Capítulo 5 | Miedos y Confirmación

5.8K 477 24
                                    

Había llegado el día más esperado, mentiría si dijera que únicamente por John también yo lo he esperado. Pese a que aún no podría saber si Alanís realmente es hija suya, estoy seguro que al llegar a la casa lo sabría ya que  papá si o si terminaría diciéndomelo.

Así como hoy se sabría la verdad, también era el cumpleaños de esa niña, lo sé porque así me lo dijo papá aunque aún no pude saludarla y saber cómo está porque esta mañana salí antes que despertaran. Odette me había dicho que papá y Alanís aún no se habían levantado. En cuánto a ella, estoy pensando en regalarle algo, tal vez no sea mucho, o tal vez, simplemente no tenga valor pero quiero hacerlo, no sólo por la forma en que la había tratado la primera vez sino también porque sé que ha de estar triste por no tener a su mamá con ella en un día especial.

Lo más probable sea que hoy no aparezcan por aquí, conociendo a John debe de estar queriendo consentir lo más que pueda a esa pequeña. No lo juzgo, si tuviera a alguien a quien amar sinceramente también querría consentirla. A todo esto, ¿Qué podría gustarle? está claro que su gusto por lectura se aprecia a simple vista pero además de eso, ¿que podría ser? debo de encontrar un detalle el cuál exprese sinceramente mis disculpas.

— Permiso joven Cedric, su hermana se encuentra en el vestíbulo, pregunta por su padre. ¿Le digo que suba?— ¿de qué me habla esta mujer?¿hermana?, ¿de que- , claro... Alanís. Qué raro, se suponía que estaría con papá.

—Gracias Rose, descuida, yo iré junto a ella.

— De acuerdo joven. Oh, se me olvidaba, su padre pidió estrictamente que si su hermana quería venir hasta aquí y por alguna razón se encontrara sola, lo avisáramos a usted de inmediato, en caso de que el señor Campbell no se encuentre.

— ¿Papá te lo dijo? ¿Él ya llegó a la empresa?

— No joven, lo había dicho el otro día, cuando vino con su hija. Su hermana tenía miedo de ingresar al elevador, únicamente lo hizo con su padre.

— Bien, muchas gracias nuevamente Rose, iré a buscarla. No te preocupes.

—Con permiso.

— Adelante.

Me levanté de mi asiento dirigiéndome junto a Alanis. ¿Por qué papá pediría eso?, Rose es una de las pocas personas más discretas y confiables de la empresa, puede que por ese motivo se lo haya dicho a ella. Ahora lo que no entiendo es ¿por qué Alanis tendría miedo de ingresar al elevador? ¿habrá tenido alguna mala experiencia con uno de estos? La verdad esta caja de metal no es muy confiable que digamos.

Salgo de esa caja de metal que por el momento a mí aún no me ha fallado. Y puedo observar que Alanís se encuentra sentada en el living mientras que Philip la cuida desde una distancia prudencial. Sin alejarse de ella.

— Alanís, ¿sucede algo?— Inmediatamente ella se levanta dándome una dulce mirada con sus mejillas tornándose rojas, indicándome que se encuentra un poco cohibida por el momento y su tono voz suave me lo confirma.

— Hola, ahm... Tu padre le dijo a Philip que me traiga aquí, no quería molestarte pero la señora que me atendió fue muy amable y dijo que me anunciaría contigo— ¡mierda! aún no la había saludado, hoy que es su cumpleaños pero es que al venir ella sin papá, creí que podría tratarse de alguna urgencia.

— Perdona. Mi falta de tacto. Soy un tonto — Murmuro eso último no muy alto pero de todas maneras Alanís me escucha, puedo observar un atisbo de sonrisa en su rostro ante lo que acabo de decir pero inmediatamente recompone su postura observándome para que pueda continuar con lo que iba a decirle.

Mía ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora