18.

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(Parte 1)

—Entonces, ¿Qué sugiere que hagamos?

Siganlo cuando salga de su departamento, asegurense de que nadie los vea, mucho menos que el se dé cuenta.– sus labios se curvaron sornozos. — Recuerdenlo chicos...

Se detuvo a mirar a través de la pantalla, sentada con las piernas cruzadas y una sonrisa color rojo en el rostro la foto de Jimin, saliendo de su departamento por la mañana, en la que se había subido a un taxi después de haber caminado a la avenida para tomarlo e irse a alguna parte. Sus hombres solo observaron irse y desde ahí le han esperado pascientes a que este se dignara a aparecer, pues desde hace unos días le había hayado establecido en ese edificio de departamentos, así que solo buscó a quienes le ayudarían a vengarse, después de todo, los vídeos y fotografías no eran suficientes para ella. 

Tomó de su mesa central su copa de vino tinto con elegancia, lo hacercó a sus labios y dió un corto trago a la bebida, sintiendo por toda su cavidad bucal, la venganza. Suspiró dejando la copa de nuevo en su lugar y habló con la misma sonrisa pintados en su rostro:

No se contengan.

(...)

Daban casi las nueve en punto, Jimin salía agotado después de aver sido su último día en el que trabajaba como mesero en un restaurante, recordando así la tristeza del encargado después de que le diera las gracias y renunciara al trabajo, obteniendo -aun cuando no terminó la semana- su pago de los seis días completos, agradeciendo con muchísimas reverencias al encargado.

—Lamento las molestias, gracias por el dinero, pero...Creo no es necesario.

—Oh, no, no...Gracias a ti, el dinero te lo mereces. Espero volver a verte algún dia.

—Hasta luego, Seokjin.

Peinó con sus dedos sus azabaches ebras, descubriendo su frente con el acto para bajar por las escaleras en las que al finalizar, vió el basurero en el que encontró al joven Jungkook, sonrió al recordarlo despedirse de manera algo imperactiva de el, llevándose en una bolsa su traje que le había vomitado al transladarlo hacia el  departamento, para después cerrar su puerta e irse, esperando volver a verlo. Jungkook era agradable...

Al pasar por un callejón, en una de las calles vió a tres hombres en las penumbras del lugar en el que detuvieron su plática al verlo, haciendo que este sintiera un escolfrio recorrerle la espalda, deteniendo su andar a unos cuantos metros de ellos. Sintió la mirada de uno de esos hombres, el cual tenía un cigarro en sus labios y una gorra, este retiró el cigarrillo, exhaló el humo y fijó aún más su mirada en él al sostener su cigarrillo entre sus dedos.

Jimin dió la vuelta para evitar pasar a un lado de ellos, su corazón latía desenfrenado, sus manos comenzaban a sudar y sus pies temblaban a cada paso que daba lejos de ellos, miró a través de sus hombros al dar con una esquina para mirar detrás suyo, tranquilizandose un poco al no verlos seguirlo, sin embargo eso no le bastó para sostener con fuerza su mochila negra y correr con todas sus fuerzas a su departamento. No le importó cruzar las avenidas sin mirar a los lados, escuchar unos clacxon y maldiciones al hacerlo despreocupadamente, pero un miedo inexplicable golpeaba su pecho, como si este le indicara que algo malo sucedería con el.

Al estar a unos metros del edificio, sacó sus llaves para abrir la entrada de este y adentrarse ya más seguro y tranquilo. Subió al elevador y precionó el botón del piso ocho, para que a los pocos segundos las puertas se cerraran y comenzara a subir hacía el piso indicado. Durante el trayecto, se miró en el espejo, su cabello estaba revuelto, su saco y camisa estaban desarregladas y sus zapatos estaba llenos de agua con tierra, se veía fatal, sobre todo se rostro que denotaba terror y miedo.

«Mayordomo» [Y•M] 🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora