Sekiryuutei Supremo

Tras el Desastre

Era la mañana tras el ataque, la noticia del ataque a la reunión y la traición de varios de los nobles fue pública, no sólo por el ataque sino por el secuestro de la heredera de la casa Sitri. No sólo eso, el Sekiryuutei, Hyoudo Issei fue herido de gravedad y ahora estaba en el hospital en la capital del inframundo, todos intentando salvar su vida, su estado era reservado...en resumen, todo fue un desastre.

-Es una desgracia...todo esto es una desgracia.- Ajuka no sabía que más decir.- Traicionados en nuestras caras...vaya líderes que somos.

-Creímos en la gente equivocada...eso es lo que pasó.- Asmodeus, quien normalmente estaba dormido, estaba despierto y muy afectado.

Todos los líderes que estuvieron anoche estaban en esta sala, sentados alrededor de la mesa, Miguel, Gabriel, Azazel, Odin...Rean, Tannin en su forma pequeña, Grayfia, Fie, Penemue, Baraquiel y Rossweise también estaban presentes.

-Lo lamento...no pude hacer nada...todo pasó tan rápido.

-No Rean...no es tu culpa, nadie esperó esto, nadie esperó que Rahab volviera.- Penemue trato de animar a su amigo.- ¿Cómo está Ise...?- esa pregunta llamó la atención de todos.

-Mal...el tejido cardíaco fue lastimado, es una suerte que esté vivo, debe ser su parte dragón lo que lo salvó, aún así...no saben si despertará.- Rean miró a Tannin quien estaba su hombro.- Agradezco que...lo hayas salvado de la caída...

-No es necesario...aún así, si bien el chico me preocupa, Rahab es una prioridad, se llevó a Sona y todos ya saben para qué.

-Si sólo...si sólo hubiera sido más rápida...- Fie se culpaba, ella era la protectora de Sona pero al final...nada pudo hacer...trataba de no llorar pero era difícil.

-¿Cómo pudo pasar esto...? ¿Por qué no me dijeron de esto... de ese demonio?- Serafall tenía la cabeza baja, ella era la peor...estaba destrozada mentalmente muy a parte de las heridas físicas, no pudo evitar que se lleven a su hermana.- Si lo hubiera sabido...

-Con todo respeto pequeña Leviatán, nada hubiera cambiado.- Todos miraron a Odin quien acariciaba su barba.- Rahab se creía muerto y todo sobre él fue borrado en la historia porque Haou lo derrotó, los demonios no querían esa humillación e hicieron lo último. Además, quién le dio la oportunidad de que él secuestre a la chica, son los demonios con esas ideologías antiguas...en simpleza, este problema surge por su sociedad que desean demostrar de manera extremista.- Todos vieron al Dios quien luego miró su muñeca.- Rahab es tan poderoso como lo fue en la gran guerra de hace 2000 años, por eso mando este sello con esos tontos demonios para bloquear a los únicos seres capaces de derrotarlo en esa reunión, nosotros.

-Aún así...debe haber algo que podamos hacer.- Miguel miró a Sirzches quien suspiró.

-No quieren que hagamos nada.- Esas palabras fueron un balde agua fría para todos, más para Serafall.- Se informó ayer de esto y los que votan en estas situaciones no quieren arriesgarse a perder soldados en una batalla contra Rahab.

-¿¡Soldados!?- Serafall golpeó la mesa con tal fuerza que la hizo temblar a pesar de su estado.- ¡Es mi hermana quién esta en juego! ¡Esos imbéciles solo desean protegerse entre ellos ya que tal vez uno de ellos está de acuerdo con esto!

-Serafall cálmate....

-¡No pidas que me calme Ajuka!- la Maou miró furiosa a su igual.- ¡No me pidan que me calme cuando mi hermana menor esta en las garras de ese bastardo!

-Rahab no le hará nada...esperará a la luna llena para cumplir el ritual de unión...- Fie dio la información.- Eso es mañana...

-¡Entonces debemos de hacer algo! ¡Sirzches, haz algo maldita sea!