Capítulo 20 | Amenaza

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Cedric

Las cosas entre Alanís y yo van avanzando cada vez más. Yo sé que estoy haciendo mal en no pedirle que sea mi novia. Pero no quisiera hacerlo sin hablar antes con John, tiene que saber lo que siento por Alanís. Espero no se moleste conmigo cuando le diga. De por sí ya estoy seguro que Philip si se opondrá. Con lo sobreprotector y celoso que es por Alanís, no me permitirá nada con ella.

La última vez cometí la estupidez de explotar delante de Alanís por culpa de Sergi. Desde entonces he tratado de no alterarme de esa forma para que no me tema. Y sé que estoy haciendo lo correcto, pues tía Danila ha comentado que  Alanís está progresando mucho en las sesiones a la que asiste de la psicóloga que recomendó. Alanís va acompañada de Danila y Philip, la llevan dos veces por semana para que así pueda superar el trauma que ese maldito hombre generó en ella cuando la maltrataba de niña.

Alanís en realidad es muy discreta, no nos comenta mucho. Bueno, al menos no a todos. Por lo que sabemos sólo Danila sabe cada detalle de todo lo que vive. Pues a ella le ha tomado mucha más confianza que hasta a John. Y es entendible porque Danila es una figura materna para Alanís.

Conmigo es diferente, no digo que sea alguien que no es. Sino que estoy seguro que por ahora ella aún no me cuenta las cosas que realmente la incomodan o las que le da miedo. Lo peor es que creo que mi arrebato de la última vez tiene mucho que ver, pues puede que tema mi reacción. Alanís aún es frágil cuando escucha gritos u ofuscaciones. Quisiera poder robarle esos miedos. Y cada vez que la abrace, sepa que siempre estará a salvo.

Quiero todo con ella, no hay un solo momento que no deje de pensarla. Son sus ojos color café los que me vuelven loco, absolutamente loco. Con sus pestañas largas, sus labios color rosa, con es actitud tímida pero al mismo tiempo segura, que suele mostrar en ocasiones. Su pelo largo castaño que pareciera ser medio rojizo ante el reflejo del sol. Su cuerpo delicado y sensual con esa pequeña cintura que posee. Ella, toda ella es mi perdición.

— ¡Hey! Hooollaaa...— No me había dado cuenta que estaba sumamente perdido en mis pensamientos. Alessandro se encontraba frente a mi, moviendo su mano delante de mi rostro.

— Disculpa, no te escuché.

— Si, bueno. No escuchaste nada. ¿En que pensabas? O más bien ¿en quién? Para que ni si quieras me hayas escuchado tocar la puerta es porque realmente estabas perdido en alguien.

—Alanís.

—¿Qué? ¿qué pasa con Alanís?— mierda, no debí decir eso. La verdad si necesito hablar con alguien de ella pero no estoy seguro de que Alessandro sea la persona correcta. No lo sé.

— No, no pasa nada. No te preocupes. Cosas mías. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

—Ya entiendo. Esta bien, no es necesario que digas nada. Pero está mas que claro que estabas pensando en ella.

—Alessandro...

— Oh...vamos Cedric. No es necesario que me lo ocultes. ¿Crees que no me había dado cuenta en cómo la miras? En cómo estás pendiente de ella y no necesariamente como si fueses su hermano.

— Alessandro escucha, yo...

— Ella te gusta. No intentes negarlo. Cualquiera se daría cuenta. Mi prima te gusta.

— Es más que eso, ¿de acuerdo? ¡La quiero! En verdad ella me importa mucho Alessandro. Y quiero que sea mi novia.

—¡Wow! ¡alto ahí! No tan rápido Cedric. ¿Cómo es eso de que quieres que sea tu novia?

— ¿Puedo confiar en ti?

— Claro que puedes idiota. Eres como mi primo. Sé que he sido un grano en el culo pero cambié, y sinceramente Alanís tiene mucho que ver. Después de aquel choque, ella me abrió los ojos. Su historia de vida, ella... Alanís es una gran persona. Y desde que empezamos a tratarnos siento que es la hermana que siempre quise tener. Realmente es una luz en nuestras vidas, hasta mamá está encantada cuidándola como a una hija.

Mía ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora