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-¡Deja de reirte, YoonGi! -bufó molesto golpeando con el puño su pecho desnudo y comenzó a reirse con más fuerza, haciendo sonar sus sonoras carcajadas en toda la habitación.
-YoonGi, juro que si te sigues riendo no volveré a dormir contigo.-le advertí.

-Esque solo mirate, Jimin.- tomó mi barbilla haciendo mi rostro a un lado dejando a la vista mi cuello.-Estás tan furioso por esto...-susurró tocando las marcas dejadas por sus labios.-Pero en el momento solo lo disfrutabas...

Golpeó de nuevo el pecho pálido de YoonGi, tratando de zafarse de su agarre con desespero y esconder su rostro avergonzado con su flequillo. Golpeandolo y pateandolo lejos de el con sus puños y manos, mientras el solo reía por los inútiles intentos de alejamiento del castaño.

-Yá, no gastes fuerzas tratando de alejarte de mi porque no podrás hacerlo, Jiminnie.-dijo mordiendo su labio inferior con fuerza, haciendolo colorarse.

-Entonces deja de reirte de mi! -bufó molesto abultando sus labios y frunciendo su entrecejo.

-Bien, bien.-susurró tomando la cintura del castaño con fuerza para hacercarlo más a su pecho. Se sentió enrojeser al cruzar mirada con la de él; escondió su rostro en su pecho y comenzó a hacer circulos pequeños en su blanquesina piel de su cuello con su dedo, con movimientos suaves y traviesos.

YoonGi, con su mano empezó a acariciar el cabello del castaño, haciendolo sentir tranquilo y querido. Su olor por las mañanas lo había olvidado, su rostro somñoliento y cansado; su cabello echo un desatre y sus labios resecos, pero, sobre todo, era olor dulce y agrio salir de su aliento.

Era una costumbre desde niños dormir juntos, pero la diferencia de aquellos días, es que ahora dormian solamente con ropa interior como solían hacerlo cuando tenían 15 años.

-Extrañaba tanto dormir contigo...
-susurró besando la frente del castaño, algo que le hizo avergonzarse al instante.

Alzó la mirada cruzando con la de YoonGi al instante, sonrió melancolico por unos segundos y después colocar su palma sobre la mijella de Jimin, acariciandola con su pulgar, disfrutando del tiempo a solas que compartian estando juntos de nuevo en la mansión.

-Ese tiempo lejos...¿Me extrañaste?
-preguntó. Jimin frunció levemente su seño confundido, lamió sus labios suspirando aire, sabía a que venía eso.

-¿Sucede algo mi señor?...Usted...
Nunca me miraba y hablaba así.

-Me conoces bien...-rió levemente sin apartar la mirada de Jimin, quien le miraba extrañado, nunca había visto aquella mirada que parecía estar en un lugar triste.-Quisiera estar así contigo todas las mañanas, ver tu rostro y decirme "Hiciste bien en traerlo" mientras duermes, por que no me arrepiento de haberlo echo...

Jimin se sonrojó pareciendo un tomate, aquellas palabras le hicieron sentir mejor que nunca, YoonGi por primera vez le confesaba algo sobre traerlo a la mansión y darle una familia.

-Pero...- dijo haciendo una mueca.-Ayer que pude besarte, que pude tocarte y mirar tu rostro sonrojado y tu gesto de molestía por los chupetones, me dí cuenta de algo, Jimin... Lo estuve pensando toda la noche, ni siquiera pude dormir bien por pensar en ello.-suspiró, Jimin tragó pesado, tratando de aguantar las palabras para evitar lo que YoonGi estaba a punto de decir.

YoonGi tomó fuertemente de la cintura al castaño, sintiendo su desnuda piel en sus dedos, disfrutando toda la presencia de su pequeño, su Jimin.

- Ayer tuve una discución con Hyeon...No fué por ti, fué por mi y creo que tiene razón.-suspiró acariciando de nuevo la mejilla del castaño.

-Mi señor, digamelo ya... No importa que tan malo sea, aún así yo estaré con usted...-susurró Jimin, su pecho se sentía apretado, sin aire. Pero le dolió más desir las ultimas palabras.
-Después de todo solo soy un mayordomo...

«Mayordomo» [Y•M] 🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora