Capítulo 26| Celos posesivos

3.2K 245 14
                                    


— Perdón por no haber respondido a nada ese día. No quise preocuparte así.

— No pienses más en eso, mi amor. Lo único que importa es que estamos bien. Mira, ya han pasado dos semanas de eso. Todos estamos bien, inclusive Danila ya no lleva vendas, ese roce que tuvo no fue más que un susto. Como al igual que el golpe que tuviste, gracias a Dios fue solo eso, un pequeño golpe.

— Tienes razón, debo olvidarme de eso. Es que fue... Yo... lo siento— Estábamos con Cedric en la empresa y hoy nos tocaba trabajar juntos, también con Alessandro. Después de todo lo ocurrido en esa semana, papá aún así, no permitió que lo acontecido afecte nuestras actividades diarias, reforzando la seguridad tanto en la casa como en la empresa.

— No tienes porqué pequeña. Iré un momento a llevar estos documentos a Alessandro, tenemos que terminar unas licitaciones para mañana.

— De acuerdo, yo seguiré con lo mío— Cedric besó mis labios para luego retirarse de la oficina. Hace un par de días atrás, él me había dicho que tenía pensado mudarse a su departamento, que hasta el día de hoy no lo había utilizado pero dijo que va siendo hora de independizarse. Agradece por todo a papá, nunca podrá pagarle por todo lo que ha hecho por él y es esa la razón por la cuál quiere retribuirle de alguna forma respetando su casa. Pues ahora que somos novios, ante las personas no estaría bien visto que dos hermanastros tengan una relación. Cedric no quiere que nadie me juzguen de mala manera ni mucho menos que papá tenga que lidiar con chismes que no harán más que estar incomodando.

Aunque si aclaramos todo, papá sólo fue el tutor legal de Cedric, fue lo que ambos me explicaron. Inclusive papá le dió su apellido. Pero Cedric, sólo es un Campbell ante algunas personas de la alta sociedad, es decir, legalmente él no lleva el apellido Campbell pero papá le había pedido que lo utilizara como suyo. Era la forma en que papá podía protegerlo tanto cuando el padre de Cedric murió como cuando empezó a necesitar de un apoyo paterno durante su adolescencia.

En un par de semanas más, Cedric estará totalmente instalado en su departamento, fue algo que pudo comprarse él mismo con sus primeros ahorros. Papá le había dicho lo orgulloso que estaba de él y que si hubiese tenido un hijo varón biológico, hubiese querido que fuera Cedric. Estaba tan concentrada que cuando tocaron mi puerta me sobresalté un poquito.

— Adelante.

— Permiso Alanís, ¿Cómo estás? No te había visto la semana pasada, venía para que termináramos el análisis del boceto que debías aprender. Tú padre lo había pedido. ¿Lo recuerdas?— Sergi se encontraba ante mi, no podía decirle que no pues papá me había pedido que aprendiera absolutamente todo sobre la compañía. Y no podía seguir temiéndole a todo, tenía que afrontar la vida como me lo dijo la psicóloga. Me armé de valor, asentí con la cabeza, me levanté de mi lugar y me dirigí hacia Sergi.

— Hola Sergi, si lo recuerdo— mi voz salió dubitativa al principio pero carraspeé inmediatamente tomando una postura segura de mí misma— ¿Te parece si lo analizamos aquí? Está mesa es más amplia que mi escritorio— señalé una mesa de vidrio amplia que papá había instalado para pequeñas reuniones. Nos acomodamos y empezamos a analizar el boceto. Bueno, en realidad Sergi lo manejaba al dedillo pero a mi me enseñaba con mucha paciencia. Para que pudiera aprender.

— Mira, esto de aquí es una aboquillada que debe corregirse porque debe tener una inclinación y la forma en que lo diseñaron no es correcta. Debemos realizar un nuevo ángulo para este sector.

— La armonía me parecía excelente pero ahora que me lo explicas, pude darme cuenta. Tienes razón, esta patología de construcción debe corregirse. Mira este sector de aquí, también está obstruido.

Mía ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora