Capítulo VII

1.9K 212 189
                                    


Él sabía que Kisumi siempre había sido una persona cariñosa y de tacto con el resto, inclusive él se había acostumbrado a ser abrazado por el pelirosa de esa forma, lo que le ocasionaba multiples discusiones con Haru. Aunque el recelo que tenía su novio hacia Kisumi siempre le había llamado la atención, en secundaria habían sido buenos amigos, pero de un momento a otro Haruka había comenzado a evitar a Shigino.

Pero para Makoto, él seguía siendo un buen amigo de su adolescencia y siempre que podía trataba de hablar con él o juntarse para ponerse al día. Aunque en esos momentos, lo único que quería era que el pelirosa dejara de tocar con tanta naturalidad y confianza a Sousuke.

No, lo que realmente le molestaba era que este no se alejara de su contacto y se quedara ahí cómodo con ello. Durante todo el tiempo en que se conocían y estaban trabajando juntos, Makoto se había percatado de lo poco receptivo que era el moreno ante los toques de otras personas, inclusive con él trataba de guardar distancias. Siempre procuraba crearle un espacio alrededor con sus brazos cuando el metro iba lleno, y gruñía cuando lo pasaban a llevar.

Entonces, ¿por qué ahora se dejaba abrazar por Kisumi y no hacía amago de alejarse?

-¿Ustedes son muy cercanos? -Preguntó sin pensar siquiera en el tono de voz que salió por su boca, que al parecer tenía un tinte de molestia.

-¿Nosotros? -Kisumi dirigió sus morados ojos a él, pero sin bajar el brazo de los hombros de Sousuke. -Creo que podrías decir algo así, nos conocemos desde la primaria y nuestras casas son cercanas, al igual que con Rin, ¿por qué preguntas? Creí que eso lo sabías.

Claro que sabía todo eso, pero no se refería a eso cuando soltó la pregunta sin más. Aunque también la relación entre ellos no debía de ser de su incumbencia.

-Oh, claro, sabía eso, pero no sabía que se seguían viendo.

-Ayer lo llamé para que salieramos en la noche -habló finalmente el moreno-, pero llegaste a mi casa y tuve que cancelar la cita.

Cita. Lo habían vuelto a decir, y esta vez fue Yamazaki quién lo dijo. Tal vez de verdad estaban saliendo.

-Lamento haber arruinado su salida -se disculpó un poco avergonzado.

-No te preocupes por eso, me diste la excusa perfecta para venir a buscar a Sousuke al trabajo y arrastrarlo conmigo hoy. -Le sonrió feliz Kisumi.

-¿Al cine? -le miró Yamazaki.

-Si, una película que me recomendaron; es la última de terror que ha salido. Dicen que hasta el hombre más valiente grita y se sobresalta en algunas escenas. -Se giró hacia el castaño. -¿Quieres ir, Makoto?

¿A ver una película de terror? Antes muerto que hacerlo por iniciativa propia, además ya les había arruinado una cita, no sería el tercero en esa salida. Negó con la cabeza y en cuanto iba a contestarles algo más, una silueta apareció detrás de ellos dos.

Ahí su mirada se topó con los brillantes y azules ojos de su novio. Se veía algo cansado, como si hubiese corrido unos minutos antes de llegar ahí. Aún llevaba la ropa deportiva que solía usar para entrenar y el bolso con su ropa de cambio colgando detrás en su espalda.

Su mundo se detuvo y el oxígeno se quedó parado en mitad de su garganta, haciendo que esta se cerrara, para que luego en un impulso que provenía desde los latidos de su corazón, volviera a funcionar todo, pero al doble de velocidad.

Tanto Sousuke como Kisumi se dieron cuenta de su cambio de actitud y miraron por sobre sus hombros. En cuanto Yamazaki vio a Nanase, su ceño se frunció y algo parecido a un gruñido salió. En cambio, Shigino lo soltó y saludó alegremente a Haru con el brazo levantado. Pero el nadador profesional solo tenía ojos para el castaño parado ahí.

Protect youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora