue muy inocente.

Justo cuando todo era perfecto, justo cuando no nos podía faltar nada... "L" había muerto. Yo le tenía cariño, era como nuestro hermano mayor, yo era el único de los tres que no lo veía como un gran detective, si no como una persona común.
Como era de esperarse, a Mello le afectó bastante. Le propusieron trabajar junto con Near para ser los dos nuevos sucesores, pero obviamente él se negó. Entró a nuestra habitación muy enojado, sacando cosas de su armario y guardando todo en dos o tres pequeñas maletas... Me dijo que se iría. Traté de detenerlo, en verdad lo hice, pero a él no le importaba el como yo me sentía. Para cerrarme la boca, me noqueó con fuerte golpe en la nariz; desperté sobre mi cama, confundido y con sangre escurriendo de mi nariz... Ya no había nadie en la habitación. Salí corriendo de la habitación con la intención de ir a la puerta principal, tenía la esperanza de aún poderlo alcanzar e irme con él, pero maestros y nanas me impidieron el paso - Mello le había dicho a Roger que no me dejaran salir por nada del mundo -. Golpeé a los maestros, empujé a las nanas, pero seguían sin dejarme tocar la puerta, otro profesor me tomó por la cintura y me dirigió a la habitación y se encerró conmigo adentro para vigilarme; lo golpeé a él, arrojé cosas, rompí muchas de ellas... Yo quería ir a donde Mello estuviera y ninguno de ellos me dejaba. Después, me desmayé sin más.

Estar sin él era insoportable. Creo que a la gente le gusta abandonarme, creo que a la gente le gusta herirme.

Un nuevo cuadro de depresión apareció. Me negaba a comer, a salir, a levantarme de mi cama, a hablar, no tomaba mis medicamentos constantemente, no jugaba, no tomaba una ducha, lloraba desconsoladamente cada noche. Las demás personas eran las que me obligaban a comer, a salir, a levantarme e ir a clases, a entablar una conversación, a tomar mis medicamentos, a jugar videojuegos, a ducharme... Pero nadie podía evitar mi llanto. Cada día era más pesado que el anterior, tanto para mí como para los demás, ya que desquitaba mi enojo con profesores, nanas y los otros chicos, era irreverente, pero no por diversión como antes, si no con la intención de que se dieran cuenta cuanto me dolía.

Ya no tenía con quién hablar de esta sensación, Watari y "L" habían muerto, Mello se había ido y Near trataba de hablar conmigo, pero él era uno de los culpables de que Mello no estuviera, así que él era a quien más ignoraba; Roger hacía su mejor esfuerzo para que no me sintiera así, incluso contrató a un terapeuta - al cual, nunca asistí -, pero no era lo mismo.

Después de dos años, ya no podía más.

Wammy's Boys (pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora