Wammy's Boys (pausada temporalmente)

"A" - Alexander Ryuuzaga (parte 1)

2 de abril del 2001:

Creo que sólo haré esto para desahogarme.

Mi nombre es Alexander, Alexander Ryuuzaga. He nacido el 20 de febrero de 1981 en Kyoto, Japón, teniendo como "padres" a Kelly - de origen inglés - y Hatsukoi Ryuuzaga - origen obviamente japonés-. Kelly era desempleada y Hatsukoi era un empresario de gran importancia.

Tengo cabello castaño y corto, soy de tes blanca, tengo ojos marrones y suelo vestirme con ropa holgada; soy delgado, tengo ojeras marcadas debido a la falta de sueño, pero las ocultan unos lentes rectangulares.

Quisiera contar el cómo eran mis padres, el cómo me quisieron y compartimos hermosos momentos juntos... Pero es imposible. Después de unos meses de haber nacido - entre 3 o 4 meses-, viajamos hacia Londres, Inglaterra y, tomaron la gran decisión de dejarme en un orfanato cristiano - católico para niños (sinceramente, no recuerdo el nombre).

Crecí bajo el yugo de la religión, convirtiéndome automáticamente en creyente.
A los 2 años ya podía hablar y caminar con naturalidad, a los 3 años ya podía leer. En un centro como ese, no había una amplia gama de lectura, sólo libros de lectura cristiana (incluyendo la biblia), así que eso fue lo primero que leí. Pude memorizar libros al derecho y al revés, exactamente como estaban escritos; la madre Helen - fue la principal persona en cuidarme - alegaba que era un don de dios, y yo también lo creí... Después de tiempo supe que sólo tenía una gran capacidad mental que no todos tenían. También mi primera lengua a dominar fue el italiano.

Mi personalidad, comparada con los demás, es algo... Diferente. Siempre, desde que tengo memoria, he sido un chico muy reservado y tímido, así que es de suponerse que no tenía amigos (o al menos, en el primer orfanato); mi refugio, mi mejor amigo, mi compañero de vida siempre han sido los libros. Pasaba más horas encerrado en la biblioteca que jugando en el jardín.

El orfanato en el que habitaba estaba a punto de cerrar debido al exceso de niños y la falta de recursos, así que todos fuimos traslados a centros diferentes. Todos fueron enviados a orfanatos comunes y corrientes, excepto yo... "Hay un lugar especial para un niño especial como tú", comentó la madre Helen antes de irme. Wammy's House es un centro para niños y niñas superdotados, sin importar si fueran huérfanos o no, aunque era usualmente más conocido como orfanato debido a su gran cantidad de niños sin padres u hogar; queda a una hora (aproximadamente) de Londres.
Quillsh Wammy es dueño de aquí, lo fundó en 1958 y desde entonces sigue en funcionamiento (él y el orfanato... Si, lo sé, pésimo chiste). Mi trato directo con él ha sido poco frecuente, así que no sabría cómo describir su personalidad.

No voy a mentir, los primeros años me la pasé solo, pero era más por decisión propia que porque nadie quisiera hablarme. He mantenido mi hábito de lectura hasta el día de hoy.

En fin, después de una temporada, me informaron que yo sería el nuevo sucesor de un tal "L", uno de los mejores detectives del mundo. No tenía ni la menor idea de quién era, pero investigué sobre él; me encantó saber cuántos casos a resolvido en tan poco tiempo, pronto me convertí en un gran fanático y me sentía complacido de ser su primer sucesor. Sabía que tenía que esforzarme más si quería ser como él, así que así lo hice, llené de más información mi cerebro, para llegar a ser tan bueno y eficiente como él.

Vivía muy bien en mi tranquilidad mental, devorando libros de arte, matemáticas, mitología (romana, griega, etc.), psicología y música, entre otros tantos; bueno, al menos hasta los 10 años.

En 1991, arribó alguien a mover mi mundo, alguien llamado Beyond Birthday.
Al principio, cuando entró en mi habitación, estaba confundido y asustado, nunca tuve un compañero de habitación. "¿Tu eres Alex?", preguntó inexpresivo y en un tono cortante, yo sólo asentí con la cabeza; soltó un suspiro de alivio y aventó su equipaje a la cama vacía (que estaba en mi habitación, inutilizable hasta ese día), se dirigió al baño y se encerró para tomar una ducha. Pálido, despeinado, ropas negras, delgado, ojeroso, aparentemente asocial... Este chico tenía que ser mi amigo.
Por años, traté que él me viera como amigo, pero siempre se negaba o se resistía. Es hiriente y cortante, me trataba peor que a un saco de basura, me utilizaba para su beneficio, se reía de mis desgracias, pero ahí seguía yo, anhelando su presencia.
Después de unos años ya no sólo quería su amistad, quería que fuera sólo para mí, que fuéramos más que una rara y tóxica amistad, porque ya no sólo lo quería, empecé a sentir cosas por él; pero Beyond es ese tipo de persona que no tiene ni un gramo de amor en su cuerpo, así que preferiría que nunca supiera de este sentimiento que aún persiste, no quisiera sentir decepción.

En 1994, conocí por fin la identidad del famoso "L". Sinceramente, esperaba más que un chico dos años mayor que yo, pero seguía teniendo mi admiración y respeto. Cada vez que visitaba Wammy's, no perdía la oportunidad de acercarme a él y pedirle que me contara un poco acerca de sus casos, pero a Beyond le encantaba estar - creo que, literalmente - pegado a él. No sabía si era por estar cerca de L o de mí y, como lo conozco lo suficiente, opto por la primera opción. Pero era enfermizo, yo pasaba entre 3 y 4 horas hablando con L, y el podía pasar días a su lado, se olvidaba de mi presencia cuando él llegaba. Si, sé que él también era su segundo sucesor, pero eso no era pretexto para que pasara casi 24 horas diarias a su lado, no es justo - no, no estoy celoso -.

En fin, cambiando de tema, a los 14 años descubrí un nuevo tema para leer. Empezó una extraña obsesión por Thelema, Wicca, Teosofía y esoterismo, me obsesionaban por alguna razón esos temas. Entonces, por fin, cambié mi religión; si, sé que todo esto va en contra de lo que me enseñaron en el primer orfanato, pero quería creer en algo - por así decirlo - más real. Obviamente, nunca practiqué los rituales (ni del cristianismo, ni del "paganismo") porque sería estúpido y ridículo, pero me gusta creer en algo más grande que yo, toda mi vida lo he hecho.