Hace veinticuatro horas que habíamos llegado de Grecia. Todos nos encontrábamos en la casa, a excepción del amigo de las chicas. Él ya se había ido a su casa. Jessi, la amiga de Alanís se había quedado a dormir. Ellas se encontraban en la sala esperando a la madre de la misma.
Pues no se encontraba en la ciudad y le había dicho a su hija que la buscaría aquí, en la casa. Lo sé porque esta mañana al volver de mi departamento en busca de unos documentos, Alanís me había comentado al respecto. ¡Dios! Besarla y tener que alejarme de ella, ayer en la noche, fue una tortura para mi.De tan solo recordarla entre mis brazos, gimiendo mi nombre, mis manos sobre su cuerpo. Quería volver a repetir ese encuentro entre nosotros. Pero tengo que contenerme, no puedo estar pensando siempre en mis bajos instintos. No cuándo tengo un ángel como Alanís a mi lado. Hasta el solo hecho de recordar lo que habíamos hecho la ponía totalmente colorada.
¿Cómo es posible? Que siendo mucho más joven que yo, aún empezando su vida, sea tan inocente y pura pero al mismo tiempo sea mi perdición. Sintiéndola tan mujer, tan mía. Solo mía. Es como si toda mi cordura fuera ella, como si toda mi vida se resumiera en ella. Que aún sin buscarla la encontré cuando menos lo imaginaba.— ¿En qué piensas Osito?
— ¿perdón?
— Buscaba a papá pero te encontré aquí en su despacho. Te pregunté si lo habías visto y no respondías. Estabas tan concentrado en el escritorio, que me di cuenta de que estabas como ido. ¿En que pensabas— ¡joder! En verdad no la había escuchado únicamente por pensar en ella, sólo ella puede hacer que me pierda así en mis pensamientos.
— Oh, discúlpame. Estaba...pensando en ti, en nosotros. Te amo Alanís. Recuérdalo siempre mi amor.
— Yo también te amo Cedric— me levanté de mi asiento llegando a ella para besarla. Su perfume siempre hacía que me sintiera tranquilo— Necesitaba de tus besos— sonrió con ternura para luego seguir hablándome.
— Vamos, la mamá de Jessi llegó. Te la presentaré antes de que vayas a la empresa, quería que papá también la conozca pero no sé dónde se ha metido.
— De seguro está con Philip, lo buscaremos por el camino. Vamos preciosa— La verdad no tenía interés en conocer a la madre de su amiga pero para Alanís era importante. Al ir hasta la sala pudimos darnos cuenta de que John ya se encontraba allí, estaba de espaldas a nosotros y no podía distinguir a la señora desde mi lugar.
— Papito, aquí estás. Ella es la señora Gladys, la madre de Jessi. Gladys, él es mi padre— Alanís se había adelantado a mis pasos colocándose a un lado de John para presentarlos. Cuando la señora comenzó a hablar, su voz me era sumamente familiar.
— Si, nos acabamos de presentar. Es un placer conocerlos, Jessi me ha hablado mucho sobre ti Alanís. Espero me disculpen por no haber podido llegar a tiempo junto a ustedes, para buscar a mi hija.
— No se preocupe, aquí las chicas estuvieron muy bien cuidadas.
— Era lo que decía a mamá pero ella insistió en conocerlo, señor John— Jessi termino de hablar cuándo ya estaba frente a ellos. ¡No lo podía creer! No daba crédito a esto. Debe ser una maldita jodida broma, si tiene que ser eso. Esto no puede estar pasando. ¡Era ella! ¡esa mujer! ¡Es ella!
— Oh, disculpe. Le presento a Cedric. Señora Gladys, él es mi novio— Alanís me presentó en un momento dado que ni siquiera había pensado en qué decir o qué hacer. No podía responder, mi mente se había quedado en blanco. Y mi cuerpo... Mi cuerpo solo podía sentir rechazo ante la mujer que tenía en frente.
— ¿Cedric?— un jadeo de asombro dejó escapar la señora que tenía en frente para luego decir mi nombre— ¡Hijo! ¡Hijo eres tú! Yo...hijo yo-
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Mía ©️
Любовные романы#Libro 1 Ella, únicamente quería progresar en la vida. Cambiándose de país, de estilo, de costumbre, cambiando totalmente su vida. No sabía la verdad sobre su origen. Pero ahora todo será diferente, será complicado Él, agradecido con la persona qu...