Capítulo IX

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Discilpiti cin Mikiti, istipidi Sisiki —refunfuñaba Sousuke mientras se estaba cambiando ropa en el camerino del lugar de trabajo. Ese día había llegado solo a trabajar, no había siquiera esperado a Makoto, este tenía a Haru ahora en caso de cualquier problema, y él, él tenía la opción de GPS en su celular.

Lo que le había dicho Rin la noche anterior todavía resonaba en su cabeza. Todo parecía muy lógico y fácil de hacer, pero vamos, que en la práctica esas cosas se complican demasiado, y ya veía que terminaba toda la situación con un golpe de Makoto en su cara. Vale, que tampoco veía al castaño actuar muy agresivo, pero nunca se sabía.

Suspiró mientras apoyaba la frente en su casillero y pensaba en todas las posibles cosas, explicaciones y disculpas que podía decirle a Makoto. Pero, primero que nada, ¿por qué debía disculparse? Porque había sido un idiota, le dijo Rin. Ok, de acuerdo en eso, pero, que él supiera, tampoco es como que al otro chico le interesara mucho de su vida personal, o sea, Makoto tenía una relación de hace años con Nanase y nunca le había comentado nada en todo ese tiempo, y ahora que él, supuestamente, empezaba a salir con Kisumi, debía aclararle la situación al castaño.

No, algo no estaba bien en todo ello. Tal vez solo debía dejar que las cosas pasaran como si nada y olvidarse de todo ese tema, de seguro era lo mejor para todos. Él ni siquiera estaba seguro de porque quería a Makoto, la pregunta que anteriormente le había hecho Rin le había hecho dudar bastante de sus acciones, y ahora no se sentía seguro de nada, tal vez era un simple capricho y nada más. Tal vez era solo por su competitividad y enemistad con Nanase. Tal vez debería mandar a todo el mundo a la mierda y hacer lo que simplemente quería.

Sí, ese era más su estilo. Aunque no se veía secuestrando a Tachibana para llevarlo a un lugar apartado del mundo y hacerlo suyo de múltiples formas. No era necesario secuestrarlo, con lo ingenuo del chico, solo le diría que fueran a dar un paseo y eso bastaría, ya luego se preocuparía de pensar en alguna excusa para tener relaciones con él, como por ejemplo que lo había mordido una víbora en su pene y necesitaba que le chupara el veneno o algo de ese estilo. De seguro que se lo creía.

Ya con mejor ánimo, salió del lugar para ir a recepción por su paciente de la primera hora, cuando llegó ahí, Shibata-san le hizo un gesto para que se acercara y le susurró casi de manera complice.

—Yamazaki-san, creo que debería ir por Tachibana-sensei.

—¿Pasó algo con Tachibana-sensei? —le preguntó algo extrañado.

—Pues... —la chica señaló disimuladamente hacia la entrada y lo vio.

Allí se encontraba como de costumbre el mismo hombre que solía acaparar a Makoto cada que podía, si no se equivocaba, su nombre era Harada-san. Sousuke miró a la chica de recepción que se veía algo preocupada y durante un segundo pensó en decirle que él no tenía nada que ver en ello, pero no podía decir ni hacer eso, tenía que proteger a Makoto.

Se acercó a dónde ellos dos se encontraban y alcanzó a escuchar parte de la conversación.

—... Makoto-sensei, si quiere puedo pasarlo a buscar a su casa, vi que hoy día llegó solo, yo...

Era hora de intervenir.

—Eso no será necesario, Harada-san —habló Sousuke desde detrás de Makoto, haciendo que ambos hombres dieran un leve respingo por la sorpresa de su presencia e interrupción.

—Sou... Sousuke —le habló Makoto mirándolo un poco sonrojado.

—Hola —le saludó el moreno, con una leve sonrisa, debía seguir con aquella situación si n quería que el otro hombre siguiera molestándolos por más tiempo—, lamento haberme adelantado hoy, pero tuve que pasar a un control médico.

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