El sermón de la vida

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*NARRA DYLAN*

Cuando la ambulancia llegó, esta de más decir que todos se alborotaron.
Sky acompañó a Brooke al hospital y me dijo que vaya a la casa, que estuviera con Alex. No pude negarme.
En cuanto llegué, el llanto del bebé me sobresaltó un poco.

Yo: ¿Papá? ¿Que haces?.- Estaba con maletas y Alex en brazos.

Ross: ¡Dylan! Intenté comunicarme toda la noche, el vuelo se adelantó ¿donde esta Skylar?.- ¿Qué? No puede ser.- ¡Hijo! ¿Donde está?

Yo: Esta con Brooke... En el hospital.- Seguí hablando.- Ella... Ella se sentía un poco mareada.- No quería que se preocupara.- ¿Te irás? ¿Ahora?.- No estaba listo aún, había muchas cosas que quería hacer con Alex... No se puede ir, no ahora.

Ross: Dylan... Perderé el vuelo...- Es mi hijo. No estoy listo.- Yo... Te dejaré unos minutos. Date prisa.- Me lo entregó.

Yo: Hey...- Acaricié su mejilla.- ¿Sabes? Estarás bien... El abuelo te dará muchos dulces.- Pude sentir como una lágrima bajaba hasta mi mentón.- No tienes que preocuparte por mami... Yo la cuidaré. Se que no la ves por aquí pero ten por seguro que te ama... Y todo lo que hace es por tu bien, pequeño. Es por ti.- Ya no controlaba mis lágrimas.- Te amo, hijo. iré a verte muy pronto... Por favor, no te olvides de mí... Papi te ama.- Lo estreche contra mí. Sus pequeñas manitos se aferraron a mi camisa. No podía soltarlo.

Ross: Hijo... Tenemos que irnos.- Intentó tomar al bebé. Me aparté un poco.- Dylan...

Yo: Lo sé...- Permití que lo tomase. Alex comenzó a llorar en cuanto lo alejó de mis brazos.- ¿Quieres que te lleve al aeropuerto?.- Él negó.

Ross: Hay un taxi esperándome afuera.- Tomó sus cosas y se despidió de mí.- Nos vemos luego, hijo... Saluda a Skylar por mí.- Mis ojos no se despegaban de Alex.

Yo: Hasta pronto, pequeño...- Y sin más, se fueron. No se cuanto tiempo pasé de pie mirando la puerta... Mis piernas temblaban, tenía que sentarme. El sofá no era el mismo sin la manta de Alex sobre el. El suelo no era el mismo sin su alfombra de colores... Lo único que quedaba era su peluche favorito... ¿Quien diría que un tigre de algodón haría tan feliz a un...? SU PELUCHE.
Lo tomé rápidamente y me dirigí a la puerta en un intento desesperado pero inútil de alcanzarle su peluche... Pero ya era tarde. Él se había ido.
Alex se fue.

*NARRA SKYLAR*

Brooke ya estaba en la camilla, los medicos ya la habían tratado. Dijeron que la traje a tiempo... No se que habría pasado si no hubiese ido a la fiesta. Estoy furiosa. Muy furiosa. LE DIJE MUCHA VECES QUE... No importa, ya no tiene caso. Luego le daré el sermón de su vida.
Los medicos iban de acá para allá, con rostros serios y sus limpias batas... Me hubiese gustado ser cirujana.

Yo: Disculpe.- Le pregunté a una médica.- ¿Cuando nos podremos ir de aquí?.- Señale a Brooke con la cabeza.

Médica: ¿Brooke Williams? Bueno... Ya hicimos todo lo que teníamos que hacer.- No entró mucho en detalles.- La tendremos lo que resta de la noche en revisión por si hay algún daño en su organismo. Puede quedarse si quiere.- Asenti.- La cafetería esta por el segundo pasillo a la derecha.

Yo: Gracias.- Esa información me venía bien. Fui hasta allí. Había algunas personas comiendo. Yo no tenía tanta hambre.
Me acerqué a una máquina expendedora.
Una vez que ya tenía mi café y mis papas fui a la sala de espera. Me queda un buen rato en este lugar.

X: Hola.- Miré a la derecha.

Yo: Hola...- Era un hombre con un pequeña niña sentada en sus piernas.

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